viernes. 29.03.2024

¡Vale ya de meterse con Ayuso, no!

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Si, si, lo que oís, que vale ya de meterse con Ayuso, que no es culpa suya el verse en este embolado, que ella no estaba preparada para esto como nadie lo estaba y que si su gestión resulta patética es porque ella misma lo es, pero no ha sido elegida por ninguna divinidad superior, ha sido la voluntad popular quien ha puesto a la persona menos adecuada en el momento menos oportuno.

Pero eh, que ella no es la única ni la primera, sino la última de una larga lista de políticos irresponsables que se encuentran en ese trance por la irresponsabilidad de sus conciudadanos, así que ahora menos descalificación y más autocritica ¡listos! Ya oigo a muchos decir que ellos no han votado a esta señora y que no se siente ni pueden sentirse corresponsables ¡y una leche! El partido popular gobierna estos lares desde hace 24 años, que esto no viene de ahora, que se ha sentido tan autorizado que hasta se ha apuntado a la moda de poner en la cabecera de sus listas a los más excéntricos botarates que ha encontrado a su alrededor. Que si los norteamericanos podían permitirse tener como presidente a un chalado colaborador de realities y programas de marujeo, aquí tenemos personajes de idéntica baja catadura o peor, et voila, una comunity manager de perros hecha presidenta, ¡anda supera eso, amigo americano!     

El capitalismo del tercer milenio ha entrado en un estado de sinrazón que le lleva a elegir como líderes de la locura en la que se ha embarcado a personajes con quienes la comparación hace que los ejecutivos de empresa parezca gente sensata y razonable

Insisto en que no es suya toda la culpa. Y tampoco enteramente de los votantes conservadores y de aquellos que por despiste, desidia o ignorancia han validado la nominación de presidenta de la CAM a la persona más veleidosa que los recursos humanos de FAES han podido encontrar para enmascarar a  un presidente in pectore que con residencia variable en Marbella y Madrid tan solo necesitaba de un testaferro para institucionalizar su firme e inquebrantable tarea de plantar cara al gobierno mason rojiverde. A ellos se les puede decir eso de ya os vale guapos ¿y el resto de los madrileños qué, exentos? Ni hablar. El partido popular ocupa el poder en la comunidad de Madrid porque unos y otros hemos aceptado el juego suicida del metacapitalismo, el de jugar sin reglas, el de que todo vale, el de adorar la vida arremolinada en torno a la actividad de los mercados, el de que la libertad personal se traviste de la inmoralidad de aceptar injusticias y miserias y mirar a otro lado cuando las piedras caen cerca ¿cuántos madrileños se alegran de vivir en una isla fiscal, una comunidad sin impuestos de transmisión? ¿Más, o menos de los que se preocupan de la esquilma de la sanidad pública?

Tengo mis dudas. Claro que se puede objetar que entre ser partidario de la participación del capital privado en la sanidad y lo de Ayuso media un mundo. Vale de acuerdo, sanidad privada no es sinónimo de estupidez, solo de codicia y elitismo. Podemos decir pues que los ciudadanos de la CAM se conducen más bien como protocodiciosos y no como idiotas ¿Por qué entonces lo de la presidenta? Pues yo creo que por una aceptación connivente, si la opción política que acuna el estatu quo actual presenta a alguien como Ayuso, sus razones tendrán, pensamos. Y si, resulta ridículo no estar presente en una conferencia de presidentes autonómicos para ir a hacerse fotografías en el aeropuerto como una paleta de los años 60. Pero ella está en su línea, fue elegida por sus aptitudes para hacer el mamarracho sin despeinarse, y cumple como la primera. Así es que ya vale de meterse con ella. Antes mírate lo tuyo rico, que son 24 añitos de nada.

Queda una pregunta en el aire ¿por qué elegiría el PP una candidata como Ayuso para esto? Su fidelidad a los principios FAES y a su emperador es segura, pero es un apartado del currículo que comparte con cientos de militantes, fieles viejos o conversos como Maroto, entonces ¿por qué?

Yo sostengo la tesis de que el capitalismo del tercer milenio ha entrado en un estado de sinrazón que le lleva a elegir como líderes de la locura en la que se ha embarcado a personajes con quienes la comparación hace que los ejecutivos de empresa parezca gente sensata y razonable. Cómo no va resultar amigable Amancio Ortega si lo comparas con esta mujer desatada.

La maladie está en nosotros, en la cesión acrítica de toda responsabilidad a los mercados. Sin depredador natural el mercado ha enloquecido y ha transmitido su locura a la representación política con nombres como Trump, Modi, Orban o Bolsonaro. La señora Ayuso, en la modestia de sus posibilidades, está en esa pomada.

Pero no es su culpa, ella dice como el invitado descontrolado que hay en todo bodorrio: si sabes cómo me pongo para qué me invitas.  

¡Vale ya de meterse con Ayuso, no!