jueves. 25.04.2024

En la cuesta abajo

Parece cada día más evidente que muchos ciudadanos europeos poca o ninguna confianza pueden tener en las Instituciones Comunitarias como instrumentos para sacarlos de la grave situación económica y social en la que están inmersos; en el caso de nuestro país sólo una fe ciega permite tener una mínima confianza en las actuaciones, afirmaciones y promesas del Gobierno del Sr. Rajoy.

Parece cada día más evidente que muchos ciudadanos europeos poca o ninguna confianza pueden tener en las Instituciones Comunitarias como instrumentos para sacarlos de la grave situación económica y social en la que están inmersos; en el caso de nuestro país sólo una fe ciega permite tener una mínima confianza en las actuaciones, afirmaciones y promesas del Gobierno del Sr. Rajoy. Lo cierto es que Europa y sus Instituciones son responsables del sufrimiento que muchos europeos están padeciendo y en el caso español la política del Gobierno del P.P, seguidista servil de la política de la troika, está llevando a nuestro país a niveles de pobreza y desesperación insoportables.

La política de austeridad a ultranza, con el control del déficit como único objetivo, puesta en marcha y ejecutada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional ha llevado ya a la ruina a Grecia y Portugal, acaba de arrebatar cualquier posibilidad de futuro a los chipriotas y nadie puede asegurar no vaya a ocurrir lo mismo con otros países en dificultades, entre ellos el nuestro; las afirmaciones del Presidente del Eurogrupo, Sr. Dijsselbloem, indicando que el procedimiento seguido en el rescate a Chipre podría servir para ser aplicado en otros países y la existencia de un proyecto de Directiva que contempla la posibilidad de que la seguridad jurídica de los depósitos bancarios no esté plenamente garantizada, son elementos que permiten sospechar que la actual política depredadora que está condenando a los pueblos a la pobreza no va a ser modificada sino que incluso puede ser más dura. El recuerdo de la situación vivida años atrás en países latinoamericanos a consecuencia de la política del Fondo Monetario Internacional respecto al pago de sus respectivas deudas y las trágicas consecuencias que tuvo para el desarrollo de esos países, no puede ser olvidado en estos momentos donde parece que a una parte del continente europeo se le quiere llevar a niveles de pérdida de calidad de vida no aceptables.

En nuestro país el Gobierno del P.P, ideológicamente afín a estas políticas neoliberales impuestas por la troika, se ha puesto manos a la obra y ha procedido de manera brutal a aplicar todo tipo de recortes con la excusa de la absoluta obligatoriedad de reducir el déficit; incumpliendo de manera total su programa electoral, aquél que votaron mayoritariamente los españoles, el Gobierno en casi año y medio de mandato ha generado, con su reaccionaria reforma laboral, un crecimiento desbocado del paro, una destrucción acelerada de los servicios públicos esenciales, un aumento insoportable de los niveles de pobreza que incluso afectan a la población infantil, una pérdida de derechos para el conjunto de la ciudadanía y un aniquilamiento de las bases fundamentales de las relaciones laborales que hoy están más en el terreno del vasallaje y la esclavitud que en los parámetros exigibles en un sistema democrático. Un gobierno que sólo tiene sensibilidad para garantizar los beneficios de las entidades financieras y grandes empresarios, a pesar del comportamiento fraudulento de aquellas y de la nula capacidad innovadora de muchos de éstos que sólo entienden de obtener beneficios mediante despidos baratos y salarios miserables; un gobierno que aniquila la investigación y el desarrollo, que somete al tercer grado a las universidades públicas, desmantela el sistema nacional de salud suprimiendo su irrenunciable carácter de universalidad y hace desaparecer la atención a nuestros dependientes; un gobierno que muestra no sólo nula sensibilidad ante el drama de los desahucios, sino que ha puesto todo tipo de trabas a que se debatiese en el Congreso de los Diputados la Iniciativa Legislativa Popular avalada por casi un millón y medio de firmas, y una vez admitida presentando enmiendas y alegaciones que desvirtúan la citada iniciativa legislativa; un gobierno en definitiva que masacra a amplias capas populares a las que lleva a condiciones de enorme precariedad, un gobierno que está provocando ya un desmoronamiento progresivo de las clases medias, un gobierno que legisla una amnistía fiscal a la que se acogen los imputados por corrupción, un gobierno que impone todas sus decisiones con un talante autoritario despreciando a la oposición política e intentando criminalizar a quienes se manifiestan contra sus decisiones.

Cada vez son más quienes creen que estas Instituciones Europeas y las políticas que aplican, no son la solución a los graves problemas que los españoles tienen, sino modifican sustancialmente su forma de actuar, no nos sirven para sacarnos del pozo en el que estamos. También cada día son más quienes piensan que el Gobierno del P.P, no sólo es incapaz en su lucha ante la crisis sino que con sus acciones la ahonda aún más.

En democracia los ciudadanos esperan que ante una política gubernamental que genera enorme rechazo haya planteada desde la oposición política una alternativa, en una situación tan grave como la actual ello es absolutamente necesario; en mi opinión en el momento actual esa alternativa no se visualiza desde la ciudadanía, sobre todo en relación al principal partido de la oposición ,el PSOE, que inmerso en problemas de índole interno y preso de sus errores en su reciente pasado como gobierno, no está siendo hasta ahora capaz de presentar un proyecto ilusionante y creible.

Los ciudadanos no están permaneciendo impasibles ante los ataques brutales a sus condiciones de vida, organizándose en asociaciones y plataformas están plantando cara a las agresiones que la política del gobierno les producen a pesar de los intentos de éste de dificultar el ejercicio de derechos fundamentales, tales como el de manifestación.

En mi opinión se hace imprescindible la aparición urgente de un proyecto alternativo que permita la profundización de nuestra democracia ,  facilite fórmulas de democracia directa para asuntos de especial trascendencia,  permita exigir rendición de cuentas a los representantes políticos en el día a día y  garantice una total transparencia en la gestión de los asuntos públicos; un proyecto que contemple a las personas como el eje principal de sus actuaciones . En nuestro sistema democrático la oposición debe plantear ese proyecto, debe hacerlo con prontitud , debe ser su máxima prioridad, la grave situación que vivimos así lo exige; desde su pluralidad debe conseguir puntos de encuentro para plantearlo y dotarlo de credibilidad tomando en consideración los planteamientos realizados por los movimientos sociales; sólo así se evitará sigamos en una cuesta abajo tremendamente peligrosa.

En la cuesta abajo