sábado. 20.04.2024

España, una enseñanza todavía de calidad

Fiel a su lamentable estirpe, la derecha española se obstina en denigrar la enseñanza. Su único objetivo se centra en conformar la educación como un vehículo...

Fiel a su lamentable estirpe, la derecha española se obstina en denigrar la enseñanza. Su único objetivo se centra en conformar la educación como un vehículo -y muy potente- de desigualdad entre clases y sectores sociales. Y de negocio, por supuesto.

Para asegurarse lo anterior necesitan desprestigiar la enseñanza y, de esta manera, presentar como necesarias unas medidas que tan solo buscan dificultar el acceso a los estudios a los segmentos más débiles de la sociedad. Les duele, y mucho, que aún se conserve una educación universal, pública y de calidad.

Obviamente, si la educación española fuera mala… EEUU, Inglaterra o Alemania no se disputarían a los jóvenes licenciados y doctores españoles. Ellos ya tienen sus titulados, ¿pero cómo iban a contratar profesionales  españoles si nuestra educación fuera mala?

Aprovecho la presente para salir al paso de un bulo recurrente: el informe PISA nos sitúa a la cola de Europa en Educación. Esto es falso. Este estudio ubica en los primeros puestos a  Finlandia, Noruega y otros países que han seguido directrices socialdemócratas en educación. El resto de naciones se encuentra en el “pelotón”. Y en ese pelotón está España. Y como todo el mundo sabe, las diferencias de distancia en un pelotón son nimias. De hecho, si la media de calidad educacional de la UE fuera de 1,80, España mediría 1,80 menos doce milímetros. Y a eso se refieren algunos, demagógicamente, como “estar a la cola en educación”. Pues no, no estamos a la cola. Estamos en el pelotón.A su vez, suele ocultarse que la OCDE elogia a España como el país de toda la UE que más ha mejorado en materia educativa en los últimos 40 años. Algo lógico, pues España acabó 1975 en la cola de Europa en materia de gasto social.

Aún queda por avanzar en comprensión lectora y en ciencias. Con las medidas de Wert subiendo el IVA a los libros y expulsando de facto a los científicos, dudo mucho que mejoremos estos aspectos.

Pero ninguna medida docente, por tanto, en el desgobierno del PP puede entenderse fuera de estas claves: Educación para ricos, endurecimiento de requisitos y reducción de la movilidad (Erasmus y Séneca), masificación en las aulas públicas, deudas a la pública mientras se facilita la gestión de la privada, impago de becas, endurecimiento de las asignaturas alternativas para favorecer la asistencia a clase de religión (católica, por supuesto), eliminación de Educación para la ciudadanía y los Derechos Humanos... todos estos disparates los implanta e implantará el PP si no se le impide. Pero, a pesar de este desgobierno, todavía puede disfrutarse de una educación pública de calidad.

Por lo demás, las pretensiones de esta columna impiden rebatir con datos y en su totalidad las mentiras del ministro Wert (las reflejo en mi reciente libro: Nosotros, los empleados públicos…¡denunciamos!) pero la realidad, que no puede resultar más dura, es que nos enfrentamos a un plan para regresar a la peor educación, la del pasado. La que impartía a los pobres una formación básica “para ponerse pronto a trabajar”, mientras que a los hijos de familias pudientes se les franqueaban los portones de las Universidades.

España, una enseñanza todavía de calidad