El pasado verano, Elena y yo tuvimos la gran suerte de ver una magnifica exposición de Juan Genovés en el Museo Niemeyer de Avilés. Era un recorrido por su obra. Una vez más reflejaba su profunda coherencia ideológica, su creatividad artística, la vigencia y actualidad de su visión de nuestra sociedad, su estilo inconfundible. No pensábamos que pronto iba a dejarnos.
Juan Genovés no fue solo el creador de un cuadro tan significativo, tan bello, tan político, tan democrático y con tanta fuerza expresiva, como es “El abrazo”, que pronto se convirtió en un símbolo de la transición en nuestro país, incluso de lo que las gentes de izquierda entendíamos como “la reconciliación nacional” propugnada por los comunistas desde 1956.
Genovés ha tenido una larguísima trayectoria artística centrada e inspirada en la vida en la sociedad de masas occidental, en la soledad y anonimato del individuo, o en la lucha contra la represión. No soy quien para glosar su monumental e innovadora obra artística. Pero si quiero hoy recordar otra faceta fundamental de Juan Genovés, como fue su compromiso político.
Fue largos años militante del Partido Comunista de España. En las semblanzas que estoy leyendo sobre su muerte, se hace una aséptica mención a su compromiso con organizaciones de la oposición al franquismo, como si se quisiera camuflar que Genovés fue comunista y además con un alto grado de compromiso y participación política.
Para quienes vivimos conscientemente los 15 últimos años de la dictadura, no podemos olvidar que siempre que había un manifiesto de intelectuales y artistas enfrentados al franquismo, la firma de Genovés era de las primeras. Cuando se producía algún acto público de personalidades de la cultura en la lucha por la libertad Genovés estaba en primera línea. Cuando se necesitaba dinero para ayudar a los presos políticos, a los despedidos o a los multados, la aportación de Genovés no se hacía esperar.
Genovés era, además, un activista político. No se limitaba a ayudar desde las gradas. Bajaba a la arena de la lucha antifranquista y posteriormente en la lucha por la consolidación de la democracia. Pegaba carteles, iba a manifestaciones, colaboraba con las tareas de comunicación y propaganda del PCE. En la transición era ya un artista de gran relieve mundial, lo que no le impidió a seguir con su compromiso como militante comunista. Desgraciadamente la desintegración del PCE en la que estuvimos inmersos a principios de los años 80, favoreció el alejamiento orgánico de Juan Genovés, pero ello no enturbio su claro y firme compromiso con la izquierda y las luchas sociales, que mantuvo siempre.
Ha sido una vida fecunda artísticamente e intensa política y socialmente. Por ello nuestra admiración, respeto y agradecimiento.