jueves. 18.04.2024

La riqueza oculta de las naciones

Uno de los libros que he leído con mayor interés es el titulado La riqueza oculta de las naciones. Investigación sobre los paraísos fiscales de Gabriel Zucman, profesor de la London Schoold of Economics e investigador.

Como prólogo recurro a las palabras del artículo de Marina Garcés titulado La revolución de lo posible: “En las últimas décadas se han impuesto un tipo de intelectuales que se dedican a contarnos lo que ya no puede ser, lo que ya no podemos seguir pensando, haciendo o deseando. Son los predicadores del fin de la historia, del fin de las ideologías, del fin del pensamiento crítico. Son los intelectuales “cierra-puertas”, verdaderos policías del pensamiento que tienen como función precintar aquellos caminos que ellos mismos declaran intransitables ya para siempre. Con este gesto soberbio, evitan tener que buscar esos otros caminos que están aún por descubrir, esas sendas peligrosas que algunos ya han empezado a abrir o simplemente se libran de tener que pelearse con lo emboscado y con los callejones sin salida de nuestro tiempo”.

Uno de los libros que he leído últimamente con mayor interés es el titulado La riqueza oculta de las naciones. Investigación sobre los paraísos fiscales de Gabriel Zucman, profesor de la London Schoold of Economics e investigador en la Universidad de Berkeley. El mismo título nos indica claramente que Zucman no está dentro de esos intelectuales “cierra puertas”. En las primeras páginas, en su declaración de intenciones, nos dice que los economistas tienen una gran parte de responsabilidad de la sensación de misterio que rodea todo lo relacionado con los P.F. Durante mucho tiempo esta disciplina en la universidad no estuvo interesada por el tema, cuando es crucial, no en vano, los P.F. están en el centro de las causas de la crisis económica que nos invade. Esta falta de curiosidad procede del relativo desprecio con el que se han mantenido las cuestiones de economía aplicada en esta disciplina, en beneficio de la pura teoría. Parece que en los últimos tiempos esta situación se está invirtiendo por lo que podemos esperar grandes avances en esta cuestión. Mas lo cierto es que todos los progresos en la comprensión de los P.F. conseguidos recientemente, se han debido no a economistas, sino a cierto número de organizaciones no gubernamentales, de periodistas, de politólogos, de historiadores, de juristas y de sociólogos. Haciendo un inciso,  para profundizar en el tema son muy interesantes 2 libros españoles: ‘Paraísos Fiscales: agujeros negros de la economía globalizada’ de José Luis Escario; y “Las cloacas de la economíaRoberto Velasco. Los títulos son explícitos.

Zucman, reconociendo las grandes dificultades, señala 3 grandes decisiones para combatir los PF, cuya existencia genera grandes quebrantos a la economía real. A nivel mundial, el 8% del patrimonio financiero de las familias está guardado en PF, lo cual es todo un récord histórico. En el caso de la Unión Europea, la cifra es mayor, ya que está cerca del 12%. Según los datos del libro los franceses poseen aproximadamente 350.000 millones de euros offshore, la mitad de ellos en Suiza. España tiene 80.000 millones en cuentas en Suiza. Sin la evasión fiscal masiva permitida por el secreto bancario, la deuda pública francesa no alcanzaría, según la fecha de publicación del libro de 2013, al 94% del PIB, sino el 70%, el nivel anterior a la crisis financiera. Gravar la provisión actual de fortunas ocultas para acabar con las defraudaciones anteriores reduciría la deuda a ese nivel. Con ello no se acabarían los problemas de Francia, pero se podría aflojar la presión presupuestaria e invertir la espiral de la austeridad. Lo mismo podría aducirse para el caso español.

Las soluciones de Zucman serían como he comentado tres. La primera: la creación de un registro mundial de los títulos financieros nominativos. Es necesario crear este llamémosle catastro financiero mundial, que para su buen funcionamiento debería ir acompañado de un intercambio automático de información entre países. Técnicamente es posible, y podría realizarlo sin ningún problema el FMI.

La segunda serían las sanciones impuestas a los países con P.F. Según los cálculos del libro Francia, Alemania e Italia, juntas, pueden obligar a Suiza a abandonar el secreto bancario, imponiendo unos derechos arancelarios del 30% sobre los bienes  que importan de la Confederación helvética, ya que los costes para esta última superarían los ingresos que sus bancos obtiene de la evasión y que no recaudan los 3 países citados.

La tercera una vez creado el catastro financiero mundial, sería la creación de un impuesto global progresivo sobre el capital para evitar la evasión de los ultrarricos. Luego habría que hacer una reforma radical del impuesto de sociedades, haciendo especial hincapié para gravar las ganancias globales de las multinacionales y no, como hasta ahora, sus ganancias país por país, ya que estas últimas son manipuladas por ejércitos de expertos financieros. Las auténticas pérdidas para la recaudación fiscal de muchos estados pueden proceder de la elusión fiscal o de la evasión fiscal. La segunda implica la transgresión de la legislación tributaria vigente, mientras que la segunda supone que los contribuyentes usan los resquicios de la ley, actuando dentro de los márgenes permitidos por la normativa. Un buen ejemplo de la elusión fiscal es el caso de Luxemburgo, lo que no quita  que también permita la evasión fiscal. A este país le dedica un capítulo durísimo justificando su expulsión de la U.E. por sus prácticas fraudulentas., que propició que en febrero pasado se crease una comisión en el Parlamento europeo sobre el Luxleaks, para investigar los acuerdos fiscales secretos firmados por el gobierno de Luxemburgo entre el 2002 y 2010 con más de 340 multinacionales para que pagaran sus impuestos en el principado de una formas muy ventajosas, y para examinar el dumping fiscal (competencia desleal para conceder a las grandes empresas ventajas fiscales) que enfrenta a las estados de la UE. A fecha de hoy, la comisión ha sido incapaz de que comparezcan los principales responsables políticos, el principal Juncker, y los empresariales de Luxleaks. Solo un dato nos puede dar una idea de lo que se esconde detrás de Luxleaks: según los documentos conocidos de 2014, McDonald`s con un único restaurante y con 13 empleados en Luxemburgo, facturó 3.700 millones de euros entre el 2009 y 2013 y pagó 16 millones en impuestos (un 0,4%). Solo con que contribuyeran las grandes empresas en el mismo porcentaje que las Pymes y  las rentas del trabajo, la política de austeridad con los correspondientes recortes sociales serían prácticamente innecesarios.

La riqueza oculta de las naciones