sábado. 20.04.2024

Menos cuarto

Mariano Rajoy termina una rueda de prensa y sale presuroso señalando su reloj y comentando, campechano como es él, “Venga, que a menos cuarto empieza el fútbol”.

Mariano Rajoy termina una rueda de prensa y sale presuroso señalando su reloj y comentando, campechano como es él, “Venga, que a menos cuarto empieza el fútbol”. El presidente en funciones no quería perderse un partido del Real Madrid. En otras circunstancias, en un país “normal” (yo mismo no sé qué quiero decir con esto), hasta resultaría una anécdota agradable, una muestra de sencillez que lo igualaría con el resto de mortales ciudadanos a quienes representa y para quienes trabaja. Sin embargo, la rueda de prensa de aquella tarde tenía un carácter excepcional. Se confirmaba que habrá nuevas elecciones. Es la primera vez que sucede algo así en nuestros cuarenta años de democracia. Y Rajoy quería ver el fútbol.

Llevamos cuatro meses hablando de política. Antes, también sufrimos el teatro de la campaña electoral. La televisión, los periódicos, la radio, las redes sociales se retroalimentan en un vicioso círculo de cháchara política; el simulacro de los pactos, esas listas de propuestas elaboradas a toda prisa porque se nos ha pasado la hora y el súper está a punto de cerrar, las acusaciones cruzadas de falta de flexibilidad negociadora, el silencio y la indolencia de un presidente en funciones de apariencia obnubilada… Por el medio, hemos tenido cierto revuelo con el asunto de los papeles de Panamá, y, no obstante, los más significativo que han revelado hasta ahora nos ha devuelto enseguida al barro de la política, a sus cloacas, más bien, y a la dimisión del ministro Soria, la primera que se produce por “errores de comunicación” (lo último en ingeniería lingüística del Partido Popular después de aquel memorable hallazgo de Cospedal, a propósito de Bárcenas: “despido en diferido con forma de simulación”. Pero en fin, qué quieren que les diga, al exrey ya le había servido antes con un “Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir”).

No dejamos de hablar de política, también de lo que ahora llaman “nueva política”, pero entretanto, la gente sigue sin trabajo, la ley Wert trae de cabeza a padres, alumnos y profesores con su caótica implantación, continúan los desahucios, aumenta la precariedad laboral y el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España. 3.910 personas se suicidaron en nuestro país en 2014 (último año con datos publicados), el doble de las fallecidas en accidente de tráfico.

No obstante, a menos cuarto empieza el fútbol.

Menos cuarto