viernes. 29.03.2024

Grecia, la victoria de la resistencia social

Los anuncios del peligro que podía suponer la victoria de Syriza para la economía griega no han surtido efecto, lo que supone un importante triunfo de la ciudadanía...

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Estamos ante una deriva del proyecto europeo que solamente se entiende en términos de satisfacer las necesidades de los mercados financieros

Syriza ha obtenido una gran victoria en las elecciones griegas, a pesar de las amenazas, sufridas con anterioridad al día señalado para ejercer el derecho al voto, por los responsables de las instituciones europeas y de la troika. Los anuncios del peligro que podía suponer la victoria de este partido para la economía griega no han surtido efecto, lo que supone un importante triunfo de la ciudadanía frente a los burócratas y tecnócratas de Bruselas, así como ante las políticas de austeridad. La primera lección que se puede extraer es que la política del miedo no funciona y eso que, aunque las encuestas anunciaban una victoria del partido de la izquierda radical, había un sector de la población considerable de indecisos que podían alterar la balanza en otro sentido. 

La segunda lección que se debe de extraer es que Syriza ha hecho un discurso de defensa de los derechos de ciudadanía y de tantos damnificados, como consecuencia de las políticas impuestas por la troika, pero desde la izquierda sin pretender buscar disfraces transversales que plantean reducir las diferencia entre izquierda y derecha a un juego de trileros. Además, ha sido capaz de ofrecer un programa distinto y riguroso a los que se defienden desde las altas instancias por los dirigentes políticos europeos y las élites financieras.

La pobreza del discurso económico dominante no puede ser más evidente. Ante este triunfo electoral todos los responsables económicos se han expresado en términos similares, incluidos ministros de economías de los países miembros de la Unión Europea entre los que no podía faltar el de España, y lo único que han dicho es que los compromisos hay que cumplirlos, pues de lo contrario Grecia tendrá cerrado el grifo del crédito internacional.

Unas declaraciones de esta naturaleza dan que pensar: ¿no se les ocurre decir nada más que esto? ¿Éstos son los dirigentes que gobiernan y tienen responsabilidades? ¿No son capaces de analizar las causas del resultado de las elecciones griegas? ¿Es que no tienen sensibilidad para escuchar, si se es realmente demócrata, la voz de la gente? ¿Tan aislados están de lo que reamente está sucediendo y de las penalidades sufridas?

Desde luego lo que estamos es ante una deriva del proyecto europeo que solamente se entiende en términos de satisfacer las necesidades de los mercados financieros. Esta deriva es el resultado de la implantación de la ideología neoliberal que ha contaminado incluso a la socialdemocracia, a ser los responsables políticos gentes escasamente preparadas para abordar los desafíos del cambiante mundo global en el que se vive, así como la excesiva servidumbre que tienen ante el poder económico.

Ante la insistencia en declarar la necesidad de cumplir los compromisos adquiridos, hay que ser conscientes de que la deuda griega, debido al monto que tiene y que no cesa de crecer, no se puede pagar, y desde luego no se pude hacer sin crecimiento económico. Un economista griego Costas Lapavitsas en el libro Crisis en la eurozona (Capitán Swing, 2013) fruto de un trabajo colectivo el que participan otros autores, a modo de conclusión dicen: "El impago a instancias del deudor y la salida de la Unión Económica y Monetaria de la Unión Europea (UEM) no son opciones fáciles para Grecia ni para ningún país de la periferia. Pero, ¿qué alternativas se ofrecen a los países periféricos? Atrapados dentro de la zona euro, se encuentran amenazados por una austeridad continuada, baja competitividad, elevado desempleo, crecientes tensiones sociales y pérdida de la independencia nacional". Resulta evidente que la única alternativa que se ofrece y está encima de la mesa es el pagar y políticas de austeridad.

El problema es que cuando se pone tanto el acento en la necesidad de cumplir los compromisos adquiridos no se suele añadir que la responsabilidad de esta deuda no se debe a los que están sufriendo las consecuencias de todo esto, sino a la banca internacional, sobre todo francesa y alemana, que ha prestado a Grecia sin ningún tipo de valoración de riesgos, y que en connivencia con el Gobierno griego conservador han contribuido a maquillar las cuentas para superar la prueba de cumplimiento del pacto de estabilidad. Los que se han beneficiado, además de la banca extranjera y griega, ha sido la oligarquía, entre los que ha habido muchos especuladores y corruptos. Se han enriquecido y han dejado una sociedad llena de deudas y empobrecida.

Se vive en los momentos actuales una situación escandalosa de desigualad creciente tanto dentro de los países de la Unión Europea como entre los países que la componen, de estafas y corruptelas, y ante la que los políticos en lugar de tratar de resolver los problemas de las gentes lo único que predican es que hay que pagar. Los bancos juegan con red, pues los Gobiernos casi siempre tratarán de salvarlos de la posible caída con el discurso de que está en juego el dinero de todos, pero con ello lo que se está fomentando no son solamente que las tropelías cometidas y los abusos queden impunes, sino que se vuelvan a repetir las acciones que nos han conducido a esto, pues la factura de todo ello no la pagan quienes han creado las condiciones que han provocado la Gran Recesión, sino los ciudadanos por una doble vía, por el dinero gastado en el rescate a los bancos y por las políticas de austeridad implantadas para pagar una deuda impagable.

Para entender lo que sucede, y habida cuenta de que Grecia alumbra una luz de esperanza, aunque se van a volcar todos los esfuerzos de los defensores del orden establecido para que fracase, recomiendo dos libros de economistas griegos prestigiosos que se salen de la ortodoxia, el ya mencionado y el del nuevo ministro de Finanzas Yanis Varoufakis El minotauro global (Capitán Swing, 2012). En estos tiempos oscuros conviene leer cosas diferentes a las del pensamiento dominante.

Grecia, la victoria de la resistencia social