viernes. 29.03.2024

Olvido de la clase obrera

gob

“Su futuro (de la izquierda) como fuerza política depende del restablecimiento de una base en la clase trabajadora” Owen Jones


Owen Jones señala con autoridad como el clasismo en Gran Bretaña lleva a despreciar a la clase obrera y referirse a ella con apodos despectivos. Este fenómeno también ha llegado al Reino de España con una mezcla de desprecio hacia las personas pobres y precarias de la extrema derecha y la derecha así como olvido o negación por parte de las izquierdas oficialistas y/o liberales.

Negación consistente en afirmar que ya no hay clase obrera y convencer por la propia izquierda liberal y de clase media a la clase trabajadora de que son clase media e incluso lago peor, clase media baja, nombre horrible y despectivo. Incapaces de analizar a la nueva clase obrera y jornalera que es el precariado de los servicios aunque tengan estudios al menos medios así como de transmitirles que son clase trabajadora, al igual que los nuevos titulados y tituladas universitarias que forman parte de un neo-proletariado bien preparado y peor pagado o que se ven obligados como sus abuelos obreros volviendo a emigrar a Alemania. En esta  categoría obrera entran los y las falsos autónomos o multi-empleados por horas etc. etc. así como por derecho, las personas empobrecidas nacidas en los barrios humildes y mal acondicionados de las grandes ciudades o los cinturones urbanos metropolitanos y/o muy pequeños agricultores o personas que se dedican a las chapuzas y sobrevivir. A esta clase obrera hay que añadir y son millones, las y los inmigrantes que recogen nuestras cosechas, nos sirven cañas, producen en talleres u obras y le limpian en culo a nuestros mayores, friegan pisos de la clase media y alta, incluso a la “aristocracia trabajadora”.

Que ocurre cuando la izquierda de clase media ilustrada se acomoda o las y los traidores a la vieja socialdemocracia obrera se tornan en liberales y técnicos del capitalismo y se olvidan de los problemas diarios de millones de supervivientes, las colas del hambre surtidas por los nuevos pobres que son gente trabajadora, o no se hace pedagogía de porqué hay que apoyar a quienes están peor que nosotros en el mundo y que los y las españolas también fuimos inmigrantes y los seguimos siendo en Centroeuropa y el norte de Europa: Que las personas paradas, precarias o con salarios de miseria se agarran dónde pueden y ante una izquierda hablando claro ya sea Podemos o el PSOE que lanza un mensaje que no entienden en una lengua que no es la suya, se van con la extrema derecha buscando protección. El origen de la extrema derecha es la operación de la derecha capitalista y el trumpismo al objeto de que aprovechando las incoherencias de una izquierda aburguesada y urbanizada lanzar los lobos negros del neofascismo racista y en el caso español monárquico, al objeto de predicar otros ideales, denunciar la inmigración haciéndoles creer que les roban el empleo y los servicios públicos y lanzando un nuevo orgullo patriota en lugar del orgullo de clase, del orgullo de oficio.

Los titulares y las leyes que encima dividen a los movimientos sociales no dan de comer, ni acaban con la violencia contra la mujer que es la más empobrecida

Competir en patriotismo además de ser un contrasentido en España es jugar a perder contra los amos de la patria. Nuestra patria es la clase, el trabajo y la conquista del pan y del techo digno. Si nuestra patria es la clase, el origen ya no importa. También favorece a la extrema derecha lanzar titulares e inventar ayudas vitales, es decir limosnas mínimas vitales y luego tener que montar expedientes como si las personas pobres o trabajadoras expulsados a la pobreza fueran a poner una farmacia o abrir una gasolinera. Un expediente del carajo además por internet para quien no tiene ordenadores, no los sabe utilizar o por su móvil no puede enviar tantos documentos y frustrar a los usuarios, eso es trabajar para la extrema derecha.

Lanzar peroratas que duermen a las ovejas en la televisión con un mensaje plano y sin dar ni ilusión ni alternativas a una población harta de encierro que se contagia en los lugares de trabajo, el transporte público o las furgonetas que los llevan al invernadero es un mitin en favor de VOX.

Responder a la corrupción de la familia real con mensajes de apoyo a unos seres distantes, que viven sin trabajar a cuerpo de rey y que nadie elige ni puede controlar es al menos hacer la campaña al PP, a la clase poseedora a la gran patronal. Porque la monarquía ni es ejemplo de nada, ni ejemplar ni democrática. “Yo no recibo el ingreso mínimo vital, porque me falta un papel pero hay un tío largo que puede robar y no le pasa nada”, es insultante y la demostración de que como nada puede ser cambiado a mejor, pues que manden los ricos y los reyes. Eso lo hacen porque desde el poder, solo piensan en las derechas y los poderosos, no sea que se enfaden.

La crisis que llega va a ser muy dura y las clases trabajadoras van a sufrir mucho. Los y las señoritas que usurpan siglas de izquierda van a trabajar para quien posee algo o mucho, pero las y los que van a quedar en la cuneta y con razón solo les va a quedar la rabia y la desesperación que les va a conducir al todos son iguales y ni apoyar ni votar o a hacerlo a la extrema derecha patriótica.

Los sindicatos “mayoritarios” también se lo tienen que hacer mirar y ser de clase otra vez. El acuerdo firmado entre el Banco de Santander y los sindicatos aceptando el despido “pactado y en buenas condiciones” de unos 3700 empleados de banca, que es un suma y sigue de miles de empleadas y empleados todos estos estos años y que serán más, fruto de las fusiones bancarias, es destruir empleo de calidad, destruir futuro para las y los jóvenes, es atacar al sistema público de pensiones, es liquidar personas que cotizan y sostienen el bienestar y con la banca nada más y manda menos en una operación gremialista y amarilla.

Así no. Los titulares y las leyes que encima dividen a los movimientos sociales no dan de comer, ni acaban con la violencia contra la mujer que es la más empobrecida. Así no. Necesitamos Partido Obrero que diría Pablo Iglesias, el de verdad.       

Olvido de la clase obrera