jueves. 28.03.2024

Irrelevante Aznar

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No se puede caer más bajo ni ser más estéril en una reentre, claro que en su fatuidad embustera él no lo llamaría caer sino subir hacia abajo

Cómo debe joderle al jactancioso personaje el que alguien le tache de irrelevante, pero no queda otra, no es nada personal ni revanchismo de ningún tipo, es observar la caída hasta hacer el ridículo de un personaje ya campeón de lo ridículo. Desde luego que cuento con argumentos de sobra para reprobar y descalificar su figura, pero no deseo hacerlo aquí y ahora, sino tan solo exponer el conjunto vacío de su vuelta al ring. No se puede caer más bajo ni ser más estéril en una reentre, claro que en su fatuidad embustera él no lo llamaría caer sino subir hacia abajo. El espectáculo de este fin de semana ha sido de galardón, la entrada una declaración ilustrada de que allí no se dirime ningún proyecto político, tan solo un acto de desagravio al líder que por su sola presencia sana todos los males.

Que mal regusto de boca debe tener este sujeto para, después de años, seguir huroneando en la conejera de la derecha hasta hacerla aceptar que los millones de muertos y desplazados de la guerra promovida por el infame correveidile de Bush, está justificada y conectada a los intereses tradicionales del conservadurismo nacional. Lógico lo del regusto, cientos de miles de cadáveres a tus espaldas no pueden dejarte un aliento fresco, pero no veo qué relación pueda tener el tradicionalismo español con las diferencias tribales del oriente medio ni que pintamos en el reparto del mercado petróleos, pues de eso se trataba.

Tragarse el desmembramiento de familias y el de los cuerpos de las personas que las componían está por encima de cualquier capacidad de aceptación. Todo intento de disfrazar lo ocurrido no es sino un esfuerzo patético que irradia odio y perversión. El que la guerra haya favorecido sus interés personales (un contrato estrella en la cadena belicista de comunicación Murdoch/Fox y una agenda de contactos que hábilmente manejada puede ponerte en órbita en mercados inmobiliarios y financieros), no es suficiente, no basta, las sombras de los desaparecidos y las miradas vacías de los bombardeados siempre te perseguirán, así es que no hay más que una clase de exorcismo: yo, el emperador Aznar soy el más grande, el único e irrepetible salvador de la patria y lo que hice fue siguiendo un designio divino, desamparado por la ley, pero cobijado por el destino en lo universal. 

A estas horas no podemos saber si esta jaculatoria le permite conciliar el sueño ni nos importa, lo que si podemos decir es que políticamente resulta irrelevante. Resulta irrelevante porque ha elegido formas ampulosas para el regreso como si nada hubiera ocurrido, como si todavía se dispusiera de una caja B para espectacularizar el evento, justo cuando su partido está requerido de humildad y silencio para que le sea otorgado el perdón por los cientos de delitos cometidos, juzgados y condenados. El fuera complejos no es sino una boutade exhibida con la loca convicción de quien ha perdido el contacto con la realidad.    

Resulta irrelevante porque el discurso que ha conseguido imponer es una vuelta al futuro, pero a un futuro en el que ya no está presente la codicia disfrazada de enfática honorabilidad, sino una recuperación de la ideología abstracta e integrista que ya representa Vox a la perfección. El partido de los caciques que están en política por el dinero se desvanece, no es que no haya oportunidades de pelotazo en lontananza, es que el modelo de negocio ha cambiado, ahora se requiere método y procedimiento, y estas sutilezas las domina de mejor modo Ciudadanos. Llevártelo muerto en comandita con los amigos es una apuesta fácil, pero también un modelo agotado.

Resulta irrelevante en la conformación de expectativas dejando huérfano al partido que pretende revitalizar porque su deriva (o afectación por) el nacionalismo y al tradicionalismo están a la baja, Trump, los brexiters y los del este europeo ya lo han dado todo y han conseguido poco, excepto el mostrar públicamente su incapacidad para formar parte del escenario político en el que habrá de resolverse el temario de los acontecimientos del siglo XXI. Esto se proclama hasta en Davos.

Es irrelevante porque el momento actual requiere que la visión de la orientación que debe guiar al partido que Aznar utiliza para fines propios, al menos debería conservar un mínimo de dignidad en su ubicación y articulación. El partido popular que Aznar ha conseguido domesticar ya no puede organizar un Escorial II, si acaso una representación en guiñoles de la primera entrega, con todas su marionetas recibiendo golpetazos de un muñeco con túnica de juez. Aznar no se entera porque la rabia le ciega y en tiempos de turbulencias la perdida de la visión es mala guía.

Allá ellos, pero entregarse en cuerpo y alma a un sujeto atormentado (su cara no engaña) desmoralizado y desactualizado les arrastra a la irrelevancia y la inutilidad con la que su maestro ha elegido pasar a la posteridad. Ciudadanos y Vox no caben de alegría.

Irrelevante Aznar