jueves. 18.04.2024

El pañuelo de la política

La huida de Puigdemont a Bélgica bien podría haber aparecido en un capítulo de una novela de David Lodge. En realidad, todo este asunto tan nacional y patriótico, tan burgués y sentimental, tan visceral e infructuoso da para llenar cientos de páginas de una de esas novelas ingeniosas, inteligentes y desternillantes del magnífico escritor londinense. Y es que “el humor es un asunto muy serio”, como el propio autor suele decir, y esa es la clave de todo. La política de este país (tal vez se trate de una característica inherente a la política y ocurra en todas partes, no solo en España, quién sabe) lleva demasiado tiempo haciéndonos reír y generando a su alrededor millones de páginas de hilarante literatura. Mientras tanto, mientras nos morimos de risa, el paro sube, los sueldos se han ido convirtiendo en un insulto a la inteligencia (y a la supervivencia), la vivienda, dicen que ahora sin burbuja, sigue por las nubes, los alquileres empiezan a parecer un atraco con intimidación y violencia, la Sanidad resiste malamente a los sucesivos ataques de depredadores privados (curiosamente alentados desde ciertas instancias políticas), la Educación continúa dejada de la mano de dios, y no porque la religión haya dejado, precisamente, de tener voz y voto académicos… ¿Y qué me dicen de la cultura? Una vez cobradas las comisiones, los sobres, los regalos… construidas faraónicas “ciudades culturales” y realizadas todas las inversiones posibles en etéreos proyectos publicitarios, nos hemos quedado con los toros y la riqueza folclórica de los pueblos de España (lanzamientos de tomate, toros quemados o alanceados, procesiones de encapuchados...).

Pero no quisiera yo ponerme turbio, quejarme siempre, pintarlo todo de negro. Ni mucho menos. Siempre nos quedará la risa, y David Lodge bien podría poner el ojo en nuestros políticos para escribir una novela al estilo de El mundo es un pañuelo (Anagrama, 2006), donde, en lugar de representar un microcosmos de envidias, hipocresías y traiciones a propósito del mundo universitario, describiese con sutil realismo el delirante e irresponsable comportamiento de nuestros políticos a lo largo de las últimas décadas, por supuesto, con este colofón de la oprimida Cataluña y el reverso tenebroso del abanderado y casposillo nacionalismo español. Lo malo es que por aquí los lectores ya nos sabríamos el final, lo que vamos a encontrarnos dentro de ese pañuelo de la política.

El pañuelo de la política