jueves. 25.04.2024

Un gobierno tres en uno

Si las instituciones básicas del estado están oxidadas, las estructuras económicas y societarias ni te cuento.

Las dificultades objetivas nacidas de un reparto de escaños que impide la decisión unilateral de ninguna de las fuerzas presentes el parlamento, imposibilita definir una apuesta de gobierno neta a negociar con terceros para ensanchar la base de la gobernabilidad de cualquier alternativa. Las dudas y las especulaciones sobre la conformación del gobierno han nacido en este contexto que se ha trasladado al conjunto de la ciudadanía que lo vive con una intensidad impropia de un acto institucionalizado y por tanto acotado en todos sus márgenes. No debería haber espacio reservado para la sorpresa, pero resulta que sí, de ahí el nerviosismo, de ahí la intranquilidad, de ahí el remachar las preferencias que ya se expusieron en el voto. La campaña electoral sigue viva.

Aunque creo que todos comenzamos a estar cansados de oír y hasta de promover especulaciones sobre la composición del próximo gobierno. Algunos ya se toman la cuestión como si de un juego de azar se tratara, a ver si aciertan y se lo pasan por los morros a amigos y conocidos. Esperan el día que puedan alardear: Si ya te lo había dicho yo. Los más comprometidos con el desarrollo social del país exigen con toda razón la formación de un gobierno de progreso claramente alineado con el combate a la desigualdad y la pobreza. Aquellos que se sienten más pragmáticos apuestan por un gobierno que sea capaz de controlar el ritmo y la intensidad de la reformas que queridas o impuestas, habrán  de tomarse.

Y a mí todo esto me parecen exageraciones, pues el gobierno que salga de las negociaciones de estos días en todo caso ha de ser un gobierno con una fuerte capacidad antioxidación, como el 3 en 1. Este país se encuentra en un estado de mugre generalizada, de roña que hay que rascar, que como en el caso de las bicicletas, antes de echarla a rodar, antes de empezar a dar pedales cuesta arriba o lanzados cuesta abajo hay que lubricar las partes esenciales. Si gobernar significa lograr que los ciudadanos consigan llegar más lejos en el cumplimiento de sus aspiraciones y mejor equipados frente a las contingencias del camino, entonces como en el caso de la bicicleta, necesitamos que un equipo de mantenimiento limpie, fije y de esplendor a la máquina con la que podamos viajar hacia nuestras ilusiones.

La máquina social que nos transporte hacia ese futuro que está presente en el espíritu colectivo requiere recuperar un sistema sanitario que está gangrenado por los efectos pestilentes del dinero convertido en motor de salud. Necesitamos recuperar un modelo de educación que ha sido pervertido por la influencia del sectarismo clasista y la religiosidad intolerante. Es necesario recomponer un mapa de medios de comunicación que potencie la calidad y la neutralidad de los medios públicos y aleje a los medios  impostores de las concesiones de licencia injustificadas y del dinero fácil que se filtra hacia éstos a través de la subvención encubierta de publicidad venida de empresas amigas (públicas o privatizadas) o lobbies afectos.

Si las instituciones básicas del estado están oxidadas, las estructuras económicas y societarias ni te cuento. Se requiere una labor de choque, de limpieza y reseteado de la composición de la dirección de las empresas que siendo demasiado grandes para caer, se sostienen en los hombros del estado a través de puertas giratorias, mecenazgo fundacional y exclusividad para cierto tipo de contrato. Es necesario un gobierno que les diga, ya eres grande, vedad, pues anda solita. Olvídate de disponer de un mercado de trabajo diseñado para alimentar tu irresponsabilidad. La acción depuradora del gobierno 3 en 1 respecto del mecanismo por el que se encuentran personas y puestos de trabajo debe promover la empleabilidad de las personas y la honestidad en la fijación de las condiciones en las que se ejecutan las tareas y responsabilidades productivas. Para devolver la utilidad original al sistema judicial quizás sea necesario algo más que un lubricante al uso, el próximo gobierno va a tener que aplicar algún producto de fuerte capacidad corrosiva del óxido, algún ácido potente, del tipo Pedrazina, pero generalizado a todos sus rodamientos.

Y para llevar a cabo esta misión tan necesaria no se requiere un gobierno fuerte con una clara orientación ideológica. Basta con que sea un gobierno comprometido con la limpieza y cauterización que estos años infaustos han dejado como herencia o acentuada su presencia. Sólo hay una condición que parece aceptada por todos. No puede estar presente el agente patógeno que nos ha llevado a la chamarilería en tan solo cuatro años. Un gobierno pulcro que prepare la bicicleta que comenzará a andar en la negociación de los presupuestos generales del estado del año 17. Entonces sí, la batalla por un gobierno o fuerza hegemónica que oriente la marcha de la bicicleta habrá de convertirse en la pugna política en la que todos habremos de involucrarnos. Hasta entonces no pasa nada por perder aceite.       

Un gobierno tres en uno