viernes. 19.04.2024

Las pensiones públicas y el Banco de España

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Hace unos días que estuve leyendo, tengo que decir que, con bastante asombro, varias noticias sobre el último informe que ha realizado el Banco de España acerca de las Pensiones en España. Algunos titulares son: “Los pensionistas reciben un 74% más de lo que cotizaron, según el Banco de España” (El País) y “Cada jubilado español cobra una media de 1,74 euros por cada uno que cotiza” (Las Provincias), pero hay más. Quizás han leído algún artículo al respecto.

Después de leerlos pensé que, como decía aquel, “no se pueden mezclar churras con merinas”, y me resultó curioso el número 1,74 (ya saben que los números son traicioneros, al final les diré a qué me refiero).

Parece que la visión única de la realidad es aquella en la que todo lo pasa por el tamiz de la capitalización financiera y la rentabilidad, o por la lupa de los mercados financieros, pero resulta que el Sistema Público de Pensiones en España es un sistema de REPARTO, y NO DE CAPITALIZACIÓN, y por ello no se pueden aplicar principios financieros para cualificar algo que ni en sus principios, ni en sus conceptos, ni en sus reglas, tiene una base y unos objetivos financieros, sino SOCIALES.

No voy a entrar en los números que plantea el Banco de España, sino simplemente en decir que el enfoque que plantea es bajo el prisma de la inversión financiera cuando las pensiones (de reparto) no lo son, mal que a alguno le pese.

El Banco de España, según el artículo de El País, dice que “El Banco de España ha calculado la rentabilidad anual de las pensiones una vez descontada la inflación: un 3,5% de media. En el acumulado, el jubilado que se retiró en 2017 recibirá, en promedio, un 74% más de lo que puso en contribuciones a la Seguridad Social. O lo que es lo mismo, por cada mil euros que cotizó cobra 1.740 euros. Es decir, los pensionistas están ingresando más de lo que han aportado.” Por otro lado, en el diario Las Provincias se afirma que “La entidad calcula que el sistema de pensiones provee a cada jubilado de una media de 1,74 euros por cada euro que este aportó durante su vida laboral, aunque hay grandes diferencias entre los distintos tipos de pensiones.”

Pero ¿alguien ha probado a medir el agua que cae de un grifo utilizando una cinta métrica? Parece complicado, difícil… ¡Es imposible, no están relacionados!  igual que no lo están los conceptos que se han manejado aquí.

Así empieza (y acaba) la confusión: los trabajadores en España no aportan nada a un sistema público de pensiones de capitalización (como inversión a futuro) del que recibirán su pensión cuando se jubilen y que, generalmente, debería ser algo superior a lo aportado si se siguen los cánones de los mercados financieros. Esto no ocurre así en realidad.

Los trabajadores (y también las empresas en su nombre) cotizan a la Seguridad Social un porcentaje sobre una determinada base de cotización, cuyo importe no es una inversión a futuro en los mercados financieros, sino que se dedica a pagar a los jubilados del momento. Es decir, lo pagado en cotizaciones a la Seguridad social en 2017 se dedicó por ésta a pagar las pensiones de 2017, y no hay más.

Por otro lado, cuando se llega a la jubilación se calcula la pensión a percibir, según determinadas reglas, y teniendo en cuenta las bases de cotización de los últimos “x” años, pero no lo pagado en cotizaciones en dichos años que, insisto, no es una inversión financiera, por lo que no entiendo que se le apliquen conceptos como el de rentabilidad, o la comparación de lo pagado en aportaciones con la pensión recibida.

En lugar de hablar sobre rentabilidades, para mí ficticias, creo que podrían compararse otros aspectos muy interesantes, como, por ejemplo, cuantos años de esfuerzo de cotización son necesarios para tener una pensión al 100% de por vida.

En este sentido, a principios de este año publiqué una entrada en mi Blog LO MEJOR ESTÁ AL CAER, titulada “¿Merece la pena cotizar muchos años?”, que les invito a leer, donde pueden ver con amplitud lo que les muestro a continuación sobre el esfuerzo de cotización y cómo varía con las largas carreras de cotización. Vean este cuadro:

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Fuente: elaboración propia con datos de la Seguridad Social y del INE

Entre los datos que aparecen, se ve que, según la Seguridad Social, en 2020 una persona con 37 años o más cotizados puede jubilarse a los 65 años con el 100%, lo que supone que según su esperanza de vida (86,30 años según la media hombre/mujer de datos INE) cobrará su pensión teóricamente durante 21,30 años. Eso supone que la persona ha necesitado cotizar 1,737 años por cada año de pensión que teóricamente va a percibir. El resultado es que cuantos más años se cotizan, mayor esfuerzo habrá sido necesario para percibir la misma pensión, lo que resulta discriminatorio. No digamos ya si se anticipa la jubilación, incluso con más de 40 años de cotización, generando situaciones en las que, en lugar de ponderar el exceso de cotización realizado, se aplican coeficientes reductores penalizadores, lo que aumenta la discriminación todavía más.

Es curioso que el número 1,737 se le parezca mucho al 1,74 del informe del Banco de España que aparece en los periódicos, aunque no tengan nada que ver (a esto me refería cuando decía que los números son traicioneros).

Como final, solo decirles que ya saben que las comparaciones son odiosas y, en este caso, mucho más que eso: inaceptables.

Las pensiones públicas y el Banco de España