jueves. 25.04.2024

La alternativa europea

¿Habrá alternativa desde la izquierda europea? Ahora mismo y a un año de las elecciones europeas la verdad es que no se ve por ningún lado...

La primera pregunta es si existe alguna alternativa a la política neoliberal que viene desarrollando la Canciller Ángela Merkel. Y seguido, cabe preguntarse, si la respuesta a la pregunta anterior obviamente fuera positiva, quienes y cómo podrían liderar esa alternativa al neoliberalismo que viene sacudiendo a la Unión Europea desde el mismo inicio de la crisis. Y que ahora mismo amenaza con borrar hasta la última huella de solidaridad  (santo y seña hasta la llegada de esta crisis)  del espíritu con el que se estaba construyendo la Unión Europea.

Hasta “ayer”, la pregunta hubiera resultado de respuesta obvia y de  puro Perogrullo: la socialdemocracia.

Porque la alternativa a las políticas más restrictivas y menos sociales, la representaba la socialdemocracia, que había conseguido forjar una serie de derechos y beneficios sociales populares que se habían acuñado como “el estado de bienestar europeo”.

Hoy no está igual de claro, esta crisis ha venido a trastocarlo todo.

La mayoría de los gobiernos liberales (pero no únicamente) están aprovechando la situación de crisis para liquidar o reducir los avances sociales logrados durante décadas.

Esta crisis y las políticas de recortes que se han venido promulgando desde el gobierno alemán de la señora Merkel, con la aquiescencia del Consejo Europeo (que no olvidemos es el órgano en el que se sientan los 27 presidentes o primeros ministros de cada uno de los estados de la Unión), son los responsables de que hoy, el índice de confianza en la Unión Europea, esté bajo mínimos.

La debilidad de la socialdemocracia  y la falta de una alternativa clara que poder defender ante la sociedad europea, o sea, en todos los países de la Unión, está haciendo que el proyecto social europeo esté ahora mismo sin una alternativa real y tangible frente al liberalismo que viene saqueando (aprovechándose de la crisis) precisamente las bases de lo que conformara, en otro tiempo, la alternativa socialdemócrata frente a la derecha liberal europea. La socialdemocracia, paradójicamente, está sin discurso; sin unidad y en lo más parecido al “sálvese quien pueda”.

Por todo ello, hoy, el proyecto social europeo tiene múltiples amenazas y está más cerca del descarrilamiento que de su progreso.

Primero por la falta de una izquierda articulada que pueda presentarse como opción unificada y real en la defensa de la cohesión social de la Unión Europea más allá del País de procedencia o del carné de identidad de sus componentes. Donde es imprescindible un discurso único desde la izquierda, basado en la solidaridad y en la Europa Social a seguir construyendo.

Segundo por el avance del desinterés generalizado que  vienen reflejando ya algunos sondeos y que anuncian una muy pobre participación ciudadana si ahora mismo se celebraran las elecciones europeas. Y contando también con  el desplome de la credibilidad de los propios órganos europeos, donde las políticas de recortes sin incentivación  de la economía, están llevando los índices de aceptación de la Unión a niveles bajo mínimos desconocidos hasta ahora.

Y mientras todo esto sucede, y más allá  de la filiación conservadora o socialdemócrata de los firmantes, los defensores de los recortes hasta la extenuación de la economía, aparecen firmando artículos en defensa de esa política económica que está provocando la laminación del estado de bienestar. Acaban de publicar que no hay nada que rectificar en la política económica de la Comisión Europea, y que todo está funcionando estupendamente…

Da igual que haya expertos que estén considerando esta política como suicida y que auguren diez años de estancamiento de persistir con estas políticas.

Y debe dar igual, porque tampoco trasciende lo más mínimo, que esas decisiones les estén costando a Portugal, Grecia, Italia o España, miles de parados cada día que se mantienen.

¿Habrá alternativa desde la izquierda europea? Ahora mismo y a un año de las elecciones europeas la verdad es que no se ve por ningún lado.

Luego que no se extrañen si la abstención supera el 60%.

La alternativa europea