viernes. 19.04.2024

¡Crear puestos de trabajo!

La caterva desinformativa que prolifera en nuestro país se queda complacida cuando defiende a los multimillonarios de nuestro entorno porque crean puestos de trabajo. Mantienen la falsa creencia, en contra de la realidad, de que si ellos les van bien nos irá bien a todos. Da igual que los puestos de trabajo que generan sean indecentes, es decir por debajo de los derechos humanos mínimos, y mal pagados, mediante una retribución que mantiene a los trabajadores en la pobreza. Sin embargo, su incongruencia y su falta de interés verdadero por los que no tienen trabajo y muy poco que llevarse a la boca, les hace criticar cuando es el Estado el que crea puestos de trabajo bien remunerados y revestidos de los derechos laborales, otrora duramente conseguidos, para mantener servicios como la Sanidad y la Educación que, por otra parte, han sido y deberían seguir siendo señeros en nuestro país.

Son capaces de defender que la generación de empleo, o como esto no les es muy favorable, la reducción del paro, sea un buen objetivo, pero parece que el puesto de trabajo decente adornado de los derechos legalmente establecidos no es realmente su pretensión. Por eso, hacen oídos sordos, tachándola de locura, a cualquier alternativa que vislumbre nuevas formas de crear puestos de trabajo. No quieren darse cuenta de que “Paradójicamente aquellos que más urgente y desesperadamente necesitan un empleo, porque llevan desempleados más tiempo  y probablemente hayan agotado todos sus ahorros  prestaciones sociales, son los que menos posibilidades tienen de conseguirlo [1].” Que el sistema deja pocas posibilidades al que menos tiene. En el fondo es el sistema que les sustenta el que mantiene las grandes diferencias de nuestro tiempo, además parece claro que “El neoliberalismo aborrece del empleo porque implica el empoderamiento de la clase trabajadora [2].”

Se demuestra que nuestros dirigentes no son sensibles al gran desperdicio de recursos que tenemos cuando el desempleo es elevado. Las personas sin empleo debieran estar contribuyendo a mejorar los servicios y generando productos que beneficien a la sociedad. En sociedades pequeñas, agrícolas y primitivas ¿quién se permitiría el lujo de que algunos vecinos no trabajaran? Todos de acuerdo a sus posibilidades contribuirían al beneficio de su sociedad. El empleo o trabajo remunerado nos ha traído, sin embargo, la posibilidad, o la excusa, para que muchos ciudadanos no puedan obtener puestos de trabajo que les permitan vivir dignamente, debido a su escasez provocada o mantenida. Pero es de sentido común, el menos común de los sentidos, que si el gasto público estimula la actividad económica, entonces el PIB, la renta nacional y el ahorro crecerán simultáneamente.

La permanencia en el euro nos está demostrando un nivel de atadura y esclavitud que viene perjudicando claramente a la toma de decisiones políticas para una creación y mejora del empleo. El Euro tiene que ser una herramienta para dar soluciones en la vida de los europeos. No puede ser un instrumento de tortura para algunos países y ciudadanos. Con la Teoría Monetaria Moderna, quiero incidir nuevamente en que “Un gobierno que emita su propia moneda siempre puede permitirse contratar mano de obra desempleada [3].” Podemos atender a dos formas de crear empleo. Por una parte, podemos elevar la demanda agregada, y por otra, podemos aumentar la contratación directa. El Estado debe constituirse “empleador de último recurso” a modo de estabilizador automático cuando el motor automático del sistema de síntomas de griparse. La participación del gobierno, es esencial, aunque podría limitarse al suministro de fondos y quizás a la  aprobación de los proyectos a poner en marcha.

Comprender el sentido del ahorro es otro elemento de importancia para el buen uso de las instituciones económicas. “El ahorro equivale a un no hacer; a una decisión de abstenerse de consumir. Si consideramos que en una economía la relación ingreso=gasto=producto siempre es cierta es imposible que el ahorro pueda generar un crecimiento del producto y por tanto ayude a estimular la inversión ​[4]”. En momentos en los que la economía le cuesta avanzar si el ahorro no se transforma en inversión y en relanzamiento de la economía, estamos tomando medidas suicidas en contra de la recuperación, en vez de tomarlas para evitar el desastre.

En el mundo neoliberal los más avispados utilizan la deuda para enriquecerse y para hacernos sentir que nadamos en la abundancia dentro de nuestra jaula de oro. Pero, la idea de enriquecerse mediante el apalancamiento de deuda no sirve. Sus consecuencias son las crisis persistentes que venimos padeciendo en el mundo. No podemos, por tanto, seguir haciendo aquello que nos viene aportando consecuencias fatales. Debemos intentar cosas nuevas, aunque la historia, gran maestra, nos muestra muchos momentos en los que se desecharon grandes inventos, beneficiosos para la humanidad, porque suponían un trastoque del status quo. ¡Vamos que perdían algo la minoría más poderosa!


[1] Medina Miltimore, Stuart (2016:95). El Leviatán desencadenado. Lola Books.
[2] Ibídem (2016:105).
[3] Wray, L. Randall (2015: 229). Teoría Monetaria Moderna. Lola Books.
[4] Medina Miltimore, Stuart (2016:83). El Leviatán desencadenado. Lola Books.

¡Crear puestos de trabajo!