jueves. 28.03.2024

La importancia de tener un proyecto

rp

Este artículo se puede basar desde una perspectiva general en el cual podemos hablar de muchos campos de la vida.

Un proyecto puede ser político, económico, empresarial, deportivo, cultural, etc. Por eso, lo importante es saber centrar el tema o los temas que vamos a tratar, marcar un objetivo o unos objetivos generales o específicos, marcar claramente la finalidad para la que está destinada y tras finalizarlo, obtener unas conclusiones en función de los resultados obtenidos.

Por eso, estoy de acuerdo cuando no hace mucho tiempo dirigentes de mi Partido señalaban que no es tan importante el con quién haces, pactas o hablas de una cosa sino el para qué, es decir, la finalidad que se persigue a la hora de emprender una acción concreta sea para labores de gobierno, de Oposición, mejorar resultados de una empresa a niveles de impacto económico o por ejemplo, organizar una manifestación o iniciar un determinado movimiento social, político, cultural, económico o de la índole que sea.

A partir de eso, se deben establecer unos principios básicos que hagan reconocible la marca de una empresa, de un partido político, de un equipo de fútbol, de la preparación de un atleta, etc.

La autenticidad de un proyecto tiene que ver con que sea totalmente reconocible por los demás

Incluso, ya que hablamos de proyectos, podemos hablar de lo personal y afectivo porque si por ejemplo dos personas se unen deben tener claro el uno y el otro, el por qué de esa unión pero también el para qué, pues toda planificación debe tener fijada una serie de objetivos o metas que alcanzar para así determinar el rumbo que queremos tomar y cuál no.

Por ejemplo, hay algo que sin ser un experto sí sé que tengo claro y es que cuando un equipo planifica una temporada, lo primero que tiene que saber marcar son sus objetivos y después, saber con los elementos que cuenta para así comprobar si estos le serán válidos o no, pues en caso de darse un resultado negativo debemos haber hecho un proyecto contando previamente con el tiempo con el que vamos a contar, después con las personas que queremos contar sabiendo cuáles son idóneas o necesarias y cuáles no.

También es importante saber dejar claro a uno mismo qué es lo que somos y lo que pretendemos ser y luego, saber transmitir a los demás las ideas en las que basamos nuestro proyecto bajo unos principios y unas premisas que sean siempre claras. Lo que no es normal es que te presentes ante la sociedad en general o ante un grupo de personas definiendo con palabras un proyecto que luego, dichas palabras no sean traducidas a hechos que es lo que realmente constituye el fundamento de todo proyecto.

Y digo esto porque la gente cuando escucha y ve a alguien quiere comprobar que las palabras que recibe de ese emisor se traduzcan en hechos y desde luego, hemos de ser honestos siempre presentando ante los demás un producto que sea ante todo, realista, posibilista y auténtico.

A continuación, voy a explicar el sentido que para mí tienen las palabras realista, posibilista y auténtico.

Llamo proyecto realista a aquel que se basa en una realidad, es decir, que ese conjunto de elementos que presentamos sea algo que podemos ver y sentir como formando parte de un escenario que se puede tocar, palpar y que es alcanzable a los ojos de todos.

También señalo que el proyecto debe ser posibilista es decir, que dibuje una serie de posibilidades que sean diferentes alternativas viables de modo que el plan que trazamos sea perfectamente alcanzable. O sea, conseguir que realmente lo que estamos presentando a los demás, se vea como algo posible porque si no, estaremos muy probablemente cerca del fracaso. Además, si ese proyecto maneja varias alternativas o salidas para los diferentes escenarios con los que podemos encontrarnos, puede darnos una idea adecuada encaminándose a lo que hoy día la sociedad necesita y demanda que no es otra cosa que certezas pues demasiadas incertidumbres y situaciones difíciles estamos atravesando como para que nos vengan algunos a decir cosas que generan miedo, caos, destrozos sustentados además por grandes dosis de odio que pueden poner en peligro las bases de una sociedad avanzada, libre y abierta que tantos siglos nos ha costado alcanzar a una parte de la Humanidad.

Por último, he hablado de que el proyecto sea auténtico. Es decir, que éste sea realizado por uno mismo, lleve su huella pues si es copia de otro, la gente no es tonta, se aleja de ti y se va, claro está al proyecto original. Es por eso que por ejemplo, un escritor, un director de cine, un entrenador, un arquitecto, un pintor, etc. tiene éxito en tanto en cuanto es capaz de mostrarse tal y como es dejando clara su impronta personal en aquello en lo que hace teniendo claro los objetivos, el plan de trabajo para luego obtener una finalidad acorde con aquellos principios que se marcó antes de realizar ese trabajo. Porque, ¿de qué serviría presentar una obra que es copia de otra? ¿a que nadie compraría un producto que es exactamente igual que otro que se ha hecho con anterioridad?

Y es que la autenticidad de un proyecto tiene que ver con que sea totalmente reconocible por los demás. Por ejemplo, puedes no saber el título de una canción pero sí quién o quiénes la cantan pues identificamos claramente no sólo el timbre sino también la calidad de la voz y ya será un producto bien acabado si además, contiene un mensaje nítido y por tanto, perfectamente entendible y que sea del gusto de quien escucha esa canción.

Quien os escribe creo que cada día más se está convenciendo en que lo importante a la hora de alcanzar una meta es ante todo tener una buena planificación y es que por ejemplo, en mi labor docente tengo que tener claro que antes de empezar a trabajar con mis alumnos he de programar mi acción de trabajo para fijar unos objetivos encaminados a que aquello que enseño lo haga de manera adecuada con la finalidad de que mis alumnos lo aprendan. Pero también sé que en mi proyecto debo contar con todas las variables que se me pueden presentar por el camino de modo que no puede ser algo cerrado e inamovible sino algo flexible y abierto partiendo de la base de lo que me dicte una determinada norma que la administración tiene ya marcadas. ¿Puede salir mal mi proyecto? No, si cuando lo estoy haciendo tengo claras todas las variables y las problemáticas a las que a priori puedo enfrentarme. Sí es verdad que en todo proyecto puede haber situaciones que no podamos prever por el mero hecho de lo complejo que en sí la vida.

Además, en todo proyecto debemos tener en cuenta que siempre lo orientamos hacia seres humanos por lo que al hacerlo una persona y destinarlo a la sociedad en sí, debemos asumir que a veces, por muy buen proyecto que éste sea, nos podemos encontrar con situaciones que hagan imposible su viabilidad.

Y, ¿por qué escribo esto? Pues porque considero necesario que como colectivo que somos, tengamos claro que cada uno de nosotros podemos hacer posible los cambios que necesita el mundo, pero éstos sólo serán posibles si somos capaces de orientar nuestra acción humana partiendo de una buena base argumentativa contando con buenos y sobre todo, creíbles argumentos y razones los cuales harán posible derribar muros que en ocasiones, hasta creíamos que serían infranqueables. ¿Todo se puede? Puede que no pero como no podremos conseguir nunca nada en esta vida, es si vamos caminando por ella sin brújula alguna que nos guíe, pues no podremos saber entonces, si el sendero que hemos elegido es el correcto y por consiguiente, sea la experiencia la que nos demuestre que al no haber diseñado ningún proyecto, efectivamente nos hemos abocado a un rotundo fracaso.

Aquí concluyo mi reflexión. Ahora, empieza la de los demás. No pretendo dar lecciones a nadie. Mi única finalidad, o sea mi “para qué” no es sino hacer ver a que la importancia de un proyecto, residirá siempre en que pueda realizarse, partiendo de la base fundamental de que lo primero, es que seamos nosotros los que de inicio, creamos profundamente en él. Si conseguimos eso, podremos convencer a los demás que es posible, pero no lo será nunca si los primeros que no estamos convencido de ello, somos nosotros.

La importancia de tener un proyecto