jueves. 28.03.2024

Posizquierda ¿Qué queda de la política en el mundo globalizado?

Las breves páginas de Pérez Tapias son una auténtica joya, accesible por Internet, para la reflexión política sobre el futuro de la izquierda, si todavía existe...

Quien tiene la saludable costumbre de la lectura está exento del aburrimiento. Mas también tiene otras propiedades, como el permitirte tras la observación directa de la realidad tener una visión más amplia y comprensiva del mundo circundante, especialmente cuando recurrimos a libros o ensayos sobre la actualidad, sea política, social, económica... Y es lo que suelo hacer con asiduidad, y sobre todo, en época estival, cuando dispones de más tiempo al liberarte de los trabajos cotidianos. Además la lectura es una caja de sorpresas. Nunca sabes lo que te puedes encontrar a lo largo de las páginas. Entre los que más me han impactado y sorprendido recientemente ha sido el del político y profesor de Derecho civil Stéfano Rodotá de título sugerente El derecho a tener derechos, entre los que señala el derecho a la verdad y a la existencia. En el capítulo dedicado al derecho a la existencia cita a Marco Revelli, autor del libro ¡Pobres de nosotros! Interesado por este autor en la extraordinaria biblioteca del Seminario de Investigación por la Paz vinculado al centro Pignatelli de Zaragoza pude encontrar su libro Posmodernidad ¿Qué queda de la política en el mundo globalizado? El título supone ya toda una declaración de intenciones. El libro es impresionante en cuanto a sus posibilidades para la reflexión política. En diversos capítulos cita y comenta a autores como Alex Langer, a Cristopher Lasch, Ulrich Beck, Anthony Giddens, Manuel Castells, Bauman…

En el prólogo Revelli nos indica que el siglo XX terminó con una fuga desordenada de las afiliaciones  políticas básicas, del binomio derecha/izquierda, que habían caracterizado las democracias occidentales. Tal aspecto podría entenderse como una crisis sistémica en el ámbito político. Así mismo, lo más llamativo es que las distancias políticas entre derecha e izquierda se van reduciendo en el imaginario colectivo, hasta perder su significado, precisamente cuando las desigualdades a nivel global se están intensificando, lo que no es muy lógico políticamente. Incluso se está extendiendo como un mantra que la atenuación de contrastes entre derecha e izquierda, es una muestra de madurez política. Que digan esto, no impide el que se pueda constatar que esta política sin referentes, guiada exclusivamente por el pragmatismo, es profundamente caótica. Sigue diciéndonos Revelli que en el fondo, las causas de la contraposición entre derecha e izquierda siguen presentes y más en este mundo global; lo que parecen faltar son las soluciones y los sujetos políticos para hacerse cargo de ellas. Esta convergencia indiferenciada de programas y propuestas no es una respuesta racional a los muchos desafíos actuales, sino una impotencia para encauzar y corregir los problemas claves de nuestra existencia. Lo que es un reconocimiento explícito del fracaso de la política. Debemos preguntarnos por el destino de la crisis de identidad de las familias políticas tradicionales: si es algo transitorio o definitivo.

El libro tiene un prefacio de profundo calado ideológico, accesible en Internet, de José Antonio Pérez Tapias, el que fue candidato a la Secretaría General del PSOE, y actualmente marginado lamentablemente en este partido, probablemente porque es un libre pensador, especie que no interesa a los aparatos orgánicos de los partidos políticos. Por ello, dimitió como portavoz y cabeza visible de Izquierda Socialista (IS) en una reunión de la coordinadora federal de la corriente de PSOE.  Mas esta es otra cuestión, que merecería un prolijo artículo.

Las breves páginas de Pérez Tapias son una auténtica joya, accesible por Internet, para la reflexión política sobre el futuro de la izquierda, si todavía existe o tiene la pretensión de seguir presente en nuestro panorama político. Para él está clara la necesidad imperiosa de su permanencia y más en los tiempos actuales, pero hace falta una reafirmación de su identidad que no acaba de reencontrase. Ya  en la parte final nos dice y como no me atrevo a resumir su contenido, porque todas las palabras tienen un significado pleno, las muestro tal cual fueron escritas y bien pensadas “Quien quiere acabar con el "arriba" oligárquico y el "abajo" subalterno, precarizado, excluido, se sitúa en la izquierda, incluso en la época de la posizquierda, debiendo saber que ha de escuchar esa palabra de la ciudadanía, sin ahogar la pluralidad de sus voces. Conjugar la pluralidad, superando toda pretensión de monopolio, es camino para evitar resbalones populistas, por una parte, o caídas en la irrelevancia política, por otra.  Con esa "vacuna antipopulista", una izquierda consciente de que no puede reconstruirse a sí misma desde parámetros esencialistas, ha de encontrar las referencias con las que autoidentificarse a la vez que se empeña en la definición del nuevo paradigma político que tan necesario es para salir de las crisis en las que nos vemos inmersos.

Se pregunta Pérez Tapias: ¿Será posible reencontrar una definición de la izquierda, avalada por los hechos, en la época de la postizquierda? Sin pretensiones de exhaustividad, nos dice, quizá encontremos algunas pistas en torno a estos puntos

- La izquierda es un "lugar epistémico", desde el que desplegar una visión crítica de la realidad social y, tras ella, erigir alternativas frente a lo criticado: encubrimientos ideológicos, prácticas de dominio, realidades injustas, amenazas medioambientales...

- La izquierda es un "punto de vista moral", desde el cual se asume el compromiso de una opción ética, políticamente mediada, por los objetivos de justicia, de libertad, de igualdad que es necesario promover para conseguir una sociedad a la altura de la dignidad humana.

- La izquierda es "voluntad de compromiso", capaz de articularse en formas de participación política y organización democrática como vías imprescindibles para la transformación social necesaria, alentando el protagonismo de ciudadanas y ciudadanos que se involucran en sus propios procesos de emancipación y de reconstrucción solidaria de la realidad social.

- La izquierda es una "posición política", identificable como contrapuesta a las posiciones de las derechas, desde la cual sostener proyectos y programas encaminados a ser alternativa a las políticas neoliberales y conservadoras.

- La izquierda es "intención utópica" encaminada a transformar la rebeldía en potencial de cambio teniendo a la vista, frente a lo existente, lo aún no logrado y, en ese sentido, intención capaz de movilizar la esperanza desde un imprescindible bagaje de memoria histórica.

Si todos estos ingredientes se conjugan tomando en serio lo que ha de ser una democracia inclusiva, haciendo propio el feminismo, replanteando modelos ecológicos de desarrollo, recusando las mitificaciones engañosas, acentuando las exigencias de laicidad, recuperando la conciencia republicana y, por supuesto, relanzando lo que puede ser un proyecto socialista reformulado para el mundo globalizado en el que estamos..., tenemos el perfil de una izquierda identificable. De camino, habrá que decir que se trata de una izquierda que ha de ser reconocible en sus diversos rostros y voces. Nadie tiene el monopolio de la izquierda, pues nadie tiene ni la patente ni la exclusiva de lo que sea esa izquierda que, al fin y al cabo, se verá definida por sus prácticas. En política, se es lo que se hace. Y si la izquierda hace lo que debe, sin hipotecas de pasadas esencias o de recientes claudicaciones, al contrario de lo manifestado por Massimo Cacciari en una entrevista del mismo libro, no representará ninguna posición conservadora autodenominarse "izquierda" y actuar en consonancia con ello.

Posizquierda ¿Qué queda de la política en el mundo globalizado?