El 24 de enero se presentaron los principales resultados de la Encuesta Financiera de las Familias (EFF) de 2014. Esta encuesta a hogares se viene realizando por el Banco de España desde 2002 con el fin de informar sobre la situación y decisiones financieras de las familias españolas. Esta que se acaba de presentar es la quinta edición tras las de 2002, 2005, 2008 y 2011. La muestra es de esta última encuesta es de 6.120 hogares.
Los datos que se ofrecen, complementados con otros, son sin duda de gran importancia para conocer las consecuencias de la crisis. En primer lugar, se hace un análisis sobre el contexto socioeconómico (2011-2014). De forma que en la segunda mitad de 2011 se inició una segunda recesión, más larga aunque menos intensa que la primera. El Producto Interior Bruto (PIB) retrocedió un 2,9% en 2012. A partir de 2013 se inició la recuperación. Se alcanzaron como consecuencia de la recesión elevados niveles de desempleo que fueron cayendo a medida que se producía el inicio de la recuperación.
Las cifras que se ofrecen son muchas e interesantes, pero entre las más relevantes para conocer los efectos negativos de la crisis tenemos las siguientes: A) La renta por hogar disminuyó sustancialmente respecto a la encuesta anterior. La renta mediana en 2014 se redujo un 9,7% en relación a 2011. B) Por grupos de edad el descenso es generalizado, sobre todo para los más jóvenes (-22,5%). Solo ven aumentar su renta mediana los hogares mayores de 64 años. C) Caída de la renta de los asalariados (-8,3%), para los trabajadores por cuenta propia (-11,6%), e inactivos o parados (-11.6%). Creció para los jubilados (+11,3%). D) La riqueza neta por hogar disminuyó sustancialmente en relación con la encuesta anterior. E) Creció el endeudamiento. El número de familias endeudadas que destinan más del 40% de su renta bruta se ha incrementado (0,8%). F) Por el contrario, ante estos datos negativos, la ganancia acumulada en el índice IBEX 35 en el periodo fue del 20%.
Estos datos viene a confirmar lo que hemos viniendo diciendo algunos economistas desde hace tiempo, sustentado en otros datos, el efecto tan negativo que ha tenido la crisis en todos los grupos sociales excepto para los más ricos. Los más golpeados han sido los grupos más vulnerables, emigrantes, rentas más bajas, y los jóvenes. Los pensionistas mejoran, lo que no quiere decir que se enriquezcan, sino que se han jubilado personas con pensiones más altas debido a que han cotizado más durante su vida profesional, consecuencia de los años de crecimiento. Los pensionistas han servido, en muchas ocasiones de colchón familiar para hijos y nietos.
La crisis no solo ha tenido unas consecuencias negativas desigualmente repartidas sino que las medidas tomadas han beneficiado a los grandes grupos económicos y financieros que aumentan sus tasas de beneficio a costa de los trabajadores, que han visto perder muchos derechos laborales. No deja de resultar un escándalo las ganancias obtenidas por las empresas que cotizan en el IBEX 35, mientras que la mayor parte de la población sufría una pérdida de su capacidad adquisitiva y su riqueza. Las tendencias seguidas desde 2014 no parecen indicar una mejora de estas condiciones.
Frente a estas realidades, el Gobierno ofrece una imagen triunfalista que no se corresponde con la realidad. Se ha dado un mayor crecimiento y creación de empleo, pero esto no ha sido consecuencia de las medidas tomadas, sino del aumento del turismo y la bajada del precio del petróleo. También al hecho de que algunas empresas españolas hayan demostrado su capacidad exportadora. Pero el Gobierno no ha hecho nada para estimular la exportación ni para fomentar el turismo. Lo único que ha llevado a cabo es una agresiva reforma laboral y recortes al Estado del bienestar que perjudica en mayor medida a las clases sociales menos favorecidas. El argumento que manejan de que gracias a la reforma laboral se está creando empleo no es cierto.
El empleo se crea cuando se estimula la demanda efectiva, que sí lo ha hecho favorecida por los factores mencionados. El empleo que se crea es de baja calidad, con precariedad y bajos salarios. El Gobierno lo que ha hecho es poner en bandeja a las grandes empresas unas peores condiciones laborales para que éstas aumenten sus beneficios. Se insiste en perseverar en el mismo camino, sin tener en cuenta los informes que ofrecen unos datos realmente preocupantes para el porvenir de los jóvenes, la sostenibilidad del Estado del bienestar, las desigualdades crecientes y la pobreza relativa, que se observan en el comportamiento de la economía española. No se trata ya de que no tenga en cuenta informes como el de Oxfam, o el Foessa, a los que cuestiona sin dar razones para ello, sino lo que es más grave a los emitidos por organismos oficiales como el Banco de España y del Instituto Nacional de Estadística.