jueves. 18.04.2024

El complicado futuro de Turquía

El año 2013 no ha sido un buen año para Erdogan. El fracaso de las negociaciones con los kurdos turcos, las protestas estivales en el parque Guzi y la plaza Tahsim en Estambul...

El año 2013 no ha sido un buen año para Erdogan. El fracaso de las negociaciones con los kurdos turcos, las protestas estivales en el parque Guzi y la plaza Tahsim en Estambul, la postura del gobierno turco apoyando a los Hermanos Musulmanes en Egipto, el apoyo a los sublevados en Siria, el enfrentamiento con la Comunidad de Fethullat Gulen y los recientes casos de corrupción política en su gobierno han colocado a Erdogan en una situación de máxima debilidad política haciendo incierto su futuro político.

Erdogan y su partido el AKP se presentaban, en el año 2002, como los abanderados de la lucha contra la corrupción de la clase política y como el único capaz de hacer frente a la profunda crisis económica que este país sufría.

A inicios de este año se han detenido a tres hijos de ministros (entre ellos el del ministro del Interior), todos ellos acusados de corrupción y al director del Banco público Hailkbank. El viceprimer ministro  Bülent Arinc decía con sonrojo que “debe ser bastante triste para el ministro del Interior enterarse el último de la detención de su hijo”.

En noviembre, el gobierno de Erdogan decide prohibir los Bershanes, que es uno de los pilares de la Comunidad, pues son centros educativos donde se adoctrina y capta a las futuras elites del país. ¿Qué es la Comunidad? Recibe el nombre del OPUs Dei del sunismo. Fue creado por Fethullat Gulen, teniendo millones de seguidores, disponiendo  de gran cantidad de centros educativos, al mismo tiempo que tiene grandes grupos empresariales como Kaynak Holding y Feza. Al mismo tiempo, dispone de una potente red de medios de comunicación. Hoy en día está presente  en todas las instituciones del poder.   En el año 1999, Gulen decía “debéis moveros por las arterías del sistema sin que nadie note nuestra existencia, hasta que alcancéis los centros del poder”.

Gulen fue líder de la Liga Anticomunista de Turquía, que era una iniciativa de la CIA para usar el Islam en su lucha contra el comunismo en Oriente Medio durante la guerra fría. En el año 2002, Erdogan y Gulen se alían y ganan las elecciones con la intención de hacer avanzar a Turquía hacia una sociedad religiosa y de corte conservadora, para así combatir al nacionalismo laico mayoritario en el país.

Esta alianza  le hace ganar a Erdogan dos elecciones que le han permitido afianzar su poder y quitándoselo al ejército garante del laicismo. Sin embargo fue, en el año 2011, cuando empiezan a surgir problemas en esta alianza. Esta crisis entre ambos aliados se percibe en las detenciones por corrupción, realizadas por jueces y policías seguidores de la Comunidad, fruto de la venganza por el cierre de las Bershanes.

¿Qué  diferencias hay entre Erdogan y la Comunidad? Además de sus luchas de intereses entre sí por el poder, la Comunidad prefiere un avance lento de la islamización del país, manteniendo una perfecta tolerancia y respeto al laicismo. Mientras que Erdogan se ha lanzado a una islamización rápida, sin ocultar su deseo de “educar una generación piadosa”.

Otro de los errores de Erdogan en sus últimos años ha sido su política exterior ¿En qué sentido? Apoyó con entusiasmo a los Hermanos Musulmanes de Mursi en Egipto, lo cual le ha creado problemas con Arabia. Fue uno de los alentadores en la revuelta contra Assad en Siria, provocando esta posición un rechazo en sectores de la población, que además le pone en dificultades con Irán y Rusia. Ha fracasado en la cuestión kurda, añadiendo el rechazo de los kurdos sirios, que están luchando contra los yihadistas, apoyados por Erdogan.

El papel de potencia regional está desapareciendo debido a los errores de esta política que lleva a cabo, con lo cual le hace tener menos valor para las potencias occidentales. Se ha quedado descolocado en los acuerdos nucleares Estados Unidos-Irán, provocando que el papel turco disminuya en la zona.

Turquía podía haber jugado un papel importante en el transporte de petróleo y gas, para sacar al mercado las producciones de las repúblicas centroasiáticas y de Irán. Apoyó de forma errónea el proyecto de oleoducto Nabuco de las potencias occidentales, ya abandonado. Este proyecto le hizo enfrentarse a Rusia. Este fracaso ha descolocado al gobierno turco, en un país que depende energéticamente de Rusia en un 60% y de Irán en un 20%.

Uno de los factores, que hizo llegar a Erdogan al poder, fue la fuerte crisis económica que tenía el país.   Ha desarrollado una política económica neoliberal radical que está provocando una gran desigualdad social haciendo que los turcos empiecen a  cuestionarlo. Ha llevado a cabo grandes proyectos de infraestructuras que intentan modernizar el país, AVE, el túnel de Estambul, gran desarrollo de autopistas y un potente crecimiento del sector inmobiliario que nos recuerda al pasado de España.

Debido a esta política, Turquía tiene uno de los mayores déficits en cuenta corriente de todos los mercados emergentes, como consecuencia de la llegada al país de grandes cantidades de capital especulativo. Este capital ha llegado a Turquía como consecuencia del programa de flexibilización cuantitativa desarrollada por la Reserva Federal norteamericana. Como está reduciendo estas inyecciones de capital líquido, Turquía acabará rápidamente su capital propio pues ya se están retirando los capitales especulativos lo que originara una crisis económica muy superior a la de 2001, que le llevó al poder y que propició la desaparición de las antiguas elites. Enseguida asistiremos a fuertes depreciaciones de la lira turca, que le llevará a una fuerte recesión económica muy superior a la de 2002

¿Qué pasará en Turquía en 2014?

En marzo hay elecciones municipales. La suerte de Erdogan es que las anteriores fuerzas laicas turcas están muy divididas. Es previsible un decaimiento electoral muy fuerte del APK de Erdogan. La cuestión es saber si seguirá siendo mayoritario.

En el verano hay elecciones presidenciales y será entonces cuando se decidirá el futuro de Erdogan. La cuestión es que en estos seis meses habrá fuertes noticias, que provocarán grandes terremotos políticos en el poder actual turco. Esperar y ver.

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