viernes. 29.03.2024

Desahucios: La Unión Europea existe

Los afectados y toda la sociedad civil se ha movilizado, frente a un Gobierno paralizado y temeroso ante la banca. Un marroquí llamado Mohamed ha recurrido. Un abogado ha sido lúcido. Un juez ha sido sensible. Faltaba una pieza: Europa. Y Europa, a través de su más alto Tribunal, ha respondido.

Los afectados y toda la sociedad civil se ha movilizado, frente a un Gobierno paralizado y temeroso ante la banca. Un marroquí llamado Mohamed ha recurrido. Un abogado ha sido lúcido. Un juez ha sido sensible. Faltaba una pieza: Europa. Y Europa, a través de su más alto Tribunal, ha respondido. La Unión ha defendido los derechos de un ciudadano marroquí-europeo frente a una legislación española polvorienta, baluarte del uso y abuso romano de la sacrosanta propiedad.

Algunos acaban de  descubrir que la Comisión Europea no es sólo para los mercados, sino también para la gente. La Carta de los Derechos Fundamentales que se aprobó en la Convención, y que incorporó literalmente el Tratado de Lisboa, dice en su artículo 38 que la Unión “garantizará un nivel elevado de protección de los consumidores”. Eso es lo que venía haciendo desde 1995 la Directiva 93/13, que ha aplicado el Tribunal de Luxemburgo al caso español.

Conviene recordar que los derechos de la Carta lo son, no sólo de los ciudadanos europeos, sino también de los extranjeros no europeos que viven y trabajan en Europa, como Mohamed Aziz. Por cierto, aquellos a los que el Gobierno Aznar despojó de sus derechos fundamentales, que les restituyó años después el Tribunal Constitucional.

Los desahuciados españoles, y todos los ciudadanos, van a tener a partir de ahora medidas para combatir cláusulas abusivas de sus contratos privados, según la Directiva. Eso será posible gracias a que el derecho de la Unión Europea está jerárquicamente por encima del derecho español y lo puede derogar. Es lo que ya ha hecho con el artículo 698 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, que ha perdido su vigencia.

Además, la ley europea es directamente invocable ante los tribunales españoles, que son en realidad auténticos tribunales europeos. Si se denuncian cláusulas abusivas en un contrato, los jueces podrán suspender los desahucios (hay cerca de 200.000 en marcha a día de hoy).

No sólo vienen malas noticias desde Europa. En nuestro continente democrático todo depende de cómo voten los ciudadanos. Si votan a favor de los derechos humanos, como la vivienda, tendremos esos derechos.

Los europeístas estamos muy contentos. Para los euroescépticos –de derecha o de izquierda, que también los hay-, es toda una lección la sentencia histórica del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

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