viernes. 29.03.2024

El régimen atascado y en crisis

Comienza a cundir la opinión de que a Rajoy le interesan unas terceras elecciones. Por eso tanta presión directa de unos y de otros, nuevos y no tan nuevos para que el PSOE se pegue otro tiro en el pie y vote o se abstenga con la investidura de Rajoy. Presión en la que coincide desde el IBEX a Podemos de una u otra forma.

También Rajoy desearía y mucho esa situación, pues sabiendo lo poco que le gusta trabajar, otras elecciones serían un incordio aunque pueda incluso mejorar resultados. Varios columnistas, politólogos y activistas políticos y sociales, ya advertimos que una repetición electoral solo favorecería al PP y así ha sido. Pero el PP no ha ganado, solo ha obtenido más escaños, por tanto hay otras fórmulas posibles. Aunque claro que Iglesias Turrión diga ahora que si aceptaría la coalición que se le propuso y negó es un sinsentido político que pagará caro de haber nuevas elecciones. Como lo sabe pues…

La verdad en la arena política española sobra teatro y falta radicalidad. Radicalidad para ir a la raíz de los problemas que afectan a las clases populares y trabajadoras. Todo se puede resumir en el incremento criminal de la desigualdad y la pobreza. Aunque haya sueldos no se sale de pobres. Vuelven a haber jornaleras y jornaleros pobres, insisto. Mujeres peor pagadas y repunte del terrorismo machista.

Falta la radicalidad para señalar que las políticas de la UE son muy dañinas y dolorosas para las clases populares y trabajadoras. Esta UE es insostenible y negativa. Pero hay que decirlo y esto en campaña electoral muy pocos nos hemos atrevido a hacerlo.

Falta radicalidad para señalar que la Constitución está moribunda y la ley electoral es nefasta para una representación más justa y proporcional.

Falta radicalidad para señalar que el keynesianismo de guerra que la OTAN ha vuelto a imponer solo ha creado inseguridad y fanatismo y que mientras inocentes han sufrido y sufren bombardeos,  personas trabajadoras en su inmensa mayoría sean asesinadas en metros y aeropuertos por bandas de fanáticos fascistas religiosos.

Por tanto, no se ha ido a la raíz. No hablamos de programas, hablamos de gobierno y de cómo llegar o hacer llegar a él a una persona, pero no que se va a hacer una vez con el BOE en la mano.

Este tablero político no sirve, no funciona. Que sean grupos privados de “comunicación” propiedad de capitalistas los que nos están imponiendo la política y que se debe votar o no a través de sus televisiones privadas, es señal de la inconsistencia de muchas de las propuestas políticas. Pero sobre todo, es señal de que quienes están triunfando, por ahora son aquellos poderes económicos que desean acabar con la política. Solo puedo pedir que no les demos ese gustazo al menos.

El triunfo de la cultura neoliberal, se manifiesta en la poca diferencia real del mensaje político y de la coincidencia de todas y todos los protagonistas políticos en lo fundamental. Cuando es imprescindible acabar ya y de una vez con tanta corrupción e impunidad de los corruptos. Pero también con el dominio de las y los poderosos que sin estar en política profesional, son los que mandan.

Hay propuestas, soluciones y alternativas, pues sí, pero esas las propongo y defiendo en mi espacio político y ese será el encargado de difundirlas y de proponer un imprescindible nuevo debate social.

El régimen atascado y en crisis