jueves. 25.04.2024

El voto doblemente útil

Si quieres darle utilidad al voto te recomiendo votar por la neutralización del Ibex 35 en el juego parlamentario.

Si quieres darle utilidad al voto te recomiendo votar por la neutralización del Ibex 35 en el juego parlamentario. No es una cuestión ideológica, o no estrictamente al menos, es una cuestión de eficacia, de utilidad por tanto. Las empresas intervienen en política, todas  tienden a ejercer presión a través de medios directos e indirectos. Los lobbies son la expresión moderna aceptada para dar cauce a la presencia de las empresas en la vida de las instituciones. Desde luego que las empresas tienen otras alternativas menos confesables que todos conocemos o intuimos. Mi apelación a la utilidad del voto para rebajar la presión de las empresas no va dirigida contra la genérica sobrerrepresentación de los intereses de las corporaciones, sino más en concreto a la preeminencia de la visión de las empresas de este gracioso colectivo que forman las grandes españolas reunidas en el Ibex 35.

El hilo común a todas ellas es que pueden ser adscritas al término de empresas de capitalismo de amiguetes. Unas porque provienen de la venta  (mejor dicho cesión) de los derechos de propiedad públicos trasferidos a “conocidos” de la esfera del ámbito privado, y otras porque ya se encontraban en esa situación desde el proceso de construcción de estructuras industriales que bajo la dictadura cayeron en manos santas de familias nobles de fe inquebrantable en los principios del nacional catolicismo. Sea cual fuere el camino de conformación de sus grupos propietarios y de los órganos de gestión y administración de las mismas, todas ellas responden a un modelo compartido, a una misma manera de ver y entender el mundo: centralizado, jerarquizado, hermético, caprichoso e irresponsable. Pura modernidad.

La vida de las empresas coaligadas en el Ibex 35 se acerca a una edad muy avanzada, en términos de correspondencia biográfica están en la tercera edad, esa edad en la que todo lo que se ve tiene el rostro de lo que se vio en pleno esplendor. Los amigos, los amantes, los hijos, todo tiene el rostro del momento en la que la intensidad vital fue máxima. Los propietarios y gestores de las empresas del Ibex 35 ven el mundo con los ojos de cuando adquirieron su poder en unas condiciones, que si ya fueron injustas e inmorales, son, además de irrepetibles, negativas para el desarrollo mismo de la actividad económica general. El amiguismo es un suero para la competitividad. Su intervención en política no lleva sino a reproducir escenas del pasado, ensoñaciones nostálgicas en las que todavía hoy se ven sentados en luminosos despachos del INI o en sus relucientes deportivos, sin darse cuenta de que lo que realmente brilla son las canas.  Incapacitados para incorporar en la vida de sus empresas nada que no pueda ser regulado a favor, creen que el mundo es una componenda en la que siempre ganan los “elegidos” por dios y por España. Acostumbrados a no batirse en igualdad de condiciones, incapacitados para competir sin ventaja, su estrategia es la de modificar las condiciones hasta hacerlas coincidir con los intereses propios.

En modificar las reglas del juego son maestros, bien es cierto que llevan lustros de prácticas. Utilizaron el partido popular para realizar el pillaje, quiero decir la privatización general más descontrolada de cuantas se hayan conocido en Europa. En esto el PSOE también echó un capotazo. Cumplida esa misión, a resguardo el tesoro principal, sin temor al surgimiento de contestatarios o de grupos alternativos, se paga un cierto peaje en forma de dádivas y comisiones para que no parezca que lo quieren todo. Pero si, lo quieren todo y, por ejemplificar, deciden forzar la liberalización de los mercados, lo que les permite una actividad monopolística.  Curioso verdad.

Lo quieren todo y ya nada esperan del partido popular a quien consideran quemado e irrecuperable. Qué hacer se plantean, muy sencillo se responden. Si funcionó una vez, hagámoslo otra. Si promovimos un partido que nos dio el pan y la sal, porque razón no íbamos a crear otro adaptado a estos tiempos tan agitados. Y así, como todos sabemos pues es un hecho público, las empresas del Ibex crean una nueva versión de su poder terrenal.  Pero creo que esta vez se equivocan, que ven en C´s una versión inexacta de lo que fue el partido popular del señor González váyase. La nostalgia le juega una mala pasada. La sociedad no es la misma y su credulidad ya no transige con cualquier argumentario. Tampoco el País tiene la contundencia que el grupo de los conspiradores que denunció Ansón proyectó con insidias y difamaciones.

El Ibex ve en ciudadanos algo que solo existe en su mirada cansada, el poder de seducción delegado en la figura de Rivera es una quimera de la que despertarán con el voto útil, doblemente útil de la ciudadanía, que de una tacada puede acabar con el sueño de las empresas del Ibex y la pesadilla que resultan para nosotros.

El voto doblemente útil