martes. 23.04.2024

Ubuntu y la Declaración Universal de los Derechos Humanos

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Por estos días se han cumplido dos aniversarios relevantes relacionados con la paz: el 5 de diciembre, cinco años de la muerte de Nelson Mandela y el 10 de diciembre, setenta años del nacimiento de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).

ddhh-1[Portada de la edición ilustrada de la DUDH]

Mandela era la personificación de la Ubuntu africana, la declaración suponía la mayor apuesta por “un ideal común para todos los pueblos y naciones” tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Él era la humanidad y la fortaleza, la concesión sin rendición, el perdón sin el olvido. Ubuntu es una verdad universal, un modo de vida: el respeto, la comunidad, compartir y confiar. La declaración considera que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana” y recoge “los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero”.

Mandela, el hombre, se fue y nos dejó el símbolo, el ejemplo de una personalidad inquebrantable que supo perdonar sin rebajar sus pretensiones ante los que fueron sus enemigos y que le privaron de libertad durante casi 27 años.

La Declaración Universal de los DD. HH., que ha sido traducida a más de 500 idiomas sigue presente, no se ha ido pero tampoco ha conseguido aquello que planteaba en su preámbulo “Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias”.

Los pensamientos y las acciones de Madiba y los artículos de la declaración proclamada por la asamblea general de las Naciones Unidas deberían guiar un mundo que continúa sumido en injusticias, conflictos y exclusiones. Un panorama que no parece mejorar con el paso de los años, sino todo lo contrario. El “padre” de la patria sudafricana unida tras el “apartheid” luchó por la libertad y la igualdad y vivió libre incluso en la prisión. Combatió contra la dominación de cualquier color y profesó la desobediencia civil; defendió un himno para la unidad de Sudáfrica que permeó a toda la sociedad durante el mundial de rugby de 1995, y murió manteniendo viva una revolución que llevó la equidad de raza a un país asolado por el racismo.

ddhh-2[Carteles con los artículos de la DUDH en las escaleras de la Facultad de Medicina de la UCM (foto: Iñaki Chaves)]

La carta magna de las Naciones Unidas nos muestra el camino a recorrer, pese a que no creo que exista país en el planeta que no incumpla alguno de sus ajados treinta artículos. Dice la propia ONU en su web del setenta aniversario que su poder “radica en la capacidad de las ideas para cambiar el mundo” y que “nos inspira a seguir trabajando para garantizar que todas las personas alcancen la libertad, la igualdad y la dignidad”. No ha sido mucha la repercusión en los medios de este septuagésimo cumpleaños, a pesar de las Iniciativas para “levantar” esos derechos humanos propuestas por Naciones Unidas como un festival de cine con móviles (celulares), una colección de camisetas de “corazones palpitantes”, números especiales de revistas como Spirou o un concurso para elegir la mejor viñeta conmemorativa por la que pueden votar aquí.

La función de la DUDH no ha sido perfecta, muchas personas, naciones e instituciones se han arrogado privilegios para evadir o suprimir cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración (algo contra lo que advierte su artículo 30). La hemos pisoteado e ignorado, pero seguro que el mundo estaría peor sin ella.

La labor de Mandela a favor de las libertades públicas y la paz hizo que la asamblea general de Naciones Unidas eligiera, en 2009 mediante la resolución 64/13, el 18 de julio como su día, el Día Internacional Nelson Mandela por la paz, la democracia y la libertad. Este año hubiese cumplido cien años, en julio de 2013, poco antes de su fallecimiento, le escribí una carta por el 95 sabiendo, sin aceptarlo, que sería el último. Él nunca supo que esa misiva existió, pero la publiqué para reconocer lo que le debo: el haber promovido y enseñado al mundo la paz desde uno de los lugares más excluidos y olvidados de la Tierra, hasta que su labor lo puso en el mapa; por haber sido un gran desobediente civil y un gran ciudadano del mundo, porque con su trabajo nos mostró el “largo camino hacia la libertad”.

ddhh-3[Nelson Mandela Day]

La Declaración Universal nos enseñó derechos, a mí, Madiba me enseñó la palabra Ubuntu, esa que deberíamos aprender, asumir y practicar todas y todos para cumplir con los derechos.

Nkosi sikelele iÁfrica

Ubuntu y la Declaración Universal de los Derechos Humanos