sábado. 20.04.2024

Europeas 2014: por la Transformación de España

Con 50 años recién cumplidos, formo parte de un colectivo de casi 11 millones de españoles con derecho a voto que por razón de edad no pudo avalar u oponerse a la vigente Constitución...

Con 50 años recién cumplidos, formo parte de un colectivo de casi 11 millones de españoles con derecho a voto que por razón de edad no pudo avalar u oponerse a la vigente Constitución Española, allá por 1978.

35 años, más de una generación. Mi mujer, mis hermanos, mi hijo entre ellos. Once millones, una tercera parte del censo electoral, un número de votos suficiente para conseguir una mayoría absoluta.

Parece fácil hacer una lectura muy crítica de aquellos momentos. ¿Para qué sirvió toda la lucha, la generosidad, si al final de estos 35 años de Paz el telediario de televisión española parece el Cuéntame, y el Cuéntame no se distingue del telediario?.

¿Por qué entonces renunciamos, y aceptamos aquella solución de compromiso, para acabar perdiéndolo casi todo en tres años aciagos?¿Qué ha pasado para que Europa haya pasado de ser la solución a convertirse en el problema?

Posiblemente, a pesar de la lucha popular, con aquella correlación de fuerzas, la Transición no daba para más. El problema militar. Los terrorismos. Una crisis económica gravísima por solucionar derivada del 73. El lastre del franquismo sociológico. Y el amigo americano muy pendiente del sur de Europa.

Pero aún así, en aquellas condiciones extremas, llegamos a acuerdos explícitos y a compromisos tácitos, que dieron lugar a un periodo de estabilidad inédito en nuestro país, al periodo de mayor convergencia social y territorial de nuestra historia.

Hasta que sonó el despertador (¡Gracias, 15M!) y nos levantamos llorando.

Siete lustros después, la derecha económica, política, mediática, confesional, hacía trizas el contrato social que convenimos tras la muerte del dictador. Aprovechándose de  la crisis sistémica que habían provocado, habían decidido liquidar aquel modelo social, habían decidido acabar con todo.

Lo hizo cuando acogotada entregó nuestra soberanía a un Directorio europeo sin legitimidad. Cuando entronizó la estabilidad presupuestaria a categoría constitucional con extrema y extraña celeridad. Cuando el Constitucional tumbó un Estatut refrendado democráticamente. Cuando volvió a mandar la Conferencia Episcopal. Cuando la monarquía, minada por la desvergüenza y la codicia, dejó de ser digna, y por lo tanto dejó de ser útil a España.

Pues bien, señoras y señores que mandan, aceptamos su órdago. Abierta por Vds. la caja de Pandora, y en uso de su libertad, esta parte procede formalmente a denunciar el contrato social de la Transición.

Si en la Constitución del 78 ganamos la libertad, nuestra bandera hoy vindica por encima de todo el valor transformador de la igualdad.

Soy optimista. Esta catarsis está creando consciencia y conciencia. Está identificando quién es quién. Quién es honrado. Quién hace trampas. Porqué y para quién las hace. Quién es de fiar. Quién es un verdadero peligro. Qué es lo esencial y qué es lo accesorio. Qué es moral o inmoral, con independencia del día que tenga la Justicia. Que estamos muy lejos de ser iguales. Que los de arriba, los que nos oprimen, ponen toda la carne en el asador para que cada día estemos más lejos de la igualdad. Que algo habrá que hacer.

Mujeres y hombres de abajo, veteranos y noveles, los que votaron la Constitución del 78, y los que no, las circunstancias nos empujan para ponernos de acuerdo en un marco programático común de Transformación de España:

Somos europeístas, pero es otra Europa la que nos hace falta, porque la institucional se encuentra raptada y violentada por ese Zeus insaciable del capital financiero especulativo. Buscamos activamente alianzas a nivel europeo con quienes comparten este criterio para cambiar la correlación de fuerzas.

Reclamamos una nueva estructura económica sostenible y al servicio del bien común, de la sociedad española. Una reforma fiscal digna de tal nombre, una reindustrialización que promueva un tejido productivo basado en la I+D+i, la economía verde, la eficiencia, el talento, el conocimiento, la cultura, que extirpe las tumoraciones provocadas por la especulación y el pelotazo, que genere empleo de alto valor añadido y de calidad.

Una estructura social bien cohesionada bajo el principio de solidaridad, soportada en un bienestar liderado por lo público, que es de todos, sustentada en la cultura de paz.

Laicidad: se acabaron las tonterías. Desde el respeto a las convicciones religiosas y morales personales, con Concordato o sin él, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

Nuevas reglas del juego. La monarquía no casa bien con la igualdad. La estructura territorial actual del Estado es un apaño que fomenta el clientelismo y la insolidaridad y hace aguas por todos los lados. Sin más dilación es preciso abrir un periodo constituyente hacia una República Federal Española.

Somos muy afortunados. La Historia se acelera, somos libres, y podemos iniciar la Transformación de España que nos corresponde. Tan solo depende de nosotros hacer que suceda. 

Una sola bandera que diga igualdad. Mujeres y hombres de abajo, bajo esa bandera, somos más. Quedamos en las Europeas de 2014, juramentados para lograr una gran mayoría electoral.

Europeas 2014: por la Transformación de España