viernes. 29.03.2024

Ganar Madrid

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Comparto la idea de aquellos que piensan que la política es el arte de hacer posible lo necesario y por ello en mi opinión se hace urgente que el PSM presente ante los madrileños un programa de acción política progresista

En vísperas de las elecciones autonómicas y municipales de 2015 publiqué un artículo, 24M: Salvemos Madrid (nuevatribuna 17 mayo 2015) donde exponía las graves consecuencias que para una mayoría de madrileños habían supuesto las políticas del Partido Popular en los gobiernos de la Comunidad y del Ayuntamiento de la capital. La corrupción, la privatización y desmantelamiento de servicios públicos esenciales como la sanidad y educación, el abandono de la ayuda a la dependencia, el saqueo del parque público de viviendas sociales vendiéndolas a fondos buitres en un proceso lleno de irregularidades, restricción derechos y una forma autoritaria de ejercer el poder político, habían sido las señas de identidad de la acción de gobierno del Partido Popular en ambas instituciones; lo que había castigado duramente a gran número de ciudadanos particularmente a los más vulnerables.

Expuse también la imperiosa necesidad de conseguir un cambio de gobierno para frenar el enorme deterioro que en mi opinión se estaba produciendo en los pilares de nuestro estado de bienestar así como la pérdida de calidad del sistema democrático, pedí entonces la movilización de los madrileños para conseguir con sus votos ese cambio. El objetivo se consiguió a medias, se recuperó el gobierno municipal y por un solo escaño la izquierda madrileña no obtuvo la mayoría para conformar un gobierno regional progresista; el fraccionamiento del voto de la izquierda fue sin duda determinante para no conseguir el gobierno autonómico (los 132.000 votos que consiguió IU-Madrid se perdieron al no conseguir el 5% necesario para obtener escaños).

Hoy nos aproximamos a un nuevo proceso electoral autonómico y municipal en el próximo mes de mayo, y lo hacemos en un contexto político ciertamente preocupante. Las recientes elecciones andaluzas no sólo han supuesto la pérdida del gobierno andaluz para el PSOE (alternancia en el poder, normal en democracia) sino que se ha producido la irrupción en las instituciones andaluzas de un partido de extrema derecha, VOX, cuyo ideario confronta de manera clara con valores constitucionales defendiendo un modelo social que nos retrotrae a periodos históricos muy oscuros y cuyo imprescindible apoyo para gobernar lo han aceptado los dos partidos de la derecha (PP y C´s) mediante una decisión diametralmente opuesta a la de partidos de derecha en Europa que manifiestan de manera clara su rechazo a pactar con partidos de extrema derecha. Ha quedado claro por tanto que Partido Popular y Ciudadanos (C´s) están dispuestos a asumir tareas de gobierno allí donde puedan conseguir mayoría con los escaños de Vox.

Esa posible extensión a otros territorios de gobiernos tripartitos (PP, C´s y VOX) es en mi opinión muy negativa para la democracia española pues supondría un paso más hacia esa España en blanco y negro, reaccionaria, involucionista y de pensamiento único, que honestamente pienso rechaza una mayoría social de nuestro país. Para quienes no queremos volver a un país con restricción de derechos y libertades, servicios públicos esenciales desmantelados, brutales niveles de desigualdad y políticas fiscales regresivas que castigan a una amplia mayoría social en beneficio de unos pocos, se hace necesario exigir a las formaciones políticas progresistas estén a la altura y sepan asumir la responsabilidad que hoy tienen para lograr frenar la oleada involucionista que se avecina, haciendo posible que esa mayoría social a la que antes me refería se haga realidad en las urnas.

Volviendo al territorio de la Comunidad de Madrid, para conseguir esa mayoría social que posibilite un gobierno progresista en el gobierno regional y permita asimismo mantener el gobierno de la capital, en mi opinión las formaciones políticas progresistas deberían reflexionar muy seriamente sobre si sus actuaciones políticas cara a la ciudadanía están siendo motivadoras e ilusionantes; en mi opinión se están produciendo situaciones y hechos que no ayudan  a crear el clima de movilización e ilusión necesarios para hacer realidad el cambio de gobierno regional así como tampoco para apuntalar cuatro años más un gobierno progresista en el ayuntamiento de Madrid que consolide los buenos resultados conseguidos desde 2015 y pueda corregir algunos errores que sin duda se han producido. Me explicaré: el Partido Socialista madrileño en un contexto bastante desfavorable obtuvo un muy aceptable resultado en 2015, sin duda alguna la presencia de un candidato, Ángel Gabilondo, percibido por una gran mayoría de ciudadanos madrileños como persona con prestigio, credibilidad, formación y honestidad, fue un factor muy importante para conseguir ese resultado superior al que vaticinaban todas las encuestas. Esa percepción  de muchos madrileños sobre la figura del Sr. Gabilondo en mi opinión se mantiene en la actualidad, pero asimismo pienso que, sin dejar de entender las dificultades que han supuesto el tándem PP-C´s a la hora de conseguir se aprobaran cuestiones sustanciales planteadas por el grupo socialista, la acción política del PSM durante estos cuatro años se ha ido difuminando, los diputados regionales socialistas pareciera que han estado aprisionados en esa Asamblea de Madrid, cuyo funcionamiento y trabajo son absolutamente desconocidos para muchos madrileños; los diputados socialistas, salvo alguna excepción, no han sido referentes sociales en las muchas movilizaciones que se han producido en el territorio de la Comunidad y muchos de los miembros de la Comisión Ejecutiva Regional socialista son totalmente desconocidos para una inmensa mayoría de madrileños. No parece esto la mejor situación posible cara a conseguir el cambio de gobierno en la región.

En 2015 la lista del Partido Socialista que concurrió a las elecciones municipales en la capital consiguió un resultado muy malo, no se presentaba fácil la labor de los pocos concejales que salieron elegidos y durante estos cuatro años sus votos sirvieron primero para que se produjese el cambio político apoyando la investidura como alcaldesa de Manuela Carmena y posteriormente, en mi opinión, han realizado una aceptable labor defendiendo propuestas propias y garantizando la gobernabilidad frente a la oposición agresiva y ultra del PP y la más maquillada pero no menos dura de C´s. El hecho de que a fecha de hoy no se conozca aún el candidato/a que vaya a optar el próximo mes de mayo a la Alcaldía de Madrid no parece tampoco el mejor escenario para conseguir un buen resultado que permita que la izquierda retenga el gobierno municipal.

Comparto la idea de aquellos que piensan que la política es el arte de hacer posible lo necesario y por ello  en mi opinión se hace urgente que el PSM presente ante los madrileños un programa de acción política progresista, riguroso, serio, que emita de manera nítida nuevas ideas renovación de proyectos y personas, que preste atención a legítimas demandas que una amplia mayoría social está reclamando. Un programa de acción política que devuelva la confianza a muchos ciudadanos que esperan de los socialistas y su historia estén a la altura de la grave situación que atravesamos. Es necesario hacerlo y queda tiempo, pero no puede  desperdiciarse ni un minuto.

Si he manifestado antes mi preocupación por la insuficiente presencia del proyecto político del PSM ante las próximas elecciones de mayo, tengo que manifestar que igual o mayor preocupación me suscita la situación en el resto de formaciones de izquierda madrileñas; los problemas surgidos en el seno del equipo de gobierno municipal de la capital no ayudan a transmitir una imagen positiva cara a los madrileños y empañan sin duda los logros conseguidos. Soy consciente de la dificultad que comporta el reto de gestionar el  día a día de la acción política en el marco de plataformas o marcas electorales formadas por la confluencia de diferentes grupos, pero ello  no implica no deba exigirse, si cabe, una mayor responsabilidad política a todos y cada uno de ellos para no defraudar a quienes representan, en este caso todos los vecinos de Madrid. Un ejercicio necesario de máxima responsabilidad debe exigirse a los responsables políticos para que no pongan en peligro un resultado electoral que garantice que el Ayuntamiento queda en manos de fuerzas progresistas.

Una preocupación aún mayor me ha producido la situación desencadenada por la decisión de Íñigo Errejón (ya elegido candidato de Unidos Podemos) de concurrir a las elecciones autonómicas como candidato en la Plataforma Más Madrid, patrocinada a nivel municipal por Manuela Carmena.

No entraré en ningún caso a hacer ninguna valoración de un hecho que se produce en el seno de una organización política; pero como madrileño si quiero manifestar que me preocupa enormemente pueda volver a producirse un fraccionamiento del voto de la izquierda y se repita una situación similar a la que impidió en 2015 expulsar al Partido Popular del gobierno regional. Ante el peligro real de un gobierno de las tres derechas y la consiguiente involución que ello conllevaría en la sociedad madrileña, creo tener toda la legitimidad para pedir con firmeza a los máximos responsables de Podemos e Izquierda Unida, aparquen por ahora los debates políticos internos que en mi opinión deberán afrontar y trabajen de aquí a mayo para  presentar una única candidatura a la Comunidad de Madrid presentando un programa que ilusione a muchos madrileños para quienes significaron una esperanza.

Para concluir, me permito dirigirme a los dirigentes de las formaciones políticas de la izquierda madrileña para pedirles encarecidamente estén a la altura que la situación actual requiere, presenten ya programas de gobierno para Madrid, devuelvan la ilusión y saquen del escepticismo a una parte importante de ciudadanos madrileños que son imprescindibles para alcanzar el poder político y salvar Madrid de la involución democrática que supondría un gobierno de las tres derechas.

Ganar Madrid es ahora el objetivo prioritario.

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