viernes. 29.03.2024

La paciencia de Sánchez

sanchez congreso

La paciencia de Pedro Sánchez parece infinita, afortunadamente.

Un día sí y otro también está recibiendo durísimas descalificaciones por una y otra parte, incluso por algunos de sus compañeros de partido. Los únicos que están manteniendo el tipo en su apoyo, son los dirigentes de PODEMOS, lo cual es muy de valorar positivamente.

Pedro Sánchez parece emular a Ulises, cuando en su regreso a Ítaca se tapó los oídos con cera para no escuchar los cantos de las sirenas que le querían ver chocar en los arrecifes de Escila y Caribdis, aunque en su caso más que sirenas parecen tiburones.

La vía constitucional

El presidente del gobierno tiene muy claro que el conflicto político de Cataluña no se resuelve a las bravas y que además no va a ser ni un camino fácil ni corto. Serán bastantes años los que se van a necesitar para restaurar la confianza de una parte de los nacionalistas e independentistas en un acomodo razonable en España. Pero la única solución es ir avanzando en el reencuentro a través del dialogo, de medidas políticas, económicas y sociales, de gestos de distensión.

El otro camino ya se ha probado. Empezando por la nefasta sentencia del Tribunal Constitucional contra el nuevo Estatuto y siguiendo por el desentendimiento durante años del gobierno del PP, la judicialización del “procés” y de los dirigentes independentistas y la aplicación del 155.

El fracaso de la derecha centralista

Las recetas de la derecha centralista y de algunos socialistas, no solo no ha dado resultado, sino que han incrementado el numero de independentistas. Dicen ahora que hay que aplicar un 155 más duro, recentralizando competencias e ilegalizando partidos.

Esas insensatas propuestas no nos llevarían al actual País Vasco pacificado, sino previsiblemente a la Irlanda del Norte de 1972, entre otras razones porque, hoy por hoy, la mayoría de la burguesía catalana, implícita o explícitamente, se ha pasado al independentismo (a diferencia de lo sucedido en el País Vasco) y los independentistas catalanes tienen 3 veces mas respaldo que los simpatizantes de Herri Batasuna en sus mejores momentos.

El tener enfrente a una derecha desestabilizadora (que hacer añorar la parsimonia de Rajoy), que cuenta además con el apoyo mayoritario de los medios de comunicación, solo puede ser contestado con argumentos, con datos, con sentido común y con mucha, muchísima, presencia del Presidente y de su gobierno por toda España, en actos públicos, en reuniones con empresarios, sindicatos, movimientos sociales y ONGS, con la Iglesia Católica, con todos los medios de comunicación que sea posible, explicando sus propuestas.  

La batalla de la comunicación a la ciudadanía

En otras palabras, hay que ganar la batalla de la comunicación ante una buena parte de la población de nuestro país, que se siente desconcertada cuando no opuesta ante lo que esta sucediendo. Batalla de comunicación que por ahora esta ganando la derecha y la extrema derecha, pero que no es irreversible, hay que ponerse a ello y hay que movilizar a la ciudadanía progresista, a la ciudadanía moderada, a la ciudadanía con sentido común.

¿Donde están los políticos catalanes con sentido común?

Y ¿qué decir de los independentistas? A menudo parecen buscar la provocación a la derecha centralista, recordando aquel dicho de Vázquez Montalbán de “contra Franco vivíamos mejor”. No deja de sorprender cómo una sociedad tan culta y moderna como ha sido la catalana, se ha dotado de un presidente de gobierno como Quim Torra, por no hablar de Puigdemont. ¿Cómo es posible que esa burguesía emprendedora y moderna, esa intelectualidad europeísta y avanzada, se deje representar por esos dos políticos? ¿Por que no prefieren a Carles Campuzano  o a Ada Colau?

Aun mas ¿Cómo es posible que el sindicalismo de clase catalán este agazapado, temeroso de perder votantes u afiliados, en una estrategia de pan para hoy y hambre para mañana? A veces pienso que si Alfonso Carlos Comín, una de las mentes más preclaras de los comunistas catalanes, levantara la cabeza y escuchara lo que dice su hijo, exconsejero independentista, no se lo podría creer.

Y, por si fuera poco, el Poder Judicial aprovecha cualquier resquicio para echar leña al fuego, incluyendo la decisión de la Fiscalía del Tribunal de Cuentas, hecha pública el mismo día de la reunión en Barcelona, acusando de malversación de fondos a Puigdemont, por el pseudo referéndum del 1 de octubre del año pasado. ¿No podía haber esperado 48 horas la fiscalía?

Estos son los mimbres con los que tienen que bandearse Pedro Sánchez y su gobierno. Y como diría un castizo, “si hay alguien que lo sepa hacer mejor, que levante la mano y de un paso adelante”. Mientras tanto tendremos que seguir confiando en la infinita paciencia de Pedro Sánchez, esperando que no tire la toalla y que mientras tanto vaya logrando el respaldo nacionalista para reformas legales progresistas y la aprobación de los presupuestos. 

La paciencia de Sánchez