viernes. 19.04.2024

Mira quién baila, especial elecciones

Olivias y travoltas sueñan con reinar en la pista, pero la fama cuesta y aquí es donde van empezar a sudar.

En breve nos llegarán al correo las invitaciones al baile de fin de legislatura. Una cita con viejos conocidos empeñados en contarnos sus expectativas de futuro, como en las reuniones de antiguos alumnos, y algunos invitados que se vestirán de largo por primera vez.

De momento, el entusiasmo es relativo, porque el local se ve más bien desolado, con cuatro globos, luz escasa (por los recortes, no por la voluntad de crear ambiente) y la misma música de siempre, el conocido megamix de grandes éxitos de la transición y los ochenta. Si nadie lo remedia, incluso podría repetir el mismo video-dj pinchando una de sus plasma sessions.

Olivias y travoltas sueñan con reinar en la pista, pero la fama cuesta y aquí es donde van empezar a sudar. Sánchez ya ha sudado lo suyo con Iceta como partenaire, rollo cuñados de corbata anudada en la frente, meneando las camisas blancas por Queen, que los oldies son siempre una apuesta segura.

La vicepresidenta llevará la coreografía preparada de casa, como las adolescentes que ensayan con el mp3 del móvil en el parque antes de subir el vídeo a Youtube. Rivera aspira al pelotazo tipo canción del verano, estribillo intrascendente y fácil, mientras Iglesias y Garzón acudirán finalmente por separado y con otras parejas. Se comenta que la cosa entre ellos puede acabar en un duelo hip-hop.

Pero, ojo, que el baile es también de cifras. Diez mil millones de euros, para ser más redondos que exactos. Son los que Europa advierte que no cuadran en los compromisos de déficit aunque (quién sabe si por la cercanía electoral o por echar una manita a los alumnos aventajados de la austeridad) parece que se conformará con pasar la patata caliente de unos presupuestos mal armados al próximo ejecutivo.

Alguien debería contarnos cuándo y cómo se van a cuadrar las cuentas, para que el cotillón electoral no sea de máscaras. Deberíamos saber a la entrada, y antes de decidir quién se lleva el premio en el concurso de baile, a cuanto vamos a tocar en el escote. Más que nada para que, tras los acordes de “Paquito el Chocolatero”, no nos pille de sorpresa encontrarnos a la salida con los hombres de negro, cual cobradores de la SGAE, reclamando su porcentaje de taquilla.

Mira quién baila, especial elecciones