viernes. 29.03.2024

Golpe de mano en el PSOE

Pedro Sánchez fue elegido Secretario General por la militancia en un proceso de primarias dónde concurría con dos candidatos más. Mayor legitimidad democrática no existe

El golpe de mano efectuado por un grupo de disidentes de la dirección del PSOE para descabalgar de la secretaría general a Pedro Sánchez, ha sumido a sus militantes, simpatizantes, votantes y a la ciudadanía en el desconcierto, el estupor y la indignación (que cada uno se aplique el calificativo que le venga bien). Era impensable que los que la han llevado a cabo no hubieran tenido en cuenta el destrozo que hacían y las tremendas consecuencias que acarreaba su acción. Su única explicación ha sido la aplicación de las normas estatutarias pero quedan sin explicar los objetivos políticos que persiguen que son los que nos interesan a la ciudadanía ¿Destituirlo para qué? Analicemos la situación.

Pedro Sánchez fue elegido Secretario General por la militancia en un proceso de primarias dónde concurría con dos candidatos más. Mayor legitimidad democrática no existe. Esa legitimidad pretenden cambiarla un grupo de dirigentes sin explicar las razones políticas que le llevan a tomar tan tremenda decisión y sin tener en cuenta las gravísimas consecuencias que trae consigo. Además lo hacen en medio de una profunda crisis institucional en la que está sumida el país. No cabe mayor irresponsabilidad y es muy preocupante que entre los rebeldes figuren personas que desempeñan cargos institucionales de la mayor importancia.

Han intentado justificarlo porque el Secretario General ha propuesto la celebración de unas primarias y el congreso que estaba aplazado. Dos mecanismos democráticos que traen consigo recabar de la militancia su opinión sobre el camino a seguir en la convulsa situación política que atravesamos. Al sentirse acosado por las intrigas de  este grupo de disidentes la única salida del Secretario General ha sido consultar a las bases del partido, una actuación consecuente en una organización política que presume de democracia interna.

Han dado el golpe tres días antes de celebrarse un comité federal. Tampoco han explicado por qué no han esperado para plantear sus intenciones en un debate en el seno del máximo órgano del partido. Cabe deducir que lo han hecho porque no contaban con los apoyos necesarios para llevar a cabo tamaño despropósito. No es de recibo ni de sentido común que un órgano destituya al Secretario General elegido por la militancia. A falta de argumentos que lo justifiquen han optado por una artimaña que han vestido de legalidad, sin considerar las consecuencias de romper el partido y causar un daño irreparable en el sistema democrático del país y especialmente en el seno de la izquierda, dónde el PSOE es el máximo representante.

La consecuencia política es que han eliminado la posibilidad de que se explore la formación de un Gobierno del cambio y dejado el camino expedito a que la derecha gobierne cuatro años más. Y ese parece ser el objetivo que se pretendía, al menos esa es la consecuencia de su irresponsabilidad. Pero lo que asombra de todo esto es que podían haber propuesto en el comité federal que el PSOE se abstuviera en la investidura de Rajoy. Decisión que tendría que acatar en Secretario General y de no estar dispuesto a hacerlo tuviera que presentar su dimisión. Entonces se hubieran cargado de razón y tendría justificación lo que ahora han querido hacer por la fuerza. Todo indica que temían que su propuesta no tuviera éxito.  Solo cuando no se tienen argumentos  ni capacidad para convencer, se usa la fuerza, han emulado a Clausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios.

Debajo de todo esto hay acuerdos secretos incumplidos, maniobras desestabilizadoras, ambiciones personales y un largo etcétera, pero con esta maniobra han tapado los errores de Pedro Sánchez, que los ha habido y lo han hecho un mártir. ¿Cabe mayor torpeza?

Hoy la izquierda de este país está sumida en la tristeza y la desesperanza como nunca estuvo en nuestra reciente historia democrática y  costará mucho tiempo y esfuerzo salir de este estropicio. Lo que indigna es que la derecha se frota las manos ante este regalo que se le ha servido en bandeja.

Convendría saber los nombres de los hábiles estrategas que han diseñado esta operación, son los únicos españoles que merecen estar en el paro.

Golpe de mano en el PSOE