jueves. 28.03.2024

Patriotas

12 octubre

La derecha española es temible cuando detenta el poder, pero aún más cuando está en la oposición, piensa que el no gobernar es una anomalía que hay que subsanar cuanto antes por cualquier procedimiento

La derecha española es temible cuando detenta el poder, pero aún más cuando está en la oposición, piensa que el no gobernar es una anomalía que hay que subsanar cuanto antes por cualquier procedimiento. Todo vale, especialmente mentir y despertar en la gente sus instintos más primarios. Lo hacen porque piensan que España es solamente el Partido Popular que es el único Partido que la defiende, los demás somos antiespañoles que queremos romper España. Por eso si no gobiernan, su España se disuelve entre los separatistas, terroristas y gente de mal vivir. De ahí la necesidad ineludible que tienen de gobernar si se quiere que España perdure…y el Rey… y la Iglesia.

Esa es la idea que nos ha puesto de manifiesto Pablo Casado y sus compañeros más aguerridos. Partiendo de ese principio, heredado del franquismo, solamente está España dónde estén ellos y están obligados necesariamente a defenderla en exclusiva de los que se llaman falsamente españoles, porque lo que de verdad persiguen es destruirla. Este es un concepto de la época franquista, son los “salvapatrias”. Es lo mismo que nos decían a los demócratas durante la dictadura. Exactamente lo mismo, con la diferencia de que entonces te podían meter en la cárcel. Algo hemos avanzado, aunque ahora da la impresión de que si pudieran…

El nuevo-viejo líder de esa derecha está volviendo sin disimulo, a los principios de los defensores más ultras de ese concepto excluyente. Da miedo oír lo que dice. Son los mismos mensajes que lanza la extrema derecha de VOX, con quien ha confesado coincidir. Lo que más preocupa es que no lo dice solamente para ganar votos en ese nauseabundo caladero, lo hace porque se cree de verdad su discurso.

Se apropiaron de la bandera, es su bandera, de ellos solamente, de tal modo que ver una bandera rojigualda en un balcón, en la pechera de alguien, en la correa del reloj, en un llavero, en un abanico o en un cinturón, se identifica a uno de sus votantes. Ellos son los únicos que reparten banderas en la calle. Esa identidad también es heredada del franquismo como afirmación de quién ganó la guerra contra la bandera tricolor, que no se nos olvide.

Por eso el hecho de haber perdido el Gobierno mediante una moción de censura, por primera vez en España, les trae a mal traer y les reafirma aún más en sus heredados principios.

Para ellos no existen las razones de Estado que deben consensuarse y defenderse por todos porque son de interés general. Y no existen porque el Estado son ellos solamente. Si el asunto a tratar, por ejemplo los presupuestos que tienen que ser aprobados por la UE, no se limitan sólo a oponerse democráticamente en el Parlamento, su líder se planta en Bruselas hablando mal de España para intentar que no se aprueben, porque no los presenta la España de ellos que es la verdadera, si no que lo hace la chusma bolivariana que va a hundir, no solo la economía española sino también la europea. Y se da la paradoja de que estos patriotas atacan a su país, mejor dicho el nuestro, fuera de nuestras fronteras con argumentos como que los verdaderos presupuestos de España son los que presenten ellos. Y si no pueden hacerlo, prefieren que no haya y que se castigue a millones de españoles. Unos auténticos patriotas que cantan con entusiasmo y emoción “El novio de la muerte”. No han dicho si estarían dispuestos a dar su vida por España.

A los que ya somos mayores y sufrimos el lavado de cerebro que nos hizo la dictadura, nos enseñaron la grandeza de nuestro pasado y que en el imperio español de Felipe II no se ponía el Sol. Esta afirmación era difícil de superar, pero ahora el nuevo-viejo líder lo ha conseguido. Nos ha contado que fuimos los protagonistas del mayor fenómeno de la humanidad, desde la romanización. Descubrimos el Nuevo Mundo, cosa que nadie puede decir. Somos únicos y tenemos que estar orgullosos de serlo. Incluso los parados o los que tienen la suerte de trabajar muchas horas al día por un salario de miseria, gracias a la reforma laboral que nos impusieron ellos, los de la España eterna.

Ya sabemos que están dispuestos a todo por salvar a España, ya lo hicieron en el pasado sus antecesores y aunque costó centenares de miles de muertos, la salvaron de las hordas marxistas, de la masonería y de los ateos. Ahora están dispuestos a salvarla de las miserias bolivarianas que, con presupuestos como el que han presentado en Bruselas, nos conducen al hambre y a la pobreza. Tenemos que estarles agradecidos, son unos patriotas de pura cepa.

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