jueves. 18.04.2024

Argentina. Camino a las PASO nacionales

PASO (Primarias abiertas simultáneas y obligatorias). El viernes 10 de julio los precandidatos comenzarán su campaña.

El viernes 10 de julio, cuando muchos vivan el feriado largo después del día de la Independencia, los precandidatos presidenciales de todas las fuerzas políticas comenzarán formalmente su campaña electoral para dirimir, el 9 de agosto, cuál será el verdadero candidato que exprese cada espacio.

La alianza PRO-UCR-Coalición Cívica ya tiene más que definido que Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió serán quienes midan fuerzas. No parece haber muchas dudas en que el favorito es Macri. Sin embargo, como se trata de una alianza electoral de oportunidad, muchos miran con cuánto llegarán los radicales como para medir anticipadamente cuánto puede durar el acuerdo. Sin perjuicio de que hoy es un espacio con chances reales de disputar la presidencial, es preciso ver –tras el buen desempeño del PRO en Ciudad de Buenos Aires y Santa Fe, así como de la UCR en Mendoza– si tienen posibilidades de hacer buena elección en provincias donde aspiran a ganarles a los oficialismos. Por caso, el 5 de julio próximo será una fecha importante para ese espacio: serán las elecciones en Ciudad de Buenos Aires donde quedará claro si hay o no segunda vuelta y, en caso afirmativo, si el contrincante del ballottage contra Horacio Rodríguez Larreta será Martín Lousteau o Mariano Recalde. Si el PRO sumara tres puntos más al resultado de las PASO, un triunfo en primera vuelta lo mostraría sólido. Si, en cambio, fugan parte de los votos de Gabriela Michetti a alguno de los dos opositores con chances, se vería si los votos mutantes van más hacia otra fuerza opositora al gobierno nacional (Lousteau) o las simpatías que puede recoger el kirchnerismo abrevan también entre quienes votaron dentro del PRO pero contra el delfín de Macri. 

Ese mismo domingo habrá elecciones en Córdoba, un distrito clave, porque el gobernador José Manuel de la Sota se juega su propia carrera hacia las PASO nacionales para competir con el alicaído Sergio Massa. Las internas cordobesas serán como una provincial anticipada, porque no hay multiplicidad de fórmulas. Juan Schiaretti - Martín Llaryora son la fórmula de De la Sota para que el peronismo disidente cordobés siga en carrera, mientras que los radicales y el PRO acordaron el primer lugar para Oscar Aguad y el segundo para Héctor Baldassi, un binomio presentado en conjunto por Macri y Sanz, que aspira a dar el batacazo. Sin embargo, el candidato Eduardo Acastello, del Frente para la Victoria, no sólo cuenta con el aval de Cristina Kirchner y de Daniel Scioli, sino que sacó un as de la manga para ampliar la cancha y puso de segundo al capocómico Cacho Buenaventura, la cara visible del EPEC (la empresa provincial de energía de la provincia) y del Banco de Córdoba, ambos espacios manejados por el delasotismo. Las chances del FPV van de la mano de la decisión de disputar con todas las armas legales, aunque de esta manera se legitimen figuras de la farándula que hasta ahora parecían sólo vedadas para el PRO, con Miguel Del Sel en Santa Fe o el propio Baldassi. 

Cualquier balance que se haga de los cuatro distritos donde hubo PASO en las últimas tres semanas (Salta, Mendoza, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires), así como las provinciales de Neuquén, ponen en evidencia una buena performance del espacio de Sanz y Macri al tiempo que los referentes del Frente para la Victoria mantuvieron un distrito (Salta), perdieron en otro (Mendoza), hicieron una elección razonable en Santa Fe con Omar Perotti y una elección floja en Buenos Aires con siete fórmulas que en total sumaron ocho puntos menos que los votos obtenidos por Daniel Filmus en la elección de 2011. Sin perjuicio de desempeños variados en los distintos distritos, tanto los actores políticos como los analistas, tienen claro que las PASO y las elecciones provinciales no tienen una incidencia clave en las PASO nacionales y las presidenciales. Es más, en un país que se dice federal pero tiene una enfermedad endémica de los recursos del Estado central, no hay distritos que puedan escapar del ojo rector de la Nación. Ni siquiera la Ciudad, con un presupuesto elevadísimo que no depende de aportes extras del Tesoro, puede gobernarse al margen de la Casa Rosada. Pero eso, como tantos otros temas crónicos, no entra en el debate de fondo como para lograr consensos encaminados a mejorar los estándares de gobernabilidad. Se habla demasiado en estas semanas de gestión sin que se escuchen explicaciones que ayuden a saber cómo funcionan, por ejemplo, los mecanismos de auditoría y control para reducir los costos de la obra pública y de las contrataciones del Estado, tanto central como de las provincias y la Ciudad Autónoma. 

¿Scioli? La pregunta obligada. No falta mucho para la inscripción de las alianzas con miras a las presidenciales. En efecto, el lunes 8 de junio, cinco semanas y un día después de la publicación de esta nota, vencen los plazos para inscribir las alianzas o candidaturas dentro de cada espacio. Todos los ojos, de propios y ajenos, están puestos en qué hará el FPV en estos próximos días. El pasado domingo, mientras todavía los voceros kirchneristas aseguraban que ese espacio salía segundo y auguraban un ballottage entre Rodríguez Larreta y Recalde, los cinco precandidatos presidenciales estaban sentados, callados y expectantes, dando una señal de unidad y, sobre todo, de disciplina. La escena es casi intrascendente pero tiene dos costados incómodos. El primero es que los números finales no acompañaron el buen desempeño anticipado. Y el segundo es que la calidad de dirigentes que tienen Sergio Urribarri, Jorge Taiana y Agustín Rossi no se ve empañada por el bajo caudal de simpatías electorales que muestran las encuestas. Los motivos que llevan a que esos tres precandidatos prestigiosos en el mundo K tengan baja intención de voto son mucho menos importantes que tratar de entender las ventajas y desventajas de mantener un pelotón de cinco aspirantes y, al mismo tiempo, una indefinición sobre cuál es la locomotora de la formación o cuál es el timonel de la lancha, dicho en términos sencillos. En el kirchnerismo todos dicen “Cristina es la gran electora”, lo cual es un arma de doble filo. Por un lado, reafirma que mantiene la conducción política, una plataforma fundamental para que el FPV sea, como lo es para la mayoría de los estudios de opinión pública, el favorito de cara a octubre. Pero, al mismo tiempo, un ordenamiento inteligente y bien comunicado no es lo mismo que una intriga plagada de interpretaciones y carente de un debate a la luz pública. 

Algunas verdades de la política no pueden dejarse de lado por cariño al dogma o el amor partidario. La primera es que no pueden debatir en igualdad de condiciones los cinco precandidatos. Es probable, o casi seguro, que tienen muchísimo mejores planes de gobierno Rossi, Taiana y Urribarri que Scioli o Randazzo. Pero el liderazgo ante la opinión pública no es el mismo y la gobernabilidad no se garantiza con diagnósticos acertados y proyectos justos. Pero eso no es lo más importante. Lo fundamental es que el FPV no está solo. El acuerdo PRO-UCR es un rival muy fuerte. Es cierto que Sergio Massa perdió impulso y eso puede significar que muchos intendentes o dirigentes que se fueron al Frente Renovador regresen al FPV. Nadie se mosquea por la cantidad de idas y venidas de quienes forman parte de una casta política que pasó por todas las estaciones ideológicas. En el peronismo hay mucho de eso. Y si en el kirchnerismo hay quienes pretenden la virtud de la pureza, deberán estudiar la historia además de entender que no es lo mismo la pureza de la resistencia y la lucha que la que emana del ejercicio del poder. 

Entonces, si todas las encuestas muestran a un Scioli que lidera y un Randazzo que va detrás, ¿sirve mantener un pelotón de cinco precandidatos?

En una fuerza política con ejercicio de alianzas electorales que no comprometen las convicciones, ¿no será momento de tomar iniciativas? Muchos esperan la voz de Cristina, pero ella ya dijo que no tenía favoritos. Si eso es así, y más allá de la lectura del frente interno, la pregunta es si los precandidatos no necesitan un comando que tenga una visión de toda la cancha o solo se moverán dentro de sus propios límites. Y, si en caso de llegar los cinco a las PASO, cómo articularán con los distritos que votan a la par de las nacionales, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde vota el 40% del padrón nacional y donde todavía no terminan de acomodarse los precandidatos a gobernador.

El panorama económico dista de ser una ventaja para el oficialismo, pero está muy lejos de ser inmanejable en los próximos meses. La colocación de deuda, los indicadores de consumo y de ocupación, así como la posibilidad de hacer un anuncio –más temprano que tarde– sobre un nuevo piso de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias, le permiten al Gobierno dar confianza a una porción importante del electorado sobre la conveniencia de votar al FPV. Pero junto con estas medidas, todavía se respira un clima frío entre Cristina y Scioli. Randazzo crece al ritmo de los anuncios del tren; o sea, de la mano de la Presidenta. El gobernador bonaerense, el que seguramente se impondrá en las PASO, acompaña el discurso pero no recibe apoyos concretos ni tampoco simbólicos. A su vez, es cierto, en muchos temas Scioli tiene planes distintos a los de Cristina. Dilma Rousseff, por caso, ganó y sin embargo puso al frente de la cartera económica a Joaquim Levy, alguien que jamás podría haber mostrado el PT en la campaña electoral. Cualquier balance serio de la reprimarización de la economía en el continente rompe muchos esquemas y plantea escenarios cercanos de cambios, de tensiones, de incertidumbres. Todo lejos del crecimiento económico, de las cuentas fiscales que cierren y de mayor distribución. El kirchnerismo no es autocrítico respecto de la megaminería ni del complejo oleaginoso ni de las medidas restrictivas tomadas desde noviembre de 2011. Sin embargo, es difícil evaluar qué factores jugaron para esta realidad. Por estilo, la Presidenta resalta los logros. En algunos casos, sin datos oficiales. Con lo cual, lo que pesa en una parte de la sociedad es la confianza y el cariño sobre ella. Y esa parte considerable de la sociedad, seguramente la acompañará sean cuales fueren las señales que ella dé. Otra parte de los votantes, también significativa, es capaz de votar al FpV pero no se sienten kirchneristas de corazón. Para sumar a esos sectores son importantes los mensajes de unidad y de entendimiento, así como la agenda que construya el FPV. Seguridad, inflación, trabajo, vivienda, impuesto a las Ganancias entran en la vida cotidiana. Por el contrario, las peleas con el Poder Judicial son importantes para los que ya están convencidos. 

Enfrente está una fuerza que se consolida, con Macri a la cabeza, y otra, amenguada, liderada por Massa

Para los factores de poder económico, la mejor ecuación es un entendimiento entre ambos espacios con la expectativa de tener alguna ventaja sobre el FPV. Es probable que a Héctor Magnetto y a otros empresarios, les moleste que Macri no quiera sumar a Massa como precandidato a gobernador bonaerense. Es llamativo, por ejemplo, que la tapa de Clarín del pasado miércoles (“Sigue sin control la mafia de los talleres clandestinos”) tenga por destinatario al PRO, a partir de que el lunes murieron dos chicos en un incendio en el barrio porteño de Flores, precisamente en un taller clandestino. Sin embargo, los cortocircuitos entre el grupo Clarín y el PRO no van a ser permanentes en estos meses. Clarín sabe que de ganar Macri las posibilidades de volver atrás con la ley de medios no es una quimera. Tampoco es una fantasía que el PRO quiera diluir las políticas de derechos humanos. Baste por caso que antes de los dos superclásicos de la Copa Libertadores que transmite la cadena FOX, Macri haya sumado a Fernando Niembro, el prestigioso periodista deportivo que el Día de los Inocentes –28 de diciembre– de 1990, en su carácter de vocero de Carlos Menem, anunció los indultos a las juntas militares. Futbol Para Todos transmitirá ambos clásicos. Eso sí, con los comentarios de un Niembro que ya está en campaña política.

Publicado en Miradas al Sur

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