viernes. 29.03.2024

Los Rinconeros de Hijar (Teruel). Dos víctimas de la Guerra Civil

José Gómez Turón

La II República en España ha sido considerada por la historiografía como una de las ocasiones perdidas en nuestra historia. En estos 5 años se intentó, pero de verdad, resolver los variados y profundos problemas que acuciaban a España; el agrario, el educativo, el regional, el militar, el religioso, el social.

No es el momento de entrar en ellos. Sabemos que los políticos republicanos, con cierta dosis de ingenuidad y buena voluntad, intentaron solucionarlos, y como esta tarea suponía tocar los intereses de las clases privilegiadas; la Iglesia, los terratenientes, el ejército, capitalistas, inevitablemente llegó el golpe militar de 17 de julio de 1936, y la consiguiente Guerra Incivil. Son innecesarios más comentarios.

Si las dificultades de la II República en España fueron grandes, en Híjar lo fueron en mucho mayor grado. En este pueblo se proclamó el régimen republicano el 23 de mayo de 1931, y para ello fue necesaria la llegada de 80 alcorisanos y albalatinos. Son dos pueblos cercanos de la provincia de Teruel, Alcorisa y Albalate del Arzobispo. Por cierto a este último  durante la Guerra Civil se le cambió el nombre por Albalate el Luchador.  El 14 de abril en Híjar no había ningún partido republicano. La Iglesia, los terratenientes, la burguesía comercial e industrial  y la burocracia administrativa hijarana formaban un bloque compacto, insensible a cualquier posibilidad de cambio que pudiera tocar, aún en una mínima parte, sus intereses y privilegios. Los únicos en Híjar, que pretendieron hacer algún cambio, fueron algunas personas pertenecientes a la clase campesina, obrera o pequeño-burguesa, como las personas a las que van dedicadas estas líneas. Eran socialistas en 1931, y en este momento y en este pueblo era algo peligroso. En aquellas fechas ser socialistas suponía asumir muchos riesgos. Por ser de esta ideología los protagonistas de este artículo; el uno pagó con su vida; el otro padeció más de 5 años de cárcel. (1) Lo único que pretendo es sacarlos del olvido; reivindicar su obra; y reconocer el valor que tuvieron para defender sus ideas. Son 2 miembros de la familia de los “Rinconeros”. Uno el padre, José Gómez Turón; el otro, el hijo, Francisco Gómez Gálvez.

El padre, nació en Híjar en el año 1868. Era de una familia de pequeños propietarios. En los datos de contribución de 1935 aparece con una cantidad de 12 pesetas por territorial y 38 por urbana. Era un ínfimo propietario. Casó con, la también hijarana, María Gálvez Meseguer. Tuvieron 9 hijos, algo relativamente frecuente en estos años, aunque no sobrevivieron todos; Jesús, José, Carmelo, Luis, María, Dolores y el más pequeño Francisco.

El “Tío Rinconero”, padre tenía una formación muy elemental, sabiendo leer y escribir. No ocurría lo mismo con su esposa María, ya que era analfabeta. En estos momentos, los porcentajes de analfabetismo en Híjar eran de 51,40% y 60,81%, en hombres y mujeres respectivamente, por encima de la media nacional.

Era de estatura normal, de rasgos físicos un tanto duros, cuentan que hacía los nudos en la soga para las faenas agrícolas con la boca. Pero era también muy cariñoso para su familia, y que se hacía querer por todos sus vecinos. Si algo le caracterizaba era su trato cordial y su campechanería. Era bastante socarrón. En cierta ocasión, ya en la Guerra Civil, llegó a Híjar un general del ejército rojo, y él, sin cortarse un pelo, le trató con total naturalidad, dándole un abrazo y tuteándole sin ningún problema, como podría haberlo hecho con cualquiera de sus vecinos del pueblo. Su trato, su afabilidad, el ir siempre vestido con traje de baturro, le hacía caer simpático a todo el mundo  Era religioso y en su casa se rezaba todos los días el rosario e iba a misa.  Sus relaciones con la clerecía hijarana, a menudo, eran tensas, ya que discutía con el párroco, Juan Yoldi, por las grandes desigualdades sociales.

Que tuviera escasa preparación José, esto no significaba que no tuviera unas ideas políticas muy claras y arraigadas. Era un hombre de profundas convicciones políticas, como lo demuestra el hecho de negarse a renunciar a la actividad política, al recibir determinadas presiones por parte de alguno de los potentados de la localidad. Un miembro de la familia más influyente de Híjar, los “Esponera”, le insinuó que le pagarían la carrera de magisterio a su hijo Paco, si dejaba la política. En ningún momento lo dudó. Siguió en su actividad política, aunque su hijo luego estudiaría la carrera por sus propios medios, sin la ayuda altruista de los “Esponera”. 

Pertenecía a la UGT-FNTT ( Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra), y en abril de 1933 en unas elecciones municipales, encabezó una candidatura del partido radical-socialista, evidentemente no salió elegido, porque el caciquismo era muy grande en este pueblo. Cuando en febrero de 1936 se produjo el triunfo del Frente Popular y la destitución del Ayuntamiento de derechas en marzo del mismo año, entró a formar parte del Ayuntamiento de Híjar, como 1º Teniente-Alcalde, el Alcalde nombrado, fue un amigo suyo, José Gálvez Oliver, “El Tío Rullo”. En estos meses hasta julio de 1936 participó en una política de izquierdas de acuerdo al programa del Frente Popular, en el ámbito religioso, agrario, social, político, etc. Se exigió la llave del Cementerio al Párroco, Juan Yoldi, para que la depositase en la mesa del Ayuntamiento, tratando de conseguir un Estado laico. Se pretendió el rescate de los bienes comunales, así como clarificar cómo se había llevado a cabo el proceso desamortizador en Híjar. Se rebajaron los impuestos y subieron los salarios a las clases trabajadoras, Se defendió con nitidez el sistema republicano, e incluso, se apoyó el incipiente proceso autonómico aragonés. 

Durante la semana que Híjar estuvo en manos de los golpistas del 18 de julio, estuvo  preso en la cárcel con los más destacados de los socialistas. Una vez liberado, al marcharse las fuerzas golpistas hacia Zaragoza, se produjo un vacío de poder en el pueblo hasta la llegada de las columnas anarquistas. En estos momentos de indecisión y de vacío de poder, ya estaba la columna de Antonio Ortiz en La Puebla de Híjar, y era de esperar que pronto llegaría a Híjar, se formó un organismo mixto, compuesto de hombres de derechas y de izquierdas, para salvaguardar el orden público. Estaba formado por el Juez de Instrucción, José de Beguiristain; el alcalde del Ayuntamiento de  derechas destituido en marzo de 1936, Agustín Sorribas; y nuestro José Gómez Turón, “El Tío Rinconero. Éste último propuso publicar un bando ordenando la recogida de armas, para guardarlas en un local, cuya llave la guardaría el Juez. No se llevo a cabo la propuesta.

La noche del 26 al 27 de julio, los miembros anteriores, hicieron un servicio de ronda por las calles, acompañados por Felix Téllez, (el Secretario del Ayuntamiento), Demetrio “El Colao”, Joaquín Lorén (Secretario del Juzgado Municipal), y Francisco Gómez Gálvez, “El Rinconero” hijo.

El 27 de julio una Comisión, formada por Pedro Laín, médico de Urrea de Gaén y padre de Pedro Laín Entralgo; Agustín Sorribas, José de Beguiristain, y el “Tío Rinconero” padre, fueron a entrevistarse con el  jefe de la columna, que estaba en La Puebla de Híjar para conocer cuáles eran sus intenciones. La respuesta de uno de los cabecillas fue contundente y demoledora: “Híjar ha sido demasiado levítica y por tanto tiene que pagar”.

Vemos por todo lo anteriormente expuesto el gran protagonismo desempeñado por “El Tío Rinconero”, en estos momentos trascendentales para Híjar.

Durante todo el período de dominio del gobierno leal a la Republica en Híjar, de fines de julio de 1936 hasta el 13 de marzo de 1938, sigue teniendo un gran activismo político, desempeñando cargos importantes en los distintos Consejos Municipales, siendo varias veces Presidente. En el primer Comité Local Revolucionario, creado a instancias de los milicianos anarquistas recién llegados, será el Presidente.

A primeros de febrero de 1937, cuando el Gobierno de Largo Caballero tomó la decisión, secundada en Aragón por el Consejo de Aragón, de sustituir los Comités Locales por los Consejos Municipales para normalizar la vida municipal, nuevamente es el Presidente. En algunos momentos tuvo fuertes enfrentamientos con los consejeros municipales de la CNT-FAI, por diferencias ideológicas obvias entre socialistas y anarquistas. No estaba en contra de la Colectividad, de lo que no era partidario era de entregarle todas las tierras abandonas por los grandes terratenientes de Híjar, que habían huido o habían sido muertos. Su planteamiento era el de conceder a la Colectividad tantas tierras como pudieran trabajar, y las sobrantes serían para los agricultores individualistas. Por esta postura estaría preso unos 28 días, en los meses de mayo y junio de 1937, en la cárcel de Alcañiz, acusado por los anarquistas hijaranos de poner impedimentos a la Colectividad. Obviamente dejó de desempeñar su alto cargo municipal.

A mediados de septiembre de 1937, tras una nueva reconstitución municipal, vuelve al cargo de Presidente. El 31 de octubre de 1937, estando presente el Gobernador General de Aragón, José Ignacio Mantecón, hubo nueva reestructuración municipal, en la que continuó detentando el cargo de Presidente, que ya lo mantendría hasta la llegada de las fuerzas franquistas. Observamos el gran predicamento y prestigio político de nuestro protagonista, por su madurez y edad y por tener muy claras las ideas políticas.

A la llegada de las tropas franquistas a Híjar, a mitad de marzo de 1938, tras unos bombardeo terribles de la Legión Cóndor que destrozaron buena parte del casco urbano, no le quedó otra posibilidad que huir, como hicieron otros muchos. Permaneció en la zona republicana. En un bombardeo de los nacionales en Tortosa le dejaron medio inválido. Fue cogido en enero de 1939 en Barcelona, donde estuvo en la Prisión Celular. Fue posteriormente  conducido por la Guardia Civil el 17 de abril de 1939 a la cárcel zaragozana de Torrero, donde fue juzgado el 17 de febrero de 1940 y posteriormente fusilado el día 23 de octubre de 1940. Con anterioridad en abril de 1940 presentó una instancia solicitando la revisión de su causa, que no sirvió para nada. Existe un escrito de la Auditoría de Guerra del 5º Cuerpo de Ejército, con la firma del Oficial Juez Especial para el Cumplimiento de Sentencias, Pedro de Luna, dirigido al Director de la Prisión Provincial de Zaragoza, realmente frío e implacable (2).

“Por el presente comunico a V. que en el día 23 del actual y a las 6,30 de su mañana será pasado por las armas el sentenciado a MUERTE, detenido en esta prisión de su digno mando, José Gómez Turón, de 71 años de edad, hijo de Francisco y María, natural de Híjar, vecino de Híjar, provincia de Teruel.

Lo que pongo en su conocimiento, a fin de que se sirva ordenar la comparecencia de los padres a las 4,30 de dicho día.

Dios guarde a V. muchos años.

Zaragoza a 22 de octubre de 1940”

Durante su estancia en la prisión, todos los días le traía la comida su mujer, incluso el día de su muerte, ya que al llegar un guardián le dijo que ya podía llevársela al no serle ya necesaria. Algunos detalles de su asesinato no dejan de ser macabros. Estaba inválido, ciego y tenía 71 años. Supo ganarse la amistad y cariño de sus guardianes; el pelotón de fusilamiento se negó a disparar sobre él. Tuvo que ser puesto en una silla, vestido de traje de baturro, siempre iba así, y de la misma manera se le dio un tiro en el corazón. Para mayor sarcasmo el día de su asesinato, era el cumpleaños su esposa. Poco antes de su muerte pudo ver a su hijo Paco, diciéndole que le hicieran lo que le hicieran sus enemigos deberían ser perdonados. Su nieto Jesús pudo verlo el día 12 de mayo de 1940, por ser el día de su Primera Comunión. Su hijo Paco contaba que cuando hubo que exhumar su cadáver para enterrarlo con su esposa María, apareció después de 30 años su cuerpo milagrosamente intacto, tal como si acabase de morir. Se veía un hilillo de sangre seca que salía de la parte del corazón. Diez años después, cuando exhumaron los cuerpos de los esposos, el cuerpo de José se mantenía incorrupto, no así el de su esposa.

La justicia franquista fue implacable. A los que se mantuvieron su apoyo al gobierno legítimo de la República los perseguía hasta en las tumbas. Mientras estaba preso, fue requerido por orden judicial a pagar las deudas supuestas, que tenía contraídas con una institución del catolicismo social, el Sindicato Católico Agrícola de Híjar.                           

En el Boletín de la provincia de Zaragoza de 7 de enero de 1939, aparecen las sentencias condenatorias contra los hijaranos, todos leales a la República, Jorge Ferrer Garay, Lucas Lázaro Lavilla, María Montalbán Murcia, José Gómez Robres, Pablo Ara Gálvez, Joaquín Membrado Benaque,  y Tomás Clavero Beltrán.

Todavía aparecerán más citaciones y sentencias condenatorias a determinados hijaranos en días sucesivos en el Boletín de la provincia de Zaragoza. Lo fueron Joaquín Calzada Robres por 3.401 pesetas; Florencio Puerto Tello por 1.191 pesetas; Mariano Pastor Vidal por 6.658,50 pesetas; Miguel Lóren Gracia con 2 condenas, 1 por 1.371 y otra por 2.965,50; Antonio Clavero Ariño por 1.327,50 pesetas; Antonio Montañés Alias por 1.154 pesetas; y José Gómez Turón por 11.848,50 pesetas. Reproduzco la sentencia de nuestro protagonista.

“D. Justo Mosso, Juez accidental de primera instancia del partido de Híjar;

Por el presente se hace saber: Que en los autos de juicio declarativo de menor cuantía de que se hará mención, pendientes en este Juzgado, ha recaído la sentencia cuyos encabezamiento y fallo, copiados literalmente, dicen así:

“Sentencia: En la villa de Híjar a 6 de mayo de 1939, Año de la Victoria. El Sr. D. Luis Colubi González, Juez de primera instancia de la ciudad de Alcañiz y su partido, con jurisdicción prorrogada a éste de Híjar; habiendo visto los presentes autos de juicio declarativo de menor cuantía seguido entre partes, de la una, como demandante, el Sindicato Agrícola Católico de Híjar, domiciliado en esta villa, representado por el procurador habilitado D. Mariano Daroca Salas y dirigido por el abogado D. Jesús Marina Martín, y de la otra, como demandado, D. José Gómez Turón, mayor de edad, vecino que fue de Híjar, hoy ausente en ignorado paradero, representado por los estrados del Juzgado por su rebeldía, sobre pago de cantidad;

Fallo: Que estimando la demanda interpuesta por el Procurador habilitado D. Mariano Daroca Salas en nombre y representación del Sindicato Agrícola Católico de Híjar contra José Gómez Turón, debo declarar y declaro haber lugar a ella, y,  en su virtud, condeno al demandado a que abone a la entidad actora la cantidad de once mil ochocientas cuarenta pesetas cincuenta céntimos, y el interés a razón de un 6 por ciento anual desde el 18 de julio de mil novecientos treinta y seis hasta la fecha de interposición de la demanda, más el interés legal de  tal suma desde esta última fecha hasta su completo pago, con expresa imposición de costas al referido demandado. Así por ésta mi sentencia, que por la rebeldía del demandado D. José Gómez Turón se publicará su encabezamiento y parte dispositiva en el Boletín Oficial de la provincia, a no ser que por la parte actora se solicite la notificación personal dentro del término de la ley, definitivamente juzgando, la pronuncio, mando y firmo, Luis Colubi”. (Rubricado).

Dicha sentencia fue publicada en el mismo día de la fecha.

Y para su inserción en el Boletín Oficial de la provincia, a fin de que sirva de notificación en forma de la inserta resolución al demandado en rebeldía D. José Gómez Turón, se expide el presente en cumplimiento de lo acordado.

Dado en Híjar a quince de mayo de mil novecientos treinta y nueve.—Año de la Victoria.—El Secretario accidental, Joaquín Lorén (3).

Este tema, tal como acabo de exponer, merece como mínimo algunas matizaciones. Las deudas contraídas por los demandados probablemente debieron existir, lo que es ya discutible la cuantía exacta. Además debemos destacar que todos los inculpados eran personas de izquierdas. José Gómez Turón, como ejemplo; pero podríamos poner otros, como  Antonio Robres Gómez, varias veces concejal durante la presencia de los leales a la República en Híjar, socialista y afiliado a la U.G.T. Antonio Montañés Alias, concejal en el Ayuntamiento durante el período rojo y miembro de la U.G.T. Pedro Espinosa Puerto, candidato a concejal por los socialistas, en las elecciones municipales de 23 de abril de 1933 en Híjar. Joaquín Membrado Benaque, según informaciones orales, llevaba fama de rojo. Jorge Ferrer Garay era socialista y tuvo que exiliarse. Miguel Loren Gracia, socialista y afiliado a la U.G.T, y que fue fusilado por el bando franquista el 21 de abril de 1939, cuando es citado estaba ya muerto. Son ejemplos suficientemente explícitos, de que los representantes del Sindicato Agrícola Católico de Híjar sabían perfectamente a quiénes podían demandar.

Por otra parte, en varios casos, las garantías jurídicas fueron nulas. Difícilmente podían presentarse alguien a un juicio, si se está en la cárcel apresado. El caso de José Gómez Turón corrobora esta afirmación.

En cuanto al hijo, Francisco Gómez Gálvez, nació en Híjar, en la Carretera Vieja nº 49, el 29 de junio en 1913. Fue muy despierto e inteligente, así lo consideraban los miembros de su familia. Estudió en Híjar las primeras letras, y posteriormente obtuvo el título de magisterio. Antes del comienzo de la Guerra Civil, trabajó con un ebanista y como dependiente en la farmacia de Antonio Dosset, y colaborando en las faenas agrícolas familiares. Tuvo que compaginar el trabajo con los estudios. El ingreso en la Escuela Normal de Magisterio Primario de Zaragoza lo aprobó el 27 de octubre de 19314. Fue declarado apto en los tres cursos de cultura general del Plan establecido en los artículos adicionales del Decreto de 29 de septiembre de 1931, y en el cuarto curso oficial complementario a que se refiere el Decreto de 5 de junio de 1933. El Título de maestro de 1ª enseñanza lo obtuvo con fecha de 14 de diciembre de 1935. Contaba  en aquellos momentos 22 años. Tenía auténtica vocación docente. Pero faltaban unos pocos meses para que llegase la Guerra Civil, por lo que una carrera que le había costado tanto esfuerzo, no podría ejercerla, salvo en momentos muy puntuales. Hizo las prácticas en Mas de las Matas. Nunca pudo ejercer como maestro, no lo hizo obviamente durante la Guerra, y después tampoco al ser inhabilitado para el ejercicio de la docencia por represalias políticas. Pudo ejercer como maestro auxiliar, desde el 28 de agosto de 1941 al 30 de junio de 1942, estando preso en la cárcel de Alcañiz; algo que le serviría para redimir 307 días de pena (5).

Al contrario de su padre, era anticlerical y poco adepto a cualquier cosa relacionada con la religión católica. En el año 1934 visitó Híjar el Arzobispo Rigoberto Domenech, y tras dar la bendición al pueblo haciendo la señal de la cruz, le hizo con la mano un gesto, que fue considerado inadecuado por las autoridades municipales, y por ello fue multado con 5 pesetas de entonces; era el jornal diario de un trabajador del campo. En los años estudiantiles de Zaragoza participó en algunas manifestaciones y algaradas estudiantiles contra la policía, ya que formó parte del movimiento de la FUE. Estuvo afiliado a la U.G.T.

 En los primeros días de la Guerra Civil en Híjar, cuando llegaron las columnas anarquistas, tuvo un protagonismo importante. Formó parte de aquellos que por su formación tenían una gran participación y activismo político. Él junto a otros maestros de Híjar, como José Lucea Gaitán, fueron los que, juntamente con otros, participarán en la confección o elección de los consejeros de los distintos Consejos Municipales. A principios de 1937, llegó a desempeñar el cargo de Secretario accidental del Ayuntamiento, siendo Alcalde su padre (6). Según la Causa General, no obstante esta fuente hay que ponerla en serias dudas en cuanto a su veracidad, fue secretario particular del anarquista Antonio Ortiz, que llegó a Híjar al frente de una columna.

Poco después, se enroló en el Ejército republicano, luchando en el frente, aunque nunca empuñó armas, desempeñando cargos políticos. Estuvo en Teruel y en Balaguer, como veremos en textos posteriores.

En los momentos finales de la Guerra pasó a Francia, con una misión de carácter político, aunque volvió a entrar a España para ver y tratar de llevarse a su padre, que estaba prácticamente inválido y ciego. Fue capturado el 12 de febrero de 1939, y a partir de este momento comenzó para él un auténtico calvario, pasando de cárcel en cárcel con un tratamiento infernal, como solía hacerse en estos momentos por parte del régimen franquista a todos aquellos que hubieran defendido el régimen republicano. Estuvo preso en la Plaza de Toros de Vitoria, en unas condiciones infrahumanas, ya que no había ni letrinas. Después estuvo en Bilbao, en la universidad de Deusto, que se utilizó como cárcel de presos políticos. Pasó a San Sebastián, lugar de triste recuerdo ya que aquí llegaron 3 personas de Híjar, las cuales junto con el carcelero le sometieron a todo tipo de torturas para que inculpase a su padre. Fue llevado a la cárcel de Híjar, conducido por 4 Guardias Civiles, donde estuvo 100 días incomunicado y maltratado sin ver la luz. No obstante una tía le lavaba la ropa, y en el doble de alguna camisa o pantalón le introducía algún papel enrollado con mensajes, que le sirvieron para tener alguna comunicación con el mundo exterior. Pasó a la cárcel de Alcañiz, donde conocería a su futura mujer Dolores (de familia de falangistas), hermana del carcelero; aquí con los hijos del funcionario de la prisión pudo ejercer su labor docente. Su odisea no termina aquí, ya que pasó a la cárcel de Torrero de Zaragoza en fecha de 23 de octubre de 1942, siendo juzgado en el antiguo Cuartel de Pontoneros en mayo de 1944. La pena impuesta fue de 20 años de reclusión, aunque sólo estuvo 5 años, 5 meses y 25 días. Salió de la cárcel en libertad condicional, el primero de agosto de 1944.

Se intentó en el juicio culparle de alguna muerte, lo que fue imposible de demostrar. El militar que le defendió lo hizo porque tenía noticias de que el inculpado no había cometido ningún delito de sangre. Se le acusó de auxilio a la rebelión, y en su sentencia los hechos que se declararon probados fueron el de actuar, antes del Movimiento, como secretario de la Sociedad de Campesinos, afecta a la U.G.T. Le sorprendió la rebelión marxista en Híjar y desde el primer momento quedó constituido un Comité, al cual aseguran varios testigos pertenecía el procesado, ejerciendo las funciones de secretario, no habiendo podido concretarse si actuaba como vocal de dicho organismo, o , por el contrario era escribiente de aquél, encargado de las funciones administrativas, según afirman otros testigos; reconociendo el propio encartado que por orden del Comité recibió el importe de las recaudaciones de ventas efectuadas en algunos comercios, recogió efectos procedentes de saqueos y firmó órdenes de incautación, así como también se incautó de la farmacia de D. Antonio Albalate, que había huido a zona nacional, quedándose al frente de la misma por su condición de auxiliar de farmacia, liquidando todas las existencias que allí había. Al ser disuelto el Comité, se constituyó un Ayuntamiento, en el que actuó como secretario accidental. En cierta ocasión obligó a incorporarse al ejército marxista, bajo amenazas de muerte, a treinta vecinos que no pertenecían a reemplazos movilizados. Se incorporó al ejército marxista, actuando por diversos frentes y encontrándose en el de Cataluña, cuando se produjo el derrumbamiento pasó a Francia, de donde regresó a España el 12 de febrero de 1939, no habiendo llegado a alcanzar graduación alguna. Aun cuando se le acusaba de haber entregado al cabecilla Ortiz un religioso agustino (era, dominico) que estaba detenido y que fue fusilado poco después, sin embargo, de la prueba practicada en autos no ha podido concretarse su participación en este hecho (7)

En alguna de estas cárceles desempeñó trabajos totalmente gratuitos, según informa su hija Alicia, como el construir un largo camino que desembocaba en una gran mansión, que obviamente sería de alguna alta personalidad del régimen franquista. A su vez comenta su hija que en algunos momentos trabajando, contaron con el beneplácito de algún guardián para que pudieran aliviar en parte su atroz hambre, cogiendo manzanas y castañas en algún huerto.  Los malos tratos a que fue sometido hizo que a lo largo de toda su vida, le resultase difícil conciliar el sueño, ya que sufría frecuentes pesadillas.

A través de algunas notas manuscritas suyas, proporcionadas por su hija Alicia, podemos entrever las grandes penalidades que padeció en estos años, bien por las atrocidades de la guerra, como por los años de cautividad. Sirvan como muestra algunos párrafos, durísimos y espeluznantes, como éstos:

  --“¿Qué cuántos años tengo? Si se ha vivido con una intensidad inusitada, trabajando de los 13 a los 21 años con largas jornadas y estudiando de noche; y, a continuación tienes una guerra que te lleva al Frente de Teruel, para ver cómo muchos milicianos se quedan sin un pie, porque hay que cortarlo, al haberse quedado helado; a la batalla del Ebro, donde entre otras escenas espeluznantes, ves que un hombre corre despavorido y un cañonazo le arranca la cabeza, y luego, descabezado sigue caminando quince o veinte metros; al Frente de Balaguer, de donde te traen los heridos con las tripas colgando, como si todos hubiesen intervenido en una desgraciada capea de un pueblo...

--“A través de una pequeña ventana se ve un cielo azul plagado de estrellas. Hay una que no sé cómo se llama, porque no consigo orientarme si el trozo que se divisa es norte o sur. Pero esta estrella la he visto en otras ocasiones y me trae el recuerdo de otra noche de verano a la que llegamos tras un día de guerra, pero guerra de verdad. No una guerra botijo como la que generalmente teníamos en aquel sector, sino de verdad, con muchos bombardeos, muchos heridos y algunos muertos. Fue un día terrible, en el que la aviación enemiga, esa que luchaba por Dios y no sé cuántas cosas más, dejó caer su carga sobre una escuela de primaria y de los cincuenta y siete alumnos, sólo se salvaron cinco. Los otros, un tercio muertos y el resto heridos me produjeron uno de los mayores shock de la infernal contienda. Hay que vivir estos momentos en que los niños aterrados huyen mutilados y sangrantes, para darse cuenta de la crueldad de la lucha y de su inutilidad. Ya dudo sí luchar por la libertad y la justicia, con pocas posibilidades de que tan nobles fines se consigan, vale la pena, teniendo que pagar estos precios.”

Marchó a Barcelona a trabajar con su tío Luis que tenía una Gestoría Administrativa. Después volvió a Zaragoza, trabajando de administrativo con el Dr. Abril, que tenía la Clínica de San Antonio. Después, igualmente de administrativo, en una perfumería en Zaragoza. Volvió a Barcelona a trabajar, como administrativo, en una fábrica de botones italiana. También trabajó en Zaragoza en una fábrica de muebles, de nombre Andreu. Llegó a tener una tienda de muebles, que tuvo que cerrarla al no irle bien el negocio. Se jubiló en el año 1981.

Merece la pena destacar algunos hechos sobresalientes en su vida, como el que en los años 1956 y 1957 en Barcelona, participó en una institución de carácter social e inspiración cristiana, llamada el Taller de Nazaret, donde impartió clases gratuitas a todos aquellos jóvenes que llegaban allí para tratar de insertarlos en la sociedad.

En los viajes que hacía a Alcañiz, lugar de origen de su mujer, hay que pasar inevitablemente por Híjar, sin embargo jamás quiso detenerse en su pueblo natal, por los malos recuerdos que tenía. Llamaba a Híjar como Catolilandia.

En los años finales de la Dictadura franquista en la fábrica de muebles que trabajaba, debió ser el organizador de un movimiento sindical. También a la llegada de la Transición Democrática participó en la vida política, ya que formó parte de las listas electorales por el PSOE- Rama- Histórica, para las Cortes Constituyentes del año 1977. La manera que fue absorbido este grupo político por el PSOE, le produjo un gran malestar y desencanto.

Finalmente dejó de existir en Zaragoza el 26 de diciembre de 1998 a la edad de 85 años.

Las represalias políticas también se hicieron extensivas a otros miembros de la familia de los Rinconeros, como a María hija de José, a la que en Híjar se le dio una paliza, le cortaron el pelo, y le hicieron beber aceite de ricino.

Como acabamos de ver son 2 vidas, las de los Rinconeros,  muy densas y llenas de interés, y que si algo, pienso, les caracterizó fue el  ser unos  luchadores empedernidos por la libertad y la justicia. Hemos visto que al padre le costó la vida, y al hijo, sin llegar a perderla, poco le faltó, tuvo que sufrir y padecer un auténtico calvario. Sirvan estas breves y emotivas líneas, están escritas con mucho cariño, como un pequeño homenaje, es lo mínimo que se merecen.

1 Para la elaboración del artículo me he basado fundamentalmente en el libro de: MARQUESÁN, Cándido, La II República en Híjar, Zaragoza, Centro de Estudios Hijaranos, 2001. Así como la información oral de miembros de la familia de los Rinconeros: Alicia Gómez Anglés y Javier Gómez Anglés, hijos de Francisco Gómez Galvéz. También de Jesús Ferrer Gómez, sobrino de Francisco Gómez Gálvez.

2 Archivo de la cárcel de Torrero, Zaragoza..

3 Boletín Oficial de la provincia de Zaragoza de 26 de mayo de 1939.

4 Archivo General de la Administración, Alcalá de Henares, Sección E y C, Caja/Leg: 32/1034.

5 Archivo de la cárcel de Torrero, Zaragoza.

6 Archivo Municipal de Híjar, Libro de Actas Municipales.

7 Archivo de la cárcel de Torrero, Zaragoza.

Los Rinconeros de Hijar (Teruel). Dos víctimas de la Guerra Civil