viernes. 29.03.2024

¿Lo de Ciudadanos os extraña? Que cada palo aguante su vela

Las modas políticas nos arrojaron a la política espectáculo inducida, popularizada, por las televisiones privadas en dificultades económicas.

Las modas politicas, el postmodernismo e igualmente la falta de visión y valores de muchos “clásicos” nos arrojaron a la politica espectáculo inducida, popularizada, por las televisiones privadas en dificultades económicas (la sexta y la cuatro) que necesitaban subir audiencia para dejar de perder millones sus empresarios y de paso convertir a indignadas y luchadores sociales en tele-videntes. Había un nicho de negocio. Si de paso se le daba un cauce “ordenado” a la protesta y al mismo tiempo, se creaba la sensación de que la lucha en las calles ya no era necesaria para mostrar disgusto y exigir cambios, pues mejor.

Los telepredicadores “proges y modernos” se pusieron de moda aunque la verdad, la gente estaba ávida de respuestas a algo que sufría pero que millones no entendían. La estulticia y el descrédito de los políticos profesionales del régimen del 78, así como su falta de conexión con el pueblo, su poco ejemplo vital y su desvergüenza, facilitaron mucho las cosas a una operación que seguramente estaba muy meditada por algún centro de pensamiento y control político. Si la protesta social triunfaba y la calle estallaba, el cambio del régimen estaba servido y la República aparecía en el horizonte con un rey viejo y vicioso. Había que actuar.

Es cierto que algunos personajes esclerotizados, cómodos en su minoría y unos sindicatos sistémicos y alejados de la lucha de clases, no eran ya el vehículo adecuado  para la defensa de los intereses de las clases trabajadoras y para el cambio. Es cierto que hacían falta voces nuevas y partidos frescos, diferentes, muy participativos y asamblearios. Pero el desdén por la izquierda y las ideologías, la autosuficiencia de doctorandos brillantes y el populismo radical, pero sin poso en las ideas y las tradiciones de las luchas obreras, solo nos podía conducir a Albert Ribera y a su partido engañabobos, (pues es de derecha pura y dura) Ciudadanos.

Ante el gigantesco Gatopardo o más bien gatopardismo que vive el reino de España, es la hora de la coherencia, es la hora del socialismo democrático. Es la hora de dar la espalda a quienes tanto daño le pueden acabar causando al pueblo trabajador, al haberlo desarmado de ideas y de programas en esto,sí, por un cambio radical.

Si competimos en el terreno de la nada, solo puede vencer el que más dinero y apoyo privado tenga. Quien más salga en la televisión y quién más seguridad ofrezca. La nueva politica nos ha conducido a los nuevos neoliberales.

Ante esta situación los y las socialistas coherentes, republicanos y por el reparto, hemos de situarnos a contracorriente.

No nos sirve para vencer a la nueva derecha que es la de siempre, sino demócratas convencidos, que inspiren confianza, pero al mismo tiempo generadores de un profundo cambio de las estructuras carcomidas y corruptas que nos dominan. Una diáfana posición anti-oligárquica que no induzca a confusión, que no renuncie a todo lo que nos hicieron olvidar o nos robaron. A los pueblos del estado español, nos han robado la ciudadanía, la República y con el robo de la República, los ideales republicanos de libertad y justicia, la férrea voluntad de defender lo público, lo común y un concepto del Estado, colectivo de todas y todos. Sin valores republicanos, nada es posible en democracia.

El socialismo es una herramienta con poso, tradición y voluntad de cambio social y reparto de la riqueza, que también nos robaron en la Transición. El socialismo transformador es la gran victima del regimen, pues ha sido hundido en el descrédito. La gran herencia de Pablo Iglesias, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos o Francisco Largo Caballero dilapidada en beneficio del Banco de Santander, del grupo PRISA y de la Caixa o de REPSOL, por ejemplo. Era era una buena herramienta que un social liberalismo fracasado ha malgastado. Pero que se está volviendo a reconstruir. Se ha de volver a reconstruir y rescatar, para favorecer la confluencia con las otras escuelas de la izquierda, del tronco común, del poso común marxista y republicano. O simplemente para ayudar a construir la nueva izquierda amable y feliz, pero con ideas, programas y proyectos de futuro diferente. No se trata solo de defender los hospitales (claro que sí, también), se trata de tener fe en un mundo que puede ser cambiado y en un horizonte distinto sin clases sociales.

El principal problema que la crisis capitalista de 2008 ha generado y esta generando es la desigualdad. Una desigualdad cruel, real, destructora de la dignidad humana que está siendo impuesta en toda Europa, de forma inmisericorde y especialmente miserable en el Reino de España. Esa desigualdad solo podrá ser revertida, liquidada, superada por quienes creemos en la igualdad y hacemos de la igualdad bandera. La bandera de la igualdad es el socialismo -valga la redundancia- en libertad

Bastantes de nosotros llevamos más de cinco años advirtiendo lo que está pasando, lo que estamos sufriendo. Vimos como todo conducía a que el propio sistema buscará su recambio. Por eso haya cada cual con sus responsabilidades, dejaciones, confusiones y colaboraciones con la liquidez y la nada. Llamamos a evitar otra vez gato por liebre. No nos callaron y nos nos callarán. Nadie.

Al final, tantos esfuerzos y sacrificios para que llegue Ciudadanos. No, no puede ser. No será. Pero que cada palo aguante su vela. Nostras a contracorriente, a construir mayoría social, con la mayoría social, la clase trabajadora, empobrecida, precarizada, estafada.

¿Lo de Ciudadanos os extraña? Que cada palo aguante su vela