Se atribuye a Pío Cabanillas padre la frase "Cuerpo a tierra, que vienen los míos". Este señor era un avezado político, curtido en más de una batalla, que conocía el riesgo de morir políticamente por fuego amigo. Sabía que los debates y embates internos muchas veces son más incómodos que los externos.
Después de las elecciones autonómicas en muchos espacios se han configurado gobiernos con apoyos múltiples de diversas maneras (coalición, apoyo exterior, apoyo investidura). Gobiernos autonómicos formados mediante apoyos múltiples. Gobiernos plurales que pueden ser un anticipo del próximo Gobierno de España. En todos ellos, el reto será gobernar la pluralidad. Para ello, es preciso que tengan en cuenta una serie de actitudes de manual.
La primera de ellas, ser flexibles con lo acordado por las partes, sin desnaturalizarlo. El programa de gobierno es una herramienta de mucho valor pero se debe contrastar con la realidad y actualizarse de forma natural. Si no es así, si no se da ese margen al programa acordado, se convertirá en un problema.
Otra clave es no competir entre sí. No querer sobresalir unos encima de los otros, o a costa de los otros. Intentar actuar colegiadamente. Por supuesto, no hacerse trampas. El diálogo discreto ante el conflicto no debe vaciarse nunca. Por ello, no es preciso radiar las reuniones, ni colgarlas en la web. Ello provocará que el diálogo, las reuniones, no sean sinceras; perdiendo la confianza mutua.
Pero la gran vacuna para el éxito de un gobierno plural es que las partes que lo componen naveguen en la misma dirección política. Sólo si tienen la mirada puesta a un mismo horizonte podrán llegar a buen puerto. Que atisben un mismo modelo político y de convivencia para su Comunidad. Que sepan priorizar entre todos qué es lo importante y qué cosas de cada uno se deben sacrificar por aquello que es importante.
En definitiva, para que un gobierno plural convierta esta característica en riqueza, no en fermento de división, hace falta mucha mano izquierda. No sólo le valdrán con ser competentes, también precisarán de habilidad política. Tienen por delante una ruta de cuatro años, donde la oposición no será la fuente de sus principales problemas, sino la cohesión de su propio interno. Gobernar desde dentro para transmitir hacia afuera.
Por otro lado, la ciudadanía ha despertado y se ha convertido más exigente, más ciudadana. No les vale cualquier cosa. De los resultados que produzcan los nuevos gobierno plurales saldrá el balance objetivo del mismo.