martes. 16.04.2024

Podemos y el resto de la izquierda: encontremos una relación equilibrada

El terremoto que ha generado la irrupción de Podemos en la vida política española se incrementa cada día que pasa...

El terremoto que ha generado la irrupción de Podemos en la vida política española se incrementa cada día que pasa. Y sus efectos en la izquierda no dejan de multiplicarse.

Más allá de mis discrepancias con ellos, lo cierto es que el revulsivo que han supuesto no puede valorarse más que positivamente. Han obligado a toda la izquierda a acelerar sus reflexiones, a salir del tran-tran en el que buena parte de ella se encontraba y han abierto la perspectiva de que sí es posible desalojar democráticamente a la derecha, lo que hace unos meses no parecía realista.

Es evidente que Podemos esta despertando, también, severas criticas. Muy en especial de que son jóvenes, inexpertos, sin programa…Había que ir matizando algunas de esas objeciones. ¿Qué edad tenía mi generación cuando protagonizamos la Transición? La mayoría de mis compañeros políticos y yo mismo andábamos por debajo de los 30 años y nos sentíamos capaces y preparados para cambiar España y construir la democracia. ¿Qué experiencia de gobierno acumulaban los socialistas y los comunistas cuando llegaron a los gobiernos municipales en 1979? Pues ninguna. Eso sí tenía un programa e ideas trabajadas con mucha ilusión, sabían lo que querían y lo que no querían hacer y lo hicieron bastante bien.

Hay también quienes dicen que no nos pongamos nerviosos, que el soufflé de Podemos se desinflará y que no soportarán la prueba de los sucesivos procesos electorales ni las contradicciones que puedan producirles las alianzas y las posibilidades de gobierno. No lo sé, ni creo que nadie lo sepa, pero no se puede hacer política con  la esperanza de que Podemos explote o se debilite.

Pero sino comparto esas criticas, en el fondo conservadoras, tampoco entiendo algunas reacciones, en mi opinión precipitadas y nerviosas, de sectores de la izquierda que quieren a toda prisa juntarse o incluso fusionarse de una u otra forma con Podemos, pensando quizás que  así podrán participar de su ascenso electoral y evitar ser arrollados y dejados en la cuneta.

Aunque la historia nunca se repite de igual manera, no vendría mal recordar el proceso de fusión en el verano de 1936 de las Juventudes Socialistas y las Juventudes Comunistas, que dieron lugar a la Juventudes Socialistas Unificadas. Los Socialistas eran muchos mas, estaban mucho mas organizados y consolidados, frente a los Comunistas, que eran pocos, eso sí muy entusiastas y combativos, tenían pocas propuestas pero muy contundentes. Las JSU crecieron como la espuma tras la unificación y fueron un instrumento fundamental en la movilización de l@s jóvenes a favor de la Republica. Pero en ese proceso quienes impusieron su política, sus formas de organización y de lucha, fueron los Comunistas, que devoraron política y orgánicamente a los socialistas, sumidos, dicho sea de paso, en divisiones y desconciertos varios. En definitiva la JSU se sitúo en la esfera del PCE.  Y al cabo de un tiempo el PSOE se vio en la necesidad de reconstruir las Juventudes Socialistas, con escasísimos resultados.

Insisto, los procesos y circunstancias son muy distintos, pero hay que pensar con tranquilidad las cosas, no se vaya a producir un camino de fagocitación de IU, de la que después muchos se arrepientan.

Pero entre la convergencia precipitada, el deslumbramiento o el seguidismo papanatas y la ignorancia o pasividad hay un trecho enorme. En mi opinión las diversas izquierdas, que hasta ahora se identificaban bajo la descripción genérica de izquierda alternativa, deben impulsar diversas vías de colaboración estable con PODEMOS, desde una actitud de respeto que no eluda el debate político y la exposición de las divergencias.

Porque hay divergencias y sobre todo zonas todavía muy nebulosas y magmáticas y se puede y se debe influir en el complejo proceso que inevitablemente va a vivir Podemos de maduración programática y organizativa. Como también es imprescindible que nosotros aprendamos de las innovaciones que reflejan con su práctica política y su relación con la sociedad.

A la izquierda alternativa “clásica” nos interesa y mucho que Podemos no evolucione hacia posiciones de extrema izquierda (como la que representan por ejemplo el grupo Izquierda Anticapitalista), menos aun que se conviertan implícita o explícitamente en algo parecido a lo que representa el “Movimiento Cinco Estrellas” de Grillo en Italia y sobre todo que Podemos no explote como una estrella fugaz,  como consecuencia de sus contradicciones y dificultades de consolidación.

Tenemos, por tanto, que debatir y relacionarnos serenamente y constructivamente con ellos. En este sentido es una muy buena señal que los eurodiputados de Podemos se hayan integrado en el grupo parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea.

En lo que se refiere al PSOE, aunque sobre todo en las bases socialistas y desde luego en su electorado, también ha habido un evidente deslumbramiento y una petición, mas o menos articulada y explicitada, de que hay que asumir propuestas de Podemos, yo comprendo que es difícil de tragar abrir una vía de relación entre ambas organizaciones, con todas las feroces descalificaciones que Podemos ha dirigido al PSOE. Además  no se si habría alguna disposición por parte del equipo de Pablo Iglesias para esta relación.

A pesar de ello, el PSOE, que es un partido muy realista, con mucha vocación de gobierno y que quiere volver a gobernar, debería ir explorando, con todas las cautelas que se quiera, la posibilidad de al menor hablar con ellos. Cosas muy difíciles se han visto, como el gobierno tripartito en Cataluña, sin olvidar las conversaciones entre Jesús Eguiguren,  líder del socialismo vasco  y Arnaldo Otegui líder  de la antigua Herri Batasuna (organización que asistió al asesinato de socialistas  sin condenarlos durante años)

Y no solo deben hacerlo los partidos y organizaciones políticas de la izquierda, también los Sindicatos deberíamos desde ya iniciar un proceso de relación lo mas estable posible con Podemos. Contribuiría  a que ambas partes aprendiéramos los unos de los otros y a buscar formas de colaboración en este largo y duro camino de conseguir una salida progresista y solidaria de la crisis y por supuesto a superar algunos clichés que tienen sobre el sindicalismo de clase.

En definitiva con Podemos  hay que encontrar una relación y colaboración estable, madura, de compañer@s de camino, incluso desde la rivalidad y competencia electoral que pudiera llegar a producirse. Porque es muy posible y deseable que en los próximos años tengamos que estar juntos, no solo en la calle, que casi siempre lo estamos, sino gobernando en las instituciones.

Podemos y el resto de la izquierda: encontremos una relación equilibrada