viernes. 19.04.2024

Reivindicando el socialismo. Ejemplos foráneos

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El PSOE no estará más a la izquierda por aproximarse a Podemos, un partido que no se define como socialista

El socialismo es mucho más que formar un gobierno. Es algo más que conseguir cambios legislativos o migajas para los sectores más débiles en una sociedad capitalista que no se cuestiona. El socialismo es trabajar por una nueva sociedad con reparto, libertad y sin dominadores. El socialismo es un proceso normativo que garantice una sociedad de iguales en lo económico y en lo social; en lo personal también.

Por tanto la cuestión es ver si es posible volver a situar en la reivindicación colectiva el socialismo. Pero claro esto no será posible si no es con nuevos paradigmas reivindicativos y con una propuesta ilusionante de sociedad futura.

La post modernidad nos ha llevado a una sociedad en España, donde por mor de solemnes tomaduras de pelo, se ha hecho creer a muchas gentes que el socialismo era tan solo una forma de gestionar el presente y de hacerlo de forma que no moleste a los mercados y a los y las poderosas. Una suerte de cambio tranquilo, pero para que nada realmente significativo cambie. Cambios de carácter cultural como mucho, pero jamás en el control de la economía. Si a eso le añadimos que las directivas europeas UE declaran ilegales los cambios socialdemócratas y su único proyecto futuro es “liberalizar”, todo está servido.

Sin embargo el socialismo político está, es, existe y ha logrado no solo grandes cambios en el pasado y avances para la humanidad incluso a pesar de sus errores. En muchas sociedades avanzadas. La Gran Bretaña y los EE.UU por ejemplo, aquellos sectores que impulsan cambios y transformaciones sociales son y se llaman socialistas. El laborismo es una forma de organización socialista que parte desde abajo, desde las organizaciones obreras del Trabajo.

En los EEUU vivimos en las pasadas elecciones presidenciales el ciclón Sanders, que tan solo un pucherazo neoliberal en el seno del propio partido demócrata en favor de Clinton fue capaz de frenar, favoreciendo de paso a Trump. Solo Sanders pudo frenar a Trump.

Puede haber quienes desde el socioliberalismo español, pensando en el socialismo en clave puramente electoralista, piensen que la hora de Sanders ya ha pasado, ya es historia. Pero no, Sanders es un socialista, los socialistas no nos movemos tan solo en clave electoral. Pues bien, el socialista Sanders continúa activo, pero es que su efecto ha logrado organizar con fuerza el DSA o socialistas demócratas de América, el partido socialista de los EEUU el cual junto a la izquierda negra del Partido Demócrata avanza posiciones y construyen una nueva izquierda estadounidense, pero socialista.

Alexandria Ocasio-Cortez una latina de Nueva York de la clase obrera con el carnet del DSA ha derrotado a un neoliberal del aparato demócrata para ser la candidata al Congreso de los EE.UU y no solo Ocasio-Cortez de tan solo 28 años, ha obtenido este triunfo sino que el DSA ha subido exponencialmente en militantes y en votos en otros muchos lugares del país. El DSA ha dado grandes pasos hacía más izquierda, consolidando su posición, siguiendo el ejemplo de Sanders que jamás ha negado que fuera socialista, en la meca del capitalismo.

El efecto laborista es similar. Desde que Jeremy Corbyn obtuvo el liderazgo del Labour sus expectativas electorales han subido y siguen subiendo. Curiosamente ni Corbyn, ni Sanders han gozado nunca, no ya del apoyo de los mercados, sino que los y las socioliberales jamás les han hecho caso, ni se han alegrado de sus triunfos, ni mucho menos han hablado de establecer una alianza estratégica con ellos, los socialistas triunfadores. Es más, algunos con tendencias suicidas, ven en el derechista-liberal Macron, su referente.

Hay otro ejemplo que no deseo orillar y es el de los “jusos” alemanes, las juventudes del SPD que se enfrentaron con decisión y el apoyo de más del 40% del partido socialdemócrata a la Gran Coalición con Merkel y su partido la CDU/CSU, con una gran carga de ideas y valores, contando igualmente con la ignorancia de los sectores socioliberales europeos y los grandes grupos empresariales de comunicación.

También podríamos hablar de otro ejemplo más asumible, Portugal. Los socialistas portugueses en su cúpula son moderados, pero sin embargo han sido capaces de conseguir triunfos y lograr el apoyo de sectores –dicen, aunque no lo creo- a su izquierda. Pero claro, son portugueses.

Veremos a ver qué pasa en España con el Gobierno Sánchez. El PSOE no estará más a la izquierda por aproximarse más a Podemos, no tiene Podemos, un partido que no se define socialista, el poder de dar carnets de la izquierda. Será si Sánchez más allá de una política de gestos, es capaz de acometer un programa al menos socialdemócrata y ojo, socialdemócrata no es socioliberal.

Por eso hay que abrir y con fuerza un espacio socialista y eso quiere decir transformador. No se trata tan solo de recuperar logros y conquistas que el PP nos ha robado y estafado. Se trata de tomar medidas estructurales que liberan a la clase trabajadora y la ciudadanía del dominio y el robo constante de los sectores más poderosos y ricos. Se trata de organizar el Trabajo y enfrentarse a la lógica del capital. Se trata de establecer una clara confrontación ideológica con el franquismo que sigue activo y el PP, Cs y otros representan, dejando de lado, todas sus herencias incluida la rémora de la Corona, que es el tinglado sobre el que descansa toda la injusticia. Se trata de poner en cintura el capital energético que sigue robando miserablemente a las clases trabajadores. Se trata de reforzar el sector público. Se trata de ser socialistas.     

Reivindicando el socialismo. Ejemplos foráneos