jueves. 28.03.2024

Las movilizaciones de los pensionistas marcan la tensión y la lucha social

pensionistas madrid
Foto: Nuevatribuna

Las convocatorias de la clase trabajadora pensionista son una invitación a la movilización general y una lección de cómo se hacen las cosas y de cómo la acción parlamentaria sola no consigue cambiar las cosas

Están corriendo ríos de tinta ya analizando que está pasando con los pensionistas y sus reivindicaciones. Se extiende el falso bulo (interesado) de que los pensionistas votan al PP, que es tan falso como denigrante. Si bien es cierto que algo más de un 30% lo hace, eso quiere decir que más de un 60% NO. Por tanto vamos a dejar esto de lado.

Las personas que se han lanzado a la calle son las mismas que conquistaron avances en el bienestar y la educación, convenios colectivos dignos, el derecho de huelga; la ley del divorcio, el aborto o muy altas cotas de libertad de expresión. Todo lo que el PP ahora recorta.

Son igualmente los famosos pre-jubilados y pre-jubiladas de grandes empresas y bancos o la siderurgia, la construcción naval o la telefónica. Son las que se enfrentaron a la policía con bolas de rodamientos, cortaron el puente Carranza o pararon las minas. Los mismos y las mismas que lograron que el hijo del obrero fuera a la universidad y que ahora ven como sus nietos tienen un negro futuro y a sus hijos no les llega para pagar la hipoteca.

Por eso la movilización pensionista tiene un fuerte contenido de clase y es muy solidaria. Su principal preocupación es que el PP (y no se olviden ellos), la Unión Europea, no privaticen el sistema público de pensiones y esa es su principal denuncia y la más importante para el resto de la clase trabajadora y las clases populares: que se denuncia el serio intento de privatizar las pensiones y así favorecer a los fondos privados de los bancos y grandes aseguradoras. Por cierto muchos de esos fondos tienen serias dificultades económicas y la derecha española y europea desea rescatarlos, lo que significa fondos públicos para favorecer el negocio privado.

Es cierto que las subidas de pensiones han sido asquerosas. Es cierto que muchos de ellos necesitan más pensión, pero lo hacen por poder seguir apoyando a hijos y nietos y que estos, de mayores, no tengan que pedir limosna o vivir de la caridad. Ese es el futuro que les espera a nuestros hijos, la limosna. Hablemos con claridad y a ver si nos enteramos de una vez.

Pero las pensionistas y los pensionistas han demostrado más; valor, determinación y voluntad de seguir. Están saliendo a las calles y ya han conseguido advertir seriamente al partido corrupto que nos gobierna, el PP, así como ponerle las pilas a un parlamento demasiado tranquilo.

Las convocatorias de la clase trabajadora pensionista son una invitación a la movilización general y una lección de cómo se hacen las cosas y de cómo la acción parlamentaria sola no consigue cambiar las cosas. Ellas y ellos se educaron en la lucha, la austeridad bien entendida y la dictadura. A todo se enfrentaron y ahora se vuelven a enfrentar con determinación a la dictadura de los mercados que quiere imponer pensiones privadas y clasistas. Son solidarios. Es mentira que sean una plaga, pues pagan IVA, miles de millones de impuestos indirectos, consumen, ayudan a consumir a sus hijos y son los más serios pagando todo tipo de recibos, por ejemplo los criminales de las empresas de energía.

Pero lo mejor es que estas movilizaciones están demostrando que vivimos en un Reino, el reino de España, profundamente injusto y gobernado por un partido que desea profundizar las injusticias si no se lo impedimos. Las auténticas sanguijuelas del Estado son los grandes contratistas, las empresas privadas con concesiones públicas, las eléctricas, las entidades que se benefician de las privatizaciones, los bancos.  

Está claro que la Constitución que tenemos hoy por hoy, tan solo sirve en realidad para sostener la corona y sus arcaicos privilegios.

Las movilizaciones de los pensionistas marcan la tensión y la lucha social