jueves. 28.03.2024

Rubalcaba, Coscubiela, según Carlos Carnero

Disculpad la personalización, pero se trata que los lectores tengan claro que estas notas pretenden dar respuesta al artículo de Carlos Carnero...

Disculpad la personalización, pero se trata que los lectores tengan claro que estas notas pretenden dar respuesta al artículo de Carlos Carnero sobre el Debate Europeo del Congreso -es un decir-.

He leído con atención el artículo publicado en nuevatribuna.es por Carlos Carnero y la polémica suscitada entre Alfredo Perez Rubalcaba y un servidor. Y he llegado a la conclusión que habla de oído o más bien de lectura ajena y que no ha visto ni leído el conjunto del debate. Esa es mi bondadosa lectura.

Su artículo me resulta tremendamente útil, porque me permite entender algo que hasta ahora no comprendía. Las razones de la exagerada y a mi entender sin fundamento respuesta de Rubalcaba a mi primera intervención. Vista la reacción de solidaridad de Carnero ya entiendo lo que pretendía Alfredo, situarse en el papel de víctima ante unos ataques supuestamente injustos de Izquierda Plural. Y así, cohesionar a los suyos, cosa por otra parte absolutamente legítima, pero poco útil, cuando el factor de cohesión es el enemigo externo.

Si Carnero hubiera visto el vídeo, sabría que algunas de las afirmaciones que se me imputa jamás las hice. Y menos, tal como el las deconstruye para exponer su fábula de agresor y víctima.

Mi intervención, creo que argumentada, parte de una valoración negativa de lo que de verdad dicen las Conclusiones del Consejo Europeo de Junio y no sobre lo que se le hace decir. Basadas además en el análisis de los Consejos anteriores y su escasa, por no decir nula, concreción en lo que algunos llaman un leve giro en la estrategia de AUSTERIDAD con crecimiento -el tamaño de las letras es deliberado-.

Le recordé al Sr. Rajoy la doble velocidad con la que actúa la UE. Cuando se trata de recortar derechos o aplicar contrarreformas, velocidad de la luz, del guepardo. Cuando se trata de avanzar en la construcción económica o política de Europa, velocidad de tortuga. Y si se trata de fraude fiscal, paraísos fiscales, parálisis. Y ello no es ni accidental ni inocente.

Aporté datos de todas y cada una de mis afirmaciones. Como la referida a la "burla", palabra utilizada por Toxo, de CCOO y Presidente de la CES, para referirse a los 6.000 millones en 2 años para empleo juvenil. Le pregunte al Presidente del Gobierno donde estaban algunos acuerdos, adoptados en algún caso hace dos años, absolutamente muertos en su aplicación y sobre todo presenté alternativas, algunas de las cuales coinciden con otras fuerzas políticas europeas y con las que ha realizado la Confederación Europea de Sindicatos o el propio sindicato alemán de la DGB.

No me extiendo, porque se puede ver o leer, pero lo he querido destacar, porque de algunas lecturas periodísticas interesadas en la estrategia del victímismo se podría desprender que el centro de mi intervención no fue el Gobierno y su Presidente, sino Rubalcaba. Y nada más lejos de la realidad. El destino de mi intervención fue el Gobierno, no el PSOE. Otra cosa es que la respuesta de Rubalcaba provocará un giro a la segunda parte del debate.

Por supuesto que me referí al acuerdo  PP-PSOE y tres grupos más previo al Consejo. ¿Como no iba a hacerlo? Sobre todo, después de la intervención de Rubalcaba que, a mí me pareció más autocomplaciente aún que la de Rajoy, al analizar los resultados del Consejo. Cosa por otra parte lógica teniendo en cuenta que había pactado previamente la posición con el PP. Pero para mi gusto se paso de sal o así me lo pareció.

Lo que dije en aquella primera intervención es que la foto de 5 grupos parlamentarios me parecía una continuidad de la foto del verano de 2011 en la que Zapatero y Rajoy pactaron la reforma exprés de la CE para dar prioridad a los acreedores y a los intereses de la deuda frente a los derechos de los ciudadanos. ¿No es así? ¿Cual es la posición actual del PSOE sobre ello? ¿Es posible construir una alternativa europea a la austeridad salvaje, manteniendo la constitucionalización de la prioridad del pago de la deuda y una visión rígida y fundamentalista de la misma?

También dije, porque lo creo, que más allá de las razones últimas de Rubalcaba para apoyar, más bien impulsar, este acuerdo, sus resultados son que le permiten a Rajoy, desresponsabilizarse de sus políticas y camuflarse tras Merkel y la UE. La imagen que transmiten estos acuerdos son que la responsabilidad de las políticas españolas, Reforma Laboral incluida, no son de Rajoy, sino de Europa o Alemania.

Y en este terreno llegan otras preguntas. ¿De verdad alguien cree que Rajoy es la víctima y no uno de los impulsores de la ideología de los recortes y las reformas? De verdad, alguien puede creerse que es con un acuerdo PP-PSOE con lo que se puede dar un giro a las políticas de la UE?

Nuestra opinión es que no. Y presentamos algunas alternativas, entre ellas la de una reestructuración ordenada de la deuda privada y pública española y de otros países europeos. Se trata de una propuesta que defienden muchos economistas, de escuelas diferentes, algunos de la órbita del PSOE. Algunos, incluso han tenido responsabilidades en los Gobiernos de Felipe Gonzalez. La solvencia de esta propuesta, aunque se pueda discutir, merecía, una respuesta de Rubalcaba, menos agresiva, prepotente y sobrada de la que tuvo. En este sentido si alguien puede quejarse y hacerse la víctima no es Rubalcaba sino un servidor por las manipulaciones y frivolización que Rajoy y Rubalcaba al unísono, emitieron. Lo siento pero fue así, los dos utilizaron la vieja técnica de no contestar sino ridiculizar nuestra propuesta, haciendole decir lo que no dice.

Y es en el turno de réplica, cuando se produce eso que algunos medios me imputan. Incomprensiblemente, Rubalcaba dedica una buena parte de su replica a contestar a Izquierda Plural no a Rajoy y su Gobierno. E incomprensiblemente me hace decir algo que yo no había dicho, ni de pasada. Nadie encontrará en mi intervención nada que pueda sustentar que yo dije que PP y PSOE son lo mismo. Si Rubalcaba manipuló así mi intervención posiblemente sea  porque no me estaba contestando a mí, o porque piense que presentándose como víctima de Izquierda Plural consigue lo que parece le resulta dificil por otras vías, que es cohesionar a su gente.

Por eso, en mi réplica dije que jamás había dicho, ni en el debate ni nunca que PP y PSOE sean lo mismo. Creo que incluso llegue a decir que ni tan siquiera lo pienso. Es así, si pensara que son lo mismo no tendría el comportamiento que tengo en el Congreso con el PSOE. Y a continuación sí dije que existe una percepción en la ciudadanía que en algunos aspectos se comportan de la misma manera.

Creo recordar que cité la política fiscal de Zapatero, que considero forma parte de un poderoso hilo conductor, el que trazaron Solbes, Rato, Solbes durante una década. Y cite también la Reforma Laboral de Zapatero, a la cual mucha gente y yo mismo considera que hizo de sherpa ideológico de la Reforma Laboral de Rajoy.

Eso es lo que dije y no lo que Carnero, por interpretaciones interpuestas, me hace decir. Y lo creo profundamente. He dedicado toda mi vida a las relaciones laborales y al sindicalismo. Cuando Zapatero aprobó su Reforma, con oposición sindical y huelga general incluida, un servidor estaba en la docencia. Los argumentos que utilizó el gobierno del PSOE para justificar su Reforma son en buena parte los mismos que se utilizaron después por Rajoy. Por supuesto que la gravedad de la agresión de los derechos de la Reforma Laboral de Zapatero no son comparables a la de Rajoy. Pero que le hizo de sherpa ideológico, estoy profundamente convencido. Y no solo yo, sino muchos militantes sindicales, entre ellos militantes del PSOE.

Una vez ya ha quedado claro lo que dije y lo que no, dejenme añadir que creo que la Izquierda en su conjunto no podrá construir una alternativa seria y profunda, si no es capaz de desprenderse de las adherencias ideológicas adquiridas durante décadas de hegemonía -en el sentido gramsciano del término- tatcheriana.

Por ultimo, Carlos Carnero, en su fábula victimista se podía haber ahorrado algunas palabras. Por ejemplo la de traidor, que utiliza sin venir a cuento. No sé si en sus otras vidas él las ha utilizado o ha sido víctima de ellas. En mi caso no forman parte de mi vocabulario. Creo no haberlas utilizado en mi vida, ni tan siquiera en el ardor juvenil.

Carlos, para defender a Rubalcaba y hacerle pasar por víctima no hacía falta ser tan zafio, o sea tosco. Un poco de "finezza" no te iría mal.

Rubalcaba, Coscubiela, según Carlos Carnero