viernes. 26.04.2024

Izquierda Unida tiene futuro... si se lo trabaja

Que IU sea necesaria y tenga espacio propio, no quiere decir que lo consiga y que sea capaz de evitar su descomposición...

Resulta una nefasta paradoja que una de las consecuencias de la irrupción de PODEMOS en la escena política de nuestro país esté siendo el profundo debilitamiento de IU, precisamente una fuerza política que a lo largo de muchos años ha luchado por el fortalecimiento de la democracia y por el desarrollo de las políticas sociales.

De esta realidad no hay que echarle la culpa a PODEMOS; ellos van a lo suyo y por cierto haciéndolo muy bien en función de sus objetivos. En la crisis que está viviendo IU la mayor responsabilidad está en una parte de sus dirigentes y militantes que han entrado en un proceso de perdida de confianza en la viabilidad del partido y en la dificultad del sector que apuesta por la continuidad inequívoca de IU para difundir una propuesta convincente que justifique esa continuidad.

La banalización de los debates políticos en la que estamos inmersos, unida a la urgencia por desplazar en las urnas a la derecha gobernante y el tremendo espejismo en los meses anteriores a las elecciones europeas, cuando muchos dirigentes y militantes de IU llegaron a pensar que íbamos a desplazar al PSOE y a convertirnos en el referente mayoritario de la izquierda española, nos ha conducido a un estado de nervios y a unas prisas irrefrenables.

Hay quienes ven como única solución imitar a PODEMOS. Los hay que corren detrás de cualquier movilización, se suman a todas las pancartas y se apuntan sin discriminar a todas las campañas. Todo ello nos está impidiendo abrir una reflexión serena y rigurosa sobre el futuro de IU.

Vaya por delante que después de 47 años de militancia política, no sacralizo ni siglas ni partido. Pero desde luego tengo clarísimo que o la izquierda tiene sólidos y arraigados partidos, o no tiene nada que hacer frente a la derecha y sus diversas formas de ejercer el poder. Por supuesto que es muy importante ganar las próximas elecciones, pero hay que pensar en el día después y si IU se diluye u obtiene ínfimos resultados, para la izquierda será mucho más difícil trazar alianzas de gobierno y gobernar.

¿La izquierda en España necesita un partido como IU, con un programa transformador, con experiencia, con arraigo social?, ¿o esa opción existe ya o se esta construyendo fuera del ámbito de IU? En mi opinión no existe. El PSOE es una opción de izquierda moderada, imprescindible y decisiva para el cambio político en nuestro país y con quien hay que entenderse si queremos realmente desplazar a la derecha.

Pero es una opción distinta a lo que ha representado, representa y tiene que seguir representando IU. Y ¿PODEMOS? Todavía no sabemos, e imagino que ellos muy bien tampoco, cuál va a ser el espacio político de esta nueva fuerza, que se presenta como ni de izquierdas ni de derechas, que quiere ocupar la centralidad del mapa político y que según reconocen aun les queda muchísimo camino por recorrer para consolidarse como un partido ¿socialdemócrata? ¿republicano radical? ¿azañista?

Que IU en teoría sea necesaria y tenga espacio propio, no quiere decir que lo consiga y que sea capaz de evitar su descomposición.

La segunda pregunta que deberíamos hacernos es quienes y para qué necesitan especialmente la presencia y la acción de IU. Considero que son tres los ámbitos sociales a quienes deberíamos dirigirnos prioritariamente.

En primer lugar los trabajadores y muy en especial los afiliados a CCOO y UGT. Los mismos que en buena medida no se sienten identificados con muchas experiencias negativas de los gobiernos socialistas, pero a quienes tampoco les convence el radicalismo de propuestas y gestos de algunos dirigentes y organizaciones de IU. Las reivindicaciones sociolaborales, de las condiciones de trabajo, del empleo, deben ser una de las grandes prioridades de IU y no es que en el papel no lo sean, pero en la práctica cotidiana con frecuencia se ven desplazadas por otras muchas pequeñas y coyunturales batallitas. El camino no es solo decir que se está de acuerdo con CCOO y UGT y que se asumen sus reivindicaciones o estar presentes en las manifestaciones.

La organización de IU, sus militantes y dirigentes deben visualizarse, y no solo en campaña electoral, en los centros de trabajo. IU ha desaparecido hace muchos años de los centros de trabajo, lo que no hizo el PCE cuando era clandestino. Hay que dirigirse a los cuadros de CCOO y UGT para intentar afiliarlos. Resulta increíble que en la mayoría  de las direcciones de CCOO, a todos los niveles,  apenas hay afiliados a IU y no digamos en UGT. Las direcciones de IU deben marcarse como una prioridad organizativa su implantación en los sindicatos, donde además hoy por hoy no hay competencia.

En segundo lugar, IU debe dirigirse y trabajar con las ONGs del ámbito social y solidario. No los chiringuitos radicales, sino las grandes organizaciones implantadas en el ámbito de la cooperación al desarrollo, a la discapacidad, a la lucha contra la pobreza y la exclusión, al apoyo a las personas mayores, las organizaciones de profesionales de las políticas sociales (trabajadoros sociales, psicologos, terapeutas, gerontologos….). Con la inmensa mayoría de todos ellos IU puede compartir programas, valores, iniciativas. Sin embargo les tenemos olvidados, cuando no mostramos recelos. Sé muy bien que acercarnos a ellos, tras años de indiferencia no es nada fácil ni rápido, pero es imprescindible, eso sí descartando cualquier pretensión de manipulación o protagonismo. Y ojo o lo hacemos nosotros y ya, o lo hará PODEMOS, ahora que están en las cresta de la ola.

Y el tercer colectivo, son los catolicos con vocación social y solidaria, que son muchos y muy activos y en algunos casos coinciden con los anteriores. La Iglesia Católica puede estar comenzando un proceso de renovación, del que la izquierda debe estar muy interesada que se desarrolle y consolide, mas aun en un país como el nuestro.

He tenido la ocasión muy recientemente de participar en un Congreso organizado por Caritas-Foessa. Todo lo que allí se ha dicho, podría caber en el programa social, económico y fiscal de IU. He visto decenas de jóvenes voluntarios, de profesionales, incluso de religiosos, defendiendo una sociedad justa e igualitaria. ¿Por qué vamos a renunciar a encontrarnos y trabajar con ellos?

Yo que Cayo Lara o que Gaspar Llamazares hubiera mandado una representación de IU al referido Congreso y hubiera pedido inmediatamente después una entrevista con la dirección de Caritas para que nos explicaran el VII Informe sobre la Situación social de España, un documento formidable, ponernos a su disposición y colaborar con ellos para intentar  sacar adelante sus propuestas. Y lo mismo con Intermon-Oxfam.

Es evidente que para IU sería un cambio de chip notable dirigirse a este ámbito, pero con el tiempo, con inteligencia y sin afán manipulador, podríamos tener ahí un sector de confluencia más potente y real que algunas iniciativas convergentes que se airean por ahí y que no tienen nada por debajo. No olvidemos que el PCI de Enrico Berlinguer llegó donde llegó en los años 70 en buena medida por su apertura a los católicos italianos.

Si lográramos a medio plazo abrir un camino de relación y mutua influencia con esos tres amplísimos sectores sociales, el futuro de IU y sobre todo su utilidad política estaría asegurada. Como no lo estará es convirtiéndonos en la marca blanca de PODEMOS.

Izquierda Unida tiene futuro... si se lo trabaja