La ilusión por un mundo mejor y más igualitario es lo que nos une en la lucha. Ya sea desde un partido político, una asociación de vecinos o de un movimiento social.
Nuestro actual estado de crisis no es nuevo en los libros de historia. Países hoy punteros como Corea, Noruega o Brasil tuvieron épocas con tasas de paro, pobreza y turbulencias macroeconómicas superiores a los nuestras. Estos países estuvieron al borde del precipicio como España en la actualidad, pero todos ellos tienen algo en común, que en un momento de desesperación encontraron la manera de devolverles a sus pueblos "La Ilusión".
En un caso, esa ilusión hizo que el pueblo aupara al poder a Luiz Ignacio Lula Da Silva, un político totalmente diferente a los que habían gobernado el país hasta ese momento. Un trabajador metalúrgico sin estudios, que con políticas de Izquierda e inclusión social dio en ocho años un vuelco a Brasil llevándola desde una nación en vías de desarrollo a estar entre los estados más influyentes del mundo.
Corea, tras la desastrosa guerra civil y la partición del país en dos, estaba totalmente devastada. La Ilusión que necesitaron fue un pacto de estado en los años 60 en el que se comprometían todos los partidos a duplicar el presupuesto en lo que hoy conocemos como I+D+I y aumentarlo anualmente, relanzando en pocos años su economía y desarrollando todo tipo de mejoras en su tejido productivo.
El caso de Noruega es parecido al nuestro, pues en los años 70 se encontraron grandes bolsas de petróleo en sus costas y ellos decidieron sacarlo, lo que casi arruina su economía ya que la inflación generada por los ingresos del petróleo en el estado noruego casi destruye su tejido productivo nacional. Fue necesario un pacto de estado en el que todos los partidos políticos decidieron crear un fondo soberano con los ingresos del crudo y preservar para las futuras generaciones toda esa riqueza presente.
Esos pueblos tuvieron la suerte de tener unos políticos que, en los peores momentos decidieron trabajar juntos para volver a encender en sus vecinos esa llama que siempre debe de arder en los corazones de nuestros ciudadanos: ESPERANZA en un futuro mejor y ESPERANZA en un reparto más justo, porque sólo cuando se gobierna pensando en eliminar el dolor y el sufrimiento de todas las personas se llega a hacer algo grande.
Como Socialista, le pido a PSC-PSOE que esté a la altura de la grandeza que necesita nuestro pueblo y se vuelque en un "pacto de estado" en Canarias, que preserve el lugar donde están las riquezas presentes para que, si en el futuro hay manera de extraerlas sin dañar nuestras costas, sean esas generaciones las que lo decidan.
También necesitamos un pacto de estado en Canarias para aumentar el presupuesto en I+D+I tanto público como privado y aumentarlo para fomentar que las empresas de nuevas tecnologías se asienten aquí.
Por último, que entre todos nos demos el tiempo necesario para buscar un político diferente que no piense en la cita de cada cuatro años, sino en las siguientes generaciones y que nos devuelva la ilusión a nosotros y a nuestro pueblo.