sábado. 20.04.2024

La ideología de la salud

Aprovechando la coyuntura de la estafa financiera que hemos vivido recientemente, el gobierno del PP se lanzó a recortar los presupuestos de la Sanidad Pública.

Aprovechando la coyuntura de la estafa financiera que hemos vivido recientemente, cuyas consecuencias continuamos sufriendo a pesar de que los ecos del escándalo parezcan amortiguarse, el gobierno del PP se lanzó a recortar los presupuestos de la Sanidad Pública con una euforia tan desatada, que parecía que llevasen largo tiempo esperando el momento, la excusa perfecta, para hincarle el diente al último gran negocio por exprimir convenientemente en nuestro país: la salud de las personas.

Además de toda una serie de medidas encaminadas a tratar de deteriorar la prestación de los servicios sanitarios, lo que les permitía argumentar a favor de las privatizaciones como la panacea de la eficiencia, dadas las deficiencias (provocadas por ellos mismos) del sistema público… Además del copago y de las diversas campañas difamatorias contra muchos profesionales que defendían la viabilidad del sistema y denunciaban el dañino negocio de las privatizaciones… Además de todo esto, recordarán, llegaron a abolir el carácter universal de nuestro sistema de salud. Los extranjeros, los inmigrantes, e incluso los españoles sin trabajo, perdieron el derecho a la asistencia sanitaria gratuita. Por supuesto, antes de hacer efectivas estas leyes, se emplearon a fondo en propagar todo tipo de ideas xenófobas, leyendas urbanas sobre el turismo sanitario y ese miedo tan humano a perderlo todo a mano de ¡las hordas invasoras!… y de los vagos, claro.

Pues bien, ahora resulta que un sondeo del Instituto Europeo para la Ciencia, los Medios de Comunicación y la Democracia, en colaboración con la Unión Europea, incluye la siguiente pregunta: “¿El acceso al cuidado de la salud gratuito debe dársele a todos, independientemente de sus elecciones en estilos de vida?” El periodista, de El País, titulaba la noticia así, “¿Deben tener sanidad gratuita los fumadores, los obesos y los bebedores?” Pero, ya puestos, por qué no preguntarnos también: ¿y los conductores o los deportistas?, personas tan proclives a accidentarse o lesionarse… ¿Y los ancianos?, que lo pillan todo… ¿Y los pobres, los sin techo?, los más desarraigados, cuyas condiciones de vida son tan insalubres… La majadería de la pregunta no es más que una suerte de globo sonda en la misma línea ideológica que las leyes sanitarias del PP. Los analistas ya estarán al acecho, a ver cómo respira el personal. Cada vez peor, me temo, en esta Europa insolidaria.

La ideología de la salud