sábado. 20.04.2024

Necesitamos sindicalismo de clase

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No solo tengo clara la necesidad de los sindicatos para la clase trabajadora, sino que tengo militancia sindical desde que comencé a trabajar. Nunca he estado sin pagar una cuota sindical. Por tanto creo y vivo la necesidad de organización de la clase trabajadora y me preocupa la excesiva atomización sindical que vivimos. La unidad de la clase trabajadora es imprescindible para hacer frente a los retos que vienen, y hacer frente a las imposiciones de la CEOE al gobierno. Hemos de denunciar las “reformas” es decir los recortes que la Unión Europea impone al gobierno de España al objeto de recibir los famosos fondos de recuperación económica y que con el decidido impulso de Nadia Calviño se proponen recortar salarios, privatizar pensiones y limitar derechos laborales. Solo así se explica el NO haber liquidado la reforma laboral ya y no haber subido el salario mínimo interprofesional o congelar de facto las pensiones, pues las subidas son tan pírricas que apenas se notan.

La destrucción del empleo industrial sufre un goteo continuo; la terrible desaparición masiva del empleo en la banca con miles de despidos más o menos encubiertos y la precarización galopante en los servicios incluso en las administraciones, señala un panorama muy negro para la clase trabajadora.

La cúpula del PSOE en realidad juega el papel de verdadero garante de los intereses del IBEX y de la CEOE pues tiene votos entre las clases populares y por tanto aporta a la estabilidad monárquico-capitalista mucho más que el PP o los amortizados de Ciudadanos. Podemos amaga pero no da. Podemos habla y busca titulares o indica debilidades pero es parte del tinglado en realidad, además destruye o trata de silenciar a las izquierdas o el feminismo de lucha que no controla. En el fondo la CEOE se entiende muy bien con el gobierno, no necesita ya la interlocución de la derecha y esta es la demostración lo escrito y el retraso en las anulaciones de las contra-reformas de Rajoy.

Al objeto de acabar con ese panorama y se lo digo a las personas jóvenes es necesario estar organizados y organizados y no creer en las trampas individualistas que nos ponen

De hecho las movilizaciones de CCOO y UGT del 11 de Febrero se enmarcan en una llamada de atención, precisamente porque cuando el gobierno últimamente habla de agentes sociales quiere decir la patronal. Por otro lado los sindicatos cada vez menos mayoritarios no pueden estar cruzados de brazos ante tanto escándalo y amenaza contra las clases populares, la constante pérdida de derechos sindicales, empobrecimiento generalizado, fusiones bancarias que tan solo perjudican a las clases populares y el enriquecimiento de todo tipo de especuladores a costa de nuestro sufrimiento. CCOO y UGT tenían que reaccionar, pero lo han hecho de forma muy tímida y controlada, es decir con lo más antisindical que hay que es mover tan solo a las burocracias sindicales y los comités de empresa del sector público o casi público. Delegadas y delegados con horas sindicales, que sabemos no son todos y todas, que no a las afiliaciones, a la clase trabajadora. El problema es que la clase trabajadora desconfía profundamente de las burocracias y profesionales del sindicalismo a los que considera parte de su problema que no de la solución y por tanto los y las sindicalistas “mayoritarios” deben analizar de verdad que está ocurriendo y porqué la juventud obrera les ha vuelto la espalda. Han hecho bien en decir algo, pero las concentraciones han sido tan pequeñas que el mensaje lanzado al gobierno y la jefa Calviño además de a la CEOE no es nada preocupante para ella y ellos.

Necesitamos sindicatos, pero necesitamos sindicatos que están presentes más allá de la administración pública o en contadas empresas con tradición sindical. El sindicalismo debe responder a las condiciones de explotación tan salvaje que se vive y sufre en los sectores privados y nuevos sectores “uberizados” e hiperexplotados. El sindicalismo debe responder y actuar de forma diferente ante el precariado y plantar cara de una vez a la CEOE porque los patronos despiden a las y los trabajadores que se sindican, despiden a quienes se atreven a pedir las horas extraordinarias, despiden a quienes se niegan a trabajar estando en un ERE, los patronos están explotando salvaje y miserablemente a millones de trabajadoras y trabajadores.

Por otra parte necesitamos sindicatos que se preocupen también de que está pasando con la salvaje destrucción de empleos bancarios y las fusiones bancarias al tiempo que nos cobran comisiones de usura y nos atracan miserablemente. Sindicatos que se enfrenten a todo esto en la banca, no con delgados vendidos, sino de verdad. Que exijan otro modelo económico.

El turismo es una ruina y los empresarios hosteleros prefieren que siga la pandemia y las muertes a cerrar sus negocios. Pero el turismo no se recuperará hasta que no finalice la pandemia que ellos quieren prolongar aunque sea con el apoyo de jueces y presidentas frikis. Pero el gobierno central y los gobiernos autonómicos no tienen otra idea más que promover turismo y traer vuelos cuando los vuelos masivos son una de las causas más directas del calentamiento global. Necesitamos otro modelo económico y el actual se basa tan solo en bajos salarios, precariado, nulas condiciones laborales y explotación cruel y decimonónica.

Esa es la realidad. La realidad será por tanto, la quiebra de miles de negocios familiares, el fin del pequeño comercio cuyo enemigo no son los cierres por la pandemia sino las multinacionales y el modelo Amazón y Uber que se imponen en contra de los intereses y necesidades de las clases populares y de una juventud sin futuro.

La defensa de las pensiones públicas y su no privatización es imprescindible, y más lo será en la sociedad empobrecida y sin derechos hacía la que avanzamos de forma imparable Pedro Sánchez. De la misma forma que necesitamos una sanidad pública mucho mejor que la obsoleta y disminuida que sufrimos.

Pobreza, muerte, desempleo y precariedad, es el panorama y ante todo lo aeirmado, la obligación de un socialista que desea estar y debe estar con la clase trabajadora es denunciarlo y corregirlo o contribuir a hacerlo. Esa es la sociedad de la post pandemia si no se remedia.

Al objeto de acabar con ese panorama y se lo digo a las personas jóvenes es necesario estar organizados y organizados y no creer en las trampas individualistas que nos ponen. En los EEUU que sufren en sus carnes la ausencia de protección social desde siempre, emerge el socialismo, el socialismo de lucha y no la cosa esa que aquí nos cuentan en las televisiones o personajes como Felipe o Guerra que es el socialismo. Las personas y obreras y obreros jóvenes de los EE.UU están viendo la necesidad de las ideas de cambio de sistema, defensa de la tierra, la necesidad imperiosa de seguros médicos públicos… Y de sindicatos de lucha, de sindicatos que luchen.

Necesitamos sindicalismo de clase