lunes. 07.10.2024

Cambio de gobierno en Madrid: una urgencia democrática

diaz ayuso

Tras veinticinco años de gobiernos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid creo con absoluta convicción que es una urgencia democrática posibilitar un cambio de gobierno como única forma de abordar de manera positiva para la mayoría social las importantes medidas que las graves consecuencias de la emergencia sanitaria obligan a tomar, pues en mi opinión ello es imposible con el actual gobierno de coalición de Partido Popular y Ciudadanos (C´s) con el apoyo de la extrema derecha. Trataré de argumentar ahora la convicción antes manifestada siendo necesario para ello analizar esos largos años de gobiernos del P.P en la Comunidad de Madrid, particularmente desde la llegada a la presidencia de la Comunidad de la Sra. Aguirre tras el turbio y no aclarado Tamayazo.

La llegada de la aún investigada Sra. Aguirre supuso la implantación de una forma de ejercer el poder político muy perjudicial para la salud democrática, la utilización de la mayoría absoluta para impedir un debate parlamentario fructífero utilizándola como martillo apisonador de cualquier propuesta de la oposición, la utilización de campañas publicitarias repletas de mentiras que trataban de encubrir la absoluta opacidad que teñía las actuaciones del gobierno regional, el desprecio absoluto con que se trataba a los agentes sociales y a los trabajadores y profesionales de servicios públicos tan esenciales como sanidad y educación, la intencionada escasa atención a la dependencia, en suma la absoluta prepotencia ejerciendo el poder político no sólo fueron perjudiciales para la salud democrática de la sociedad madrileña sino que hacía muy difícil vislumbrar a tiempo las graves irregularidades y las actuaciones corruptas que se llevaron a cabo. Esa forma de ejercer el poder político se ha mantenido hasta prácticamente nuestros días. Hoy sabemos que un expresidente regional, Ignacio González, fue encarcelado y está imputado por haber cometido presuntamente acciones delictivas muy graves, la misma situación se da en el caso del exvicepresidente regional, Sr. Francisco Granados.

Están imputados asimismo los exconsejeros de Sanidad, Srs. Manuel Lamela y Juan José Güemes junto a otros exaltos cargos de la sanidad pública madrileña por la presunta comisión de delitos de extrema gravedad y asimismo las Sras. Aguirre y Cifuentes. Es decir una gran parte de la plana mayor del Partido Popular.  La sensación de absoluta impunidad en el ejercicio del poder derivó en un descrédito total de las Instituciones y un hedor de corrupción insoportable. Gürtel, Púnica, Lezo son hoy tramas muy conocidas por los madrileños. Parecía razonable pensar que la persistencia del Partido Popular en el Gobierno de la Comunidad de Madrid hacía imposible que la transparencia, la limpieza y la regeneración fueran posibles.

Los resultados de las elecciones autonómicas del año 2015 permitían la posibilidad de una alternancia política tan necesaria para abordar la limpieza de las Instituciones madrileñas y recuperar  su credibilidad; el P.P fue el partido más votado pero lejos de la mayoría absoluta, las fuerzas de izquierdas (Psoe y Podemos ) quedaban a un escaño de la mayoría absoluta y la llave para desbancar al partido de la corrupción quedaba en manos de uno de los partidos representantes de la nueva política, Ciudadanos( C´s). Había pues una posibilidad real de un cambio político que implicara la muy necesaria regeneración democrática, pero por desgracia para la democracia, la formación del hoy ya desaparecido de la esfera política, Sr. Albert Rivera, olvidó su divisa electoral como partido de la regeneración y permitió a través de un pacto de investidura la permanencia en el poder del partido adalid de la corrupción que sólo había cambiado su cartel electoral con la Sra. Cifuentes, veterana cualificada militante y perfecta conocedora de todas las prácticas irregulares de su partido. La legislatura 2015-2019 fue un periodo perdido, no hubo ninguna acción regeneradora, se prosiguió con los procesos privatizadores en los servicios públicos esenciales, Ciudadanos abandonó su afán regenerador y la legislatura tuvo como colofón la dimisión de la Sra. Cifuentes por el caso del Máster en la Universidad juan Carlos I y otro episodio muy feo, posteriormente la Sra. Cifuentes fue imputada en el marco de la Púnica junto a la Sra. Aguirre; su lugar fue ocupado por el Sr. Angel Garrido, entonces militante del P.P  que al no ser propuesto como candidato para las elecciones de 2019 hizo un ejercicio de transfuguismo, pasó a las filas de la formación naranja y hoy es Consejero de Transportes del Gobierno regional por el partido naranja.  Espectáculo lamentable que ratifica mi opinión de  legislatura perdida  para la regeneración necesaria en la Comunidad de Madrid.

Las elecciones de mayo de 2019 en la Comunidad de Madrid supusieron que la fuerza más votada fue la lista socialista con Ángel Gabilondo como candidato con amplia ventaja sobre la lista del P.P; se planteaba otra vez la posibilidad de desalojar al partido de la corrupción, las fuerzas de izquierdas sumaban 64 escaños ( 8 más que la suma de P.P y C´s)  pero otra vez la formación naranja, que tras las generales del mes anterior veía al Sr. Rivera como posible presidente del gobierno de España, optó por coaligarse con el Partido Popular y formar un gobierno con el obligado e imprescindible apoyo de la extrema derecha impidiendo una vez más el necesario abordaje de la regeneración democrática en la Comunidad de Madrid. El posicionamiento que Ciudadanos llevó a cabo uniéndose a P.P y Vox se demostró fue un error político de enorme magnitud, meses después en las elecciones generales de noviembre la formación naranja perdió 47 diputados y  el pretendido nuevo líder nacional, Sr. Albert Rivera, tuvo que irse a casa.

Analicemos ahora lo acaecido desde la formación del gobierno de coalición de derechas con el apoyo imprescindible de Vox; indicar en primer lugar que el nuevo gobierno y sus componentes significan la vuelta del aguirrismo y de Faes, la presencia como Consejero de Hacienda y hombre fuerte del gobierno regional del Sr. Fernández Lasquetty significa el retorno de las políticas más ultraliberales y privatizadoras de los servicios públicos esenciales, conviene recordar que este responsable político tuvo que abandonar la Consejería de Sanidad en enero de 2014 cuando las movilizaciones masivas de ciudadanos y profesionales sanitarios , encarnadas en la Marea Blanca , frenaron la privatización total de seis hospitales mediante un plan que tenía al Sr. Fernández Lasquetty como principal ideólogo. Es decir puro continuismo de las políticas iniciadas en 2003 donde sólo interesa potenciar la presencia del sector privado en los servicios públicos, el negocio con dinero público para beneficio del sector privado junto a una política fiscal contraria al espíritu de nuestra Constitución, son esas políticas las que desde el gobierno está apoyando Ciudadanos. Un gobierno que está presidido por una persona cuyas intervenciones públicas causan vergüenza ajena, que se ha visto envuelta en asuntos opacos, el caso AVALMADRID aún insuficientemente aclarado, su alojamiento en una estancia de lujo en un hotel propiedad de un empresario encausado por presunto fraude fiscal con un precio propio  de rebajas, la aparición de un contrato a favor de ese empresario que posteriormente se dijo que era un error y se eliminó del portal de contrataciones de la Comunidad,  noticias que por su opacidad nos rememoraban hechos acaecidos en periodos anteriores. Un gobierno cuyo principal objetivo no es mejorar la vida de los madrileños sino confrontar con el gobierno de España en un ejercicio de grave irresponsabilidad. 

Era razonable pensar que un gobierno con esa falta de proyecto político para una mayoría social se vería arrollado ante cualquier incidencia grave que pudiera producirse y por desgracia para todos ha sido la pandemia lo que lo ha evidenciado. La actuación del gobierno regional tratando de eludir cualquier responsabilidad en la gestión de los servicios e instituciones  de su competencia utilizando como excusa la declaración del estado de alarma ha rayado en lo temerario y ha sido un ejemplo más de la forma de hacer política del Partido Popular madrileño ahora acompañado por Ciudadanos.

Lo acaecido en nuestros centros sanitarios públicos de total competencia del gobierno regional con o sin estado de alarma, ha mostrado con claridad el estado real del sistema sanitario público madrileño así como el escaso potencial de los servicios de Salud Pública, consecuencia directa de los enormes recortes que han sufrido desde hace más de una década; a pesar de ello han sido los centros sanitarios públicos los que han hecho frente a la pandemia con un esfuerzo sobrehumano de sus profesionales y trabajadores. Pues bien la Presidenta  Díaz Ayuso  lo que ha afirmado más de una vez ha sido lo bueno de la colaboración público privada y  el milagro Ifema.  Cuando hay coincidencia unánime en la necesidad de fortalecer la sanidad pública para estar preparados ante un rebrote o una nueva emergencia , el gobierno de P.P y C´s sigue planteando proyectos de privatización sanitaria a través de procesos de colaboración público privada ( hospital Niño Jesús) o planteando la construcción de un macrohospital monográfico para pandemias, ocurrencia que no se sustenta desde un elemental ejercicio de planificación sanitaria pero que sí puede sustentarse en una nueva oportunidad de negocio para empresas privadas que tienen en la Comunidad de Madrid un filón para conseguir beneficios.

La gestión de las Residencias de Mayores llevada a cabo por el Gobierno Regional es quizá la muestra más palpable del fracaso estrepitoso de las políticas neoliberales llevadas a cabo desde hace dos décadas. La dejación de responsabilidad de los sucesivos gobiernos en esta materia dejando en manos privadas la construcción y gestión de numerosas residencias, la ausencia casi total de nuevas residencias públicas junto a la privatización de la gestión de las existentes junto al no ejercicio de control sobre todas ellas es de una irresponsabilidad política delecnable.

Lo acaecido en las Residencias de Mayores en el periodo más álgido de la pandemia cuando desde la Consejería de Sanidad se enviaron protocolos a esos centros que determinaban la exclusión de mayores para ser enviados a los hospitales si su estado de salud lo hacía necesario, es un hecho de tal gravedad que han llevado a la presentación de querellas y denuncias que se encuentran en la Fiscalía. Esos protocolos hicieron que el Sr. Reyero, Consejero de Políticas Sociales mostrara su desacuerdo con ellos indicando le parecían carentes de ética y de dudosa legalidad; ello transmite la sensación de un gobierno roto que sólo intereses partidistas y no el interés general permiten siga existiendo.

Concluyendo, ante todo lo expuesto en mi opinión la oposición política en la Asamblea debería plantearse que la mejor manera para iniciar la necesaria reconstrucción social y económica tras la pandemia no puede hacerse con este gobierno cuya gestión de la emergencia sanitaria ha sido nefasta. Un gobierno que de manera irresponsable pedía pasar aceleradamente de fase en la desescalada indicando estaba en condiciones de hacerlo, así lo afirmaba el Sr. Aguado, culpando al Gobierno de España de querer perjudicar a la Comunidad de Madrid. Afortunadamente la prudencia y rigor del Ministerio de Sanidad evitó posibles males mayores, hoy Madrid sigue siendo donde se siguen produciendo mayor número de casos nuevos, los rastreadores anunciados no aparecen , los refuerzos prometidos a la Atención Primaria y hospitales no llegan. No son afirmaciones mías , lo expresan los profesionales y lo denuncian sindicatos profesionales. Si la pandemia ha sido una emergencia sanitaria, el cambio de gobierno en la Comunidad de Madrid es una emergencia democrática. El conjunto de la sociedad madrileña necesita y se merece la presentación de un proyecto político alternativo que permita vislumbrar un futuro más limpio y esperanzador tras tantos años de corrupción y políticas contra la mayoría social. Es el momento y la grave situación actual no puede ser una excusa  para permanecer inmóvil, debe ser un acicate para hacerlo.

Carlos Barra Galán | Médico Especialista jubilado

Cambio de gobierno en Madrid: una urgencia democrática