martes. 23.04.2024

Elecciones Municipales: a ver si nos enteramos

El Partido Popular busca asegurarse la mayoría absoluta en los gobiernos municipales, especialmente capitales de provincia y grandes municipios...

Datos para resolver la ecuación municipal: a. las elecciones están a la vuelta de la esquina; b. El Partido Popular cae en estimación de voto por debajo de la mayoría absoluta de forma generalizada; c. Se extiende la dispersión de voto en centro e izquierda; d. El PP tiene mayoría absoluta legislativa para modificar la normativa electoral; e. Regalo de concejales a la 1ª minoría para tener mayoría absoluta.

Solución: Triunfo PP= [ (c-b)x(d/a)] + e

Dicho en cristiano: el Partido Popular busca asegurarse la mayoría absoluta en los gobiernos municipales, especialmente capitales de provincia y grandes municipios, con sólo obtener una primera minoría en la elección directa de Alcaldes. Ojo, nada de segundas vueltas como en Francia porque para ese viaje no se tomarían el trabajo de facilitarle al resto de Partidos concertar coaliciones mayoritarias. Tal es el grado de aislamiento político y debilidad electoral del Partido que nos mal gobierna con su efímera mayoría absoluta.

Resulta que nos repiten, hasta el agotamiento, que su propuesta es ultra democrática ya que reflejaría de forma genuina la voluntad de los vecinos que tendrían por Alcalde al que recogiera el mayor número de votos, aunque se tratara de un esmirriado 25 o 30%. Cosa que merece, por supuesto, otorgarle mayoría absoluta en el Pleno al margen de los votos obtenidos por su Partido en la elección de Concejales.

Curiosa forma de llevar a la práctica aquel principio de la “voluntad general”. Y si no ¡que venga Jean Jacques y lo vea!

Nos dicen que su propuesta es lo que se lleva por ahí en “muchos de los países más democráticos y”, esto es importante, “más avanzados del mundo”. En realidad, se trata del sistema bastante generalizado en los países de modelo presidencialista (más o menos democráticos y más o menos avanzados). Con la salvedad que en casi ninguno se le otorga el regalito de concejales del PP.

Ese sistema “presidencialista” ofrece, por una parte, el inconveniente de que el Alcalde, elegido directamente, ostenta una legitimidad de origen separada de la de los Concejales. Hecho que puede llevar a conflictos cuando el Alcalde no cuenta con mayoría en el Pleno, que puede lesionar la gobernabilidad. Sus defensores, sin desconocer esa dificultad,  argumentan que dicha realidad es positiva por cuanto obliga al Alcalde y a la propia mayoría del Pleno a dialogar, negociar y buscar puntos de encuentro. Lo grave es que cuando las partes se enrocan no hay forma pacífica de solucionar la crisis; cosa normal en un sistema parlamentario donde gobierna quien ostenta la mayoría y contiene, de forma genética, la práctica de la negociación y el acuerdo.

Descalificar los acuerdos para la conformación de mayorías tildándolos poco menos que de chalaneos en la oscuridad de los callejones en noches sin luna, es un insulto a la democracia representativa y, lo peor, manifiesta la aún no superada filiación franquista del Partido Popular. En cualquier momento nos pueden salir con eso del voto de los padres de familia.

Por supuesto, nos recuerdan que su propuesta es la misma que en algún tiempo pretérito formó parte de la propuesta electoral del PSOE. ¡Vaya la novedad!, si ya sabemos que el mentiroso disfruta con sus falsedades y medias verdades.

Hubo sí, en tiempos, una discusión acerca de los dos modelos electorales para los Ayuntamientos que, en determinado momento,  inclinó la balanza hacia lo  sostenido por muchos de los Alcaldes socialistas, que sentían una cierta  escasez  de legitimidad personal para el ejercicio de su cargo. Pero ya hace mucho que el PSOE consideró que la mejora de la gestión municipal y su  imbricación con los vecinos hay que buscarla mediante formas complementarias del actual sistema de representación electoral.

Pero al PP qué más le da.

Elecciones Municipales: a ver si nos enteramos