martes. 16.04.2024

El caos ante el coronavirus tiene responsables, el neoliberalismo mata

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Desde hace ya algunos años (desde 2008 con más fuerza) muchas y muchos estamos denunciado que el neoliberalismo mata. No era una burda consigna sino la constatación de que las políticas impulsadas por el FMI, los tratados de libre comercio promovidos por los EEUU y la Unión Europea acababan con las prestaciones públicas en educación, sanidad y pensiones al objeto de privatizarlas y a su vez crear nuevos nichos de negocio para las multinacionales y grandes empresas de los citados ramos, tales como aseguradoras privadas y bancos, incrementando más si cabe, la desigualdad y la pobreza y ante la pandemia del covid19 contagios y muertes que azotan de forma mucho más contundente a las clases populares.

Al objeto de “superar” la crisis de 2008 los neoliberales de todos los colores ya sea desde el derechismo conservador a la llamada “socialdemocracia” fueron eliminando paulatinamente las prestaciones y el proteccionismo social, afirmando los reoricos neoliberales que eran “conservadores”, que hay que joderse que diría el castizo y por tanto había que recortar los presupuestos públicos en las materias antes enumeradas. Para superar la crisis capitalista había que desmantelar o disminuir las inversiones públicas en derechos sociales es decir salud, educación, desempleo, pensiones y también los salarios, la libertad sindical y el derecho de huelga.

El retorno de lo público con fuerza y el final de la desigualdad es el mejor antídoto contra el contagio masivo

Desde finales de los años 90 del siglo XX hasta hoy de forma inexorable los gobiernos bien chantajeados o bien con el apoyo de las patronales, los bancos, grandes capitalistas o fondos de inversión privados han ido privatizando y destruyendo la sanidad pública entre otros. El caso de la sanidad es más sangrante en estos momentos. Apoyándose a los negocios privados del sector, al tiempo que abandonado a la pública se le desprestigiaba ante la población los servicios públicos y se estimulaban los privados.

Esto sigue el reino de España, que nadie piense que el llenado de los hospitales públicos de pacientes de covid o el desbordamiento de la atención primaria es algo inocente, no pensado. Es la aplicación ideológica del neoliberalismo y el derechismo ultra-liberal al objeto de desprestigiar la sanidad pública ¿Y si no como se explica que tras la primera ola de la pandemia no se hayan incrementado las plantillas y la dotación de las atenciones primaria y hospitalaria pública? Es cierto que también la destrucción de lo público no es igual en todas las comunidades autónomas, pero tiene escasas diferencias. Se nos está asesinando de forma consciente en medio de un mar de mentiras dejándose de hacer pruebas PCR para disminuir la gravedad de la situación.

Si en el reino de España hubiera justicia, las fiscalías e incluso jueces o juezas estarían investigando la causa de tanto crimen en residencias de ancianos, que algo se inició por denuncias populares, pero no sabemos cómo va. Si bien no se ha hecho por falta de personal sanitario en barrios y pueblos, falta de asistencia a pesar de haber llegado más fondos públicos y sabiendo ya en la segunda ola lo que se necesita. Pero no. Es que además la dejadez criminal de muchas comunidades autónomas amparadas por una nefasta ley de sanidad, se ceban ahora contra los enfermos y enfermas de cáncer y otras patologías graves o menos graves que ven retardadas sus consultas, operaciones o exploraciones y en su lugar se inventa la consulta telefónica en un acto de desvergüenza y abandono mayúsculo. Todo esto quede claro no es responsabilidad de las y los trabajadores del sector sanitario, exceptuando algún médico que otro, con cargo político y amigo de negocios privados.

La crisis que sufrimos del virus, tiene un origen que afecta a la salud, pero no es un problema sanitario, lo es social, político y económico. La pandemia ha venido a demostrar la escasa inversión en lo que importa es decir salud, dotaciones sanitarias y vida. Es más en un incremento del negocio para las farmacéuticas privadas europeas y de los EEUU, ocultando otras investigaciones no europeas o poniendo dinero público que será utilizado para lucro privado en lugar de nacionalizar la industria farmacéutica.

Incluso los planes educativos han demostrado sus fallos, al ser concebidos como formación para fortalecer lo privado e individualista. A los y las jóvenes en España se les enseña competencia, competitividad y técnica pero no solidaridad, ni civismo, ni humanidad y no es su culpa, lo es de un sistema que solo los quiere ya como mano de obra barata para el futuro, preparada en “nuevas tecnologías”, sin espíritu crítico y entrenada para el individualismo y la sumisión. Botellones si, conciencia social no. Se ven lanzadas y lanzados a una sociedad injusta y cruel que tan solo les permite válvulas de escape festivo,  pero nada más, con la complicidad de muchos de sus progenitores que no transmiten los valores de la igualdad y cultura. La destrucción de los servicios públicos también conlleva el fin de lo colectivo y la solidaridad.

Así pues occidente, las potencias centrales y sus potencias subalternas están ofreciendo al resto del mundo, mucho mayor en tamaño y población, la fragilidad de occidente incapaz de proteger a la hora de la verdad a sus poblaciones, ¿O no os recuerda lo que estamos viviendo a situaciones que hemos visto en las televisiones en África o Centroamérica? Constatando que el neoliberalismo es un gran fracaso humano y asesina masivamente. Si mezclamos el bananero sistema electoral yanqui, el populismo derechista, más la fuerza de la pandemia en Europa, -pues Asia la ha sabido controlar-, Europa, los EEUU y algunas otras potencias occidentalizadas estamos dando el ejemplo perfecto de lo que no hay que hacer. De nuestra decadencia, debilidad e insolvencia.

Europa solo tenía desde el siglo XX algo que legar al mundo y era su estado del bienestar y la protección social y esa misma Europa/UE desde finales del siglo pasado está empeñada en destruir su estado social no nato.

Vendrán más pandemias fruto del cambio climático y la destrucción de la naturaleza. Si vamos por el camino neoliberal, por el capitalista y del carbono, tenemos los años contados.

El retorno de lo público con fuerza y el final de la desigualdad es el mejor antídoto contra el contagio masivo.

El caos ante el coronavirus tiene responsables, el neoliberalismo mata