jueves. 18.04.2024

Crueles interrogantes

Somos espectadores de un enseñar de cuantas y cuentos como si fueran las vergüenzas del prójimo. Mas bien ocurre que un atajo de sin vergüenzas han entrado en ese juego del distraer, como los payasos circense cuando el león está devorando al domador. Juego y espectáculo que, personalmente, me importa una higa y que, creo, que a la inmensa mayoría de los ciudadanos tampoco les interesa si tú más y yo menos o viceversa.

Somos espectadores de un enseñar de cuantas y cuentos como si fueran las vergüenzas del prójimo. Mas bien ocurre que un atajo de sin vergüenzas han entrado en ese juego del distraer, como los payasos circense cuando el león está devorando al domador. Juego y espectáculo que, personalmente, me importa una higa y que, creo, que a la inmensa mayoría de los ciudadanos tampoco les interesa si tú más y yo menos o viceversa. Producen rubor y repulsión todos esos personajes de quienes tenemos, cuando menos, la convicción moral de que están pringados hasta las cachas. Porque digan lo que digan, y enseñen lo que enseñan – y quizás por eso- estamos seguros que se han forrado, se están forrando y, si no ponemos remedio, se forrarán. Unos más y otros menos, pero con escasas excepciones…y con nuestros dineros.

Esta clase política no se entera de que el interés de los ciudadanos está centrado en los millones de parados, en la economía hundida y en sus soluciones…ya.

O quizás sí, quizás son ellos unos enterados y nosotros los ignorantes y de ahí el panorama.

¿Qué podemos hacer para que se enteren de una vez de que no es esto, no es esto, lo de los cuentos y cuentas? ¿Hablar más claro? ¿Más alto?

Sabemos que una alternativa es no votar a ninguno de ellos en los comicios venideros pero, ¿qué hacer mientras tanto?

Y otra y cruel interrogante, aparte de los pesebreros ¿seguirán existiendo tontos útiles, e inútiles, que voten a unos y otros de los que han estado y están? ¿Visto lo visto? Pues eso.

Crueles interrogantes