jueves. 28.03.2024

Los derechos no pueden ser promesas vacías

Las elecciones previstas este año en nuestro país no serían lo mismo si Podemos no hubiera irrumpido en el panorama político español.

podemos

En el programa publicado por Podemos para presentarse a las elecciones convocadas el día 24 de mayo próximo en las Comunidades Autónomas se tiene como primer punto y básico para un programa que se centra en el ciudadano el derecho a tener derechos. Para ello confecciona un Plan de Rescate Ciudadano que el partido abordará en los cien primeros días de su futuro gobierno. Así nos dicen en su introducción: “Un país moderno no puede mirar para otro lado ante problemas sociales urgentes. Los derechos deben ser reales y deben estar ga­rantizados, porque si no es así, no son derechos. El primer derecho de todos es el derecho a tener derechos. Por ello, la orientación de nuestro primer bloque no admite discusión: Plan de Rescate Ciudadano. Durante los primeros cien días de gobierno se puede y se debe atender esta emergencia social indigna, dolorosa, vergonzosa, impropia de nuestro país. Porque hay que recuperar la vivienda, la salud, curar la herida de la deuda privada y de la pública, rescatar a las pequeñas y medianas empresas, recuperar y mejorar los salarios”.

Ante esta afirmación que no puede tener más lógica y ser más consecuente con la realidad actual, no es sorprendente que todos los medios de comunicación hayan tenido titulares infames, contradictorios y faltos de argumentación, titulares que sólo pretenden desprestigiar y generar dudas en los votantes de Podemos. No es de extrañar esta respuesta de los medios ya que están interesados en el status quo, están interesados en seguir bailando el agua a los poderosos, el incremento de la brecha actual entre los que más tienen y el resto de la sociedad no los inquieta sino que lo persiguen. Llevan mucho tiempo, desde los años 80 del anterior siglo, imponiendo su sistema económico y social que ha conseguido un paso atrás en los derechos de la ciudadanía. Incluso han aprovechado la crisis actual para seguir cubriendo pasos en sus objetivos. De hecho como bien decía David Harvey en su libro El enigma del capital  “La crisis es un golpe de Estado que distribuye la riqueza hacia arriba”. Su sistema, por tanto, se nutre de la desigualdad y pone la economía a las órdenes de sus intereses y no de las personas, cuando la economía por contra debe ser un instrumento para la mejora de la comunidad.

En este contexto aquel que es sensible con las necesidades de sus semejantes no debe ser indiferente, no debe practicar el inmovilismo y debe estar alerta a las manipulaciones. Siempre ha sido el sentir de la izquierda el luchar por la igualdad y limar las injusticias. “La izquierda no puede renunciar a la actitud crítica, aunque pueda ser una debilidad. La izquierda no puede aceptar nunca el principio de No hay alternativa que tanto complace a la derecha, porque sin alternativa no hay transformación social (1).

libertad-expresionLa irrupción de Podemos ha abierto una grieta a la esperanza. Ahora se participa, se opina y se discuten ideas y programas de actuación. Ahora se habla de programa, cuando últimamente el debate estaba lánguido y sólo interesaba el “y tú más”. Ahora la lucha contra la desigualdad, la pobreza y la injusticia parece que tiene un futuro. Pero a Podemos, aquellos interesados en la actual política, le piden lo que no han hecho ellos en sus años de participación política. Piden siempre que presente algo más, que su programa avance a los últimos detalles, cuando esto en un partido que ha hecho de la participación y el empoderamiento de la ciudadanía su razón de ser, y esto tiene sus plazos. Pero, no obstante, siempre llega el momento y casi siempre antes de que lo hagan aquellos que lo piden. Ahora se requiere que se presente memoria económica y estoy seguro de que la presentarán. Pero, ¿Dónde está la memoria económica de los demás partidos? ¿Dónde está la memoria económica del rescate bancario? De momento, los demás, están elaborando programas conforme les fuerza el avance de Podemos. Pronto veremos muchas propuestas que han hecho y que han sido criticadas sin razón alguna que, también, formarán parte de otros programas que se vayan elaborando por los distintos partidos. ¿Por qué? Porque son de sentido común.

Los titulares de los medios de comunicación siguiendo instrucciones de quien los paga han intentado menospreciar el programa presentado dando muestras de poca profesionalidad periodística. Para algunos el programa es muy radical y será el derrumbe de la democracia tal como la conocemos, para otros se ha suavizado sensiblemente adaptándose a las necesidades populares y la búsqueda de votos. Pero si es un programa populista porque es lo que la gente necesita, bienvenido sea el populismo. Además el programa ofrece muchas propuestas para que sus objetivos se puedan cumplir y ahí están sus doscientas quince medidas todas ellas analizadas y participadas.

La Constitución de 1978 es mejorable como cualquier otra que esté vigente. Pero el problema es en que porcentaje está vigente verdaderamente; si la estamos llevando a la práctica o no. Si se cumpliese su articulado viviríamos en una sociedad verdaderamente avanzada, pero muchos de los derechos garantizados o que se deben potenciar y conseguir sólo son palabras escritas, derechos vacíos. Hacer efectivo el artículo 10 de la Constitución “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”, es una obligación del Gobierno y una necesidad para un avance social. Éste es un artículo océano que acoge a los derechos básicos que se deben conseguir.

Pero la dignidad está en tela de juicio en nuestro querido país, por ello me parece adecuado la creación de la “Oficina Pública de Protección frente a la Discriminación, que garantice el ejercicio de denuncia ante situaciones de explota­ción laboral, acoso y discriminación y, asimismo, asegure la difusión de información sobre derechos laborales, la protección y anonimato de las personas denunciantes y el acompañamiento integral”. De esta forma no quedaran impunes múltiples conductas asociales que nos asolan. Sin embargo, parece obvio que como decía Ernest Bloch “No toda la gente vive en el mismo ahora”. La realidad es poliédrica y cada uno ve un lado distinto de la misma. Parece que todo tiene sus matices y en todo se puede encontrar un matiz que nos deje ver otra solución.

Pero, ¿quién se puede oponer a propuestas como que sean las “instituciones permeables a la participación, que avancen de la mano del sentir y del calor de la gente: en suma, [que tengamos] unas instituciones profundamente democráticas, donde no haya puntos muertos para los ojos de la ciudadanía, porque el cambio significa dotarnos de la mayor democracia posible”? Este cambio en las instituciones no sólo es necesario sino imprescindible para lograr una ruptura en la situación de desigualdad y amplia corrupción existente.

Como bien dice Jorge Vestringe lo que no se puede dejar de reconocer a Podemos es su función de gran perturbador. Las elecciones previstas este año en nuestro país no serían lo mismo si Podemos no hubiera irrumpido en el panorama político español. Nada es igual al año pasado a pesar de la lucha de las élites para que todo siga en la misma dirección. No me cabe duda de que el programa nos ofrece una lucha básica contra la pobreza y la desigualdad que en nuestro país no tiene visos de parar. Y, recogiendo lo que decía Jose Carlos Díez en una entrevista en la que valoraba el programa de Podemos: es importante la búsqueda real y efectiva de los derechos de los ciudadanos que tiene como objetivo básico eliminar la pobreza y “la pobreza es el colesterol de la democracia”. Con derechos vacíos ¿cómo se pueda hablar de democracia?


(1) Ramoneda, Josep (2012:92) La izquierda necesaria. RBA libros S.A.

Los derechos no pueden ser promesas vacías