viernes. 19.04.2024

Los fueros no son sistemas fiscales, son sistemas de convivencia

Algunos no tienen suficiente con resolver el problema de acomodo de Cataluña en España.

Cuando llegó a casa un pelotari, después de jugar un partido, el padre le apeló sobre el resultado. Ante la respuesta del hijo de que había perdido, el padre le espetó: “Joder; perder, perder… ¿No podías haber empatado?”. Sabido es que no es posible en el frontón; pero el sabio padre pensaba que antes un empate imposible que perder.

Estamos en un momento de fuertes tensiones territoriales dentro de un espacio que durante siglos se ha llamado España. Unos quieren escapar del centro de la gravedad de España como si todos los males vinieran de ahí  y otros quieren fortalecer ese centro como si la única realidad política fuera la que se cuece dentro de la M-30. Un escenario convulso donde las fuerzas centrífugas y centrípetas tensionan fuertemente sobre un equilibrio territorial construido hace más de 40 años.

El asunto no es meramente territorial, detrás de estos movimientos escapistas se esconde un fuerte malestar social. Donde el ciudadano no reconoce como suyas las actuales instituciones y busca otras. Pero más allá de este fenómeno social de malestar, el debate territorial está adquiriendo especial virulencia verbal. Desarmar las palabras y buscar el diálogo no viene nunca mal.

A mi modo de ver, la solución se encuentra en fortalecer la voluntad de convivir a través de la búsqueda del pacto. Un pacto federal para vivir juntos. En primer lugar, pacto federal en España y en segundo lugar, pacto federal en Europa. El proceso de globalización, unido al liberalismo económico, tiende a desdibujar las fronteras de los espacios políticos. Los Estados construidos al amparo de los mercados nacionales pierden hoy en día su razón originaria. No obstante, la agregación de espacios políticos es más necesaria que nunca. Por ello, me considero ferviente defensor de sumas políticas positivas; no de desagregaciones.

Algunos no tienen suficiente con resolver el problema de acomodo de Cataluña en España. Un problema importante dado que una parte significativa de la población catalana, en estos momentos, quiere irse de España. Como digo, les parece poco el asunto y abren nuevos frentes. Nuevos debates tales como el de romper el pacto foral con los territorios vascos y navarros. Quieren aplicar la uniformidad territorial a un espacio que no lo ha sido jamás.

En este punto, cabe recordar que Fueros y Federalismo indican lo mismo, pacto para convivir. Los fueros no son sistemas fiscales, son sistemas de convivencia. Lo significativo de un sistema foral es el pacto entre las partes, no los impuestos. Es atrevido decirlo, pero en vez de alentar la supresión de los fueros quizás pueda ser una solución aplicar los fueros al espacio catalán.  Como en su día se propuso.

No pretendo realizar ingeniería institucional territorial alguna, mi óptica es más cívica que territorial. Mi apuesta es que la ciudadanía encuentre en sus espacios políticos, en los territorios donde ejercer sus derechos y deberes, la plena armonía. Es decir que los territorios sirvan para facilitar la resolución de los problemas ciudadanos no para complicárselos. Y en esa tesitura, entiendo que convivir conjuntamente beneficia socialmente. Por ello, me apunto a perseguir el empate.

Los fueros no son sistemas fiscales, son sistemas de convivencia