jueves. 25.04.2024

Antes de entrar, dejen salir

Lo mejor contra la peste es purificar y airear. Que salga fuera de la esfera de la gobernabilidad todo aquello que recuerde lo que nunca debió ocurrir.  En beneficio de todos, antes de entrar dejen salir

Los carteles colocados en las puertas de los trenes del metro decían: “en beneficio de todos, antes de entrar dejen salir”. Advertencia que parecía obvia porque la inquietud por entrar y ocupar un asiento  producía atascos que dejaban a viajeros en el interior que no pudiendo salir, ocupaban espacio que restaban a los usuarios recién incorporados. Consejo sabio en beneficio de todos, de los que entraban y de los que debían salir.

Un cartel como éste deberían colocar en las puertas de la Moncloa, porque lo que se percibe en su boca de entrada y salida es un tumulto formado por quienes no saben si salir o no hacerlo y quienes aún no saben si entrar o esperar a otro tren. Sea cual sea la resolución, me parece que resulta de claridad meridiana el que los que están dentro deben salir. Ni gobernabilidad, ni sentido de estado ni gaitas ¡fuera ya!  Y mientras no salgan no hay por qué entrar ni facilitar el que otros entren.

Hay tanta personalidad sensata en este país aconsejando lo que debe hacerse con el gobierno en funciones y con el tiquis miquis al frente (si no le dejan jugar de delantero se lleva la pelota) que me asombra no haberlas visto a ninguna de ellas pronunciarse con tan latosa cantinela cuando este país era igualmente ingobernable por la imposición de mayoría absoluta con absoluto desprecio por los derechos y las garantías de los ciudadanos. Aunque pareciera gobierno democrático no era sino un simulacro, pero ninguno de los santos barones que apelan a la razón de estado entonces lo hicieron. La mayor parte de ellos fueron conniventes y tan sólo acudieron a la plaza pública por razones de marketing electoral, para cuidar la marca propia, pero nunca denunciaron lo que era un fraude portentoso prologado en un saqueo de lo público volando hacia bolsillos privados ¿Qué es eso de que por el bien del país hay que dejar gobernar  a esta caterva de ladrones? ¿Gobernar, o seguir repartiéndose el botín? ¿Es que les llega algo a estos portavoces externos del PP?

¿Es que acaso se pretende otorgar razón de estado a la manipulación de las instituciones judiciales, policiales, diplomáticas y fundacionales que han seguido produciéndose en el periodo de excepcionalidad derivada de la disolución de las cortes anteriores? ¿Es que se necesitan más pruebas para entender qué es gobernar para el partido popular? ¿Alguien quiere mezclarse en esto por activa o por pasiva?

De ninguna de las maneras. El partido popular en su conjunto, pero sobre todo la cúpula que lo ha dirigido en estos últimos años (no digo 4, digo 12 o 16) están apestados, quien se acerque a ellos pagará un alto precio. La peste se contagia, los médicos que se prestan al cuidado de los enfermos se saben condenados. Lo hacen por humanidad no porque crean recuperable al enfermo ¿Alguien quiere explicarme cómo cualquier ciudadano decente puede apoyar a gente como Aznar, Cascos, Zaplana, Bárcenas, Rato, Matas, Costa, Camps, Mato, Fabra, Díaz … y Rajoy? Es que no puedo ver razón de tal magnitud que obligue a cerrar los ojos ante esta legión cóndor del saqueo inmisericorde amparado en la impunidad ganada falsariamente por  mayoría absoluta.

Quienes aducen que los electores nos han enviado a la oposición y es ahí donde debemos estar y para ello debemos dejar gobernar cometen un delito de lesa ciudadanía. Todos sabemos lo que representa el voto cautivo del PP y su conexión con los elementos menos dinámicos de nuestra sociedad. Tan poco dinámicos que son las neutrales monjitas quienes empujan sus sillas de rueda a para llevarles votar, en masa.  Dejar que un grupo de desalmados capaces de esto gobierne con la coartada del voto de estas nobles personas que ya han perdido el sentido de la realidad es una inmundicia. El escrutinio del voto popular revela una sociodemografía subyacente compuesta por personas mayores o muy mayores, ubicadas en localidades pequeñas y medianas alejadas geográfica y mentalmente  de las problemáticas propias del siglo XXI ¿es éste el grupo social que debe asumir el reto de gobernar un país cuajado de problemas combinados de economía globalizada y reformas institucionales y territoriales?

Lo mejor contra la peste es purificar y airear. Que salga fuera de la esfera de la gobernabilidad todo aquello que recuerde lo que nunca debió ocurrir.  En beneficio de todos, antes de entrar dejen salir. 

Antes de entrar, dejen salir