viernes. 19.04.2024

Un deseo de paz, justicia y felicidad para mis lectores

Con una periodicidad semanal tengo la costumbre de escribir un artículo de temas de actualidad, que publico en este periódico, caracterizado por su pluralismo informativo...

Con una periodicidad semanal tengo la costumbre de escribir un artículo de temas de actualidad, que publico en este periódico, caracterizado por su pluralismo informativo. Algo que está desapareciendo de una manera alarmante en la mayoría de los medios de comunicación, puestos al servicio incondicional de los grandes poderes financieros y empresariales.

El escribir no es tarea fácil. Por lo menos para mí. Cierto profesor, de esos que te dejan una huella imborrable, nos decía a los que éramos sus alumnos, que solo se daba cuenta de la dificultad de escribir, el que tenía esta saludable costumbre. Para enzarzarte en esta tarea, se tienen que dar varias condiciones. Tener cosas que decir. Obviamente, en los momentos actuales temas de interés para la ciudadanía ocupada y preocupada por la polis no faltan. Y luego debemos encontrar las palabras adecuadas para contarlos. Tarea en absoluto fácil. A veces, tienes muy claro aquello que quieres transmitir pero no encuentras el modo adecuado para darle forma, lo que te obliga enfadado a abandonar la tarea, y retomarla pasado un tiempo. No siempre estás igual de inspirado.

Mi pensamiento, que reflejo en mis escritos, es producto de la observación de la realidad socio-política, de mis conocimientos históricos al haberme dedicado a la enseñanza de esta disciplina en mi vida profesional y, por supuesto, de las lecturas de determinados autores y de la prensa escrita y digital. Con todo este bagaje y tras reflexionar en profundidad saco mis propias conclusiones, que vierto en mis artículos. Por supuesto, es mi visión personal. No pretendo convencer a nadie. No quiero vender milongas a nadie. Mi pretensión es fomentar en mis lectores el espíritu crítico, como también lo hago con mis alumnos. Es hoy cada vez más necesario. Si no andamos despiertos desde el poder nos venderán unos relatos tan bien construidos, que llegaremos a asumirlos como los únicos posibles. Mas es claro que sin alternativa no hay democracia. Es necesario e imprescindible, nos jugamos mucho en ello, que volvamos a aprender a cómo criticar a quienes nos gobiernan, como hicieron los ilustrados hace más de 200 años, que fueron capaces de pensar y de actuar por sí mismos, libres de cualquier sumisión divina o humana. Los Voltaire, Rousseau, Diderot, D`Alembert, Montesquieu con la razón, con su capacidad crítica construyeron un bagaje ideológico, que permitió la disolución de todas las estructuras del Antiguo Régimen.

Eso sí, de todo lo que sale del teclado de mi ordenador y remito al periódico para su publicación, estoy plenamente convencido. Nunca he dicho lo contrario de lo que pensaba. Aunque puede ser un tanto solemne asumo plenamente las palabras de Josep Chamberlain “El propósito de mi existencia es hacer la vida más agradable a la gran mayoría; no me preocupa si para ello debe volverse menos agradable para la minoría acomodada”.

Quiero terminar con un saludo cordial  deseándoles paz, justicia y felicidad a raudales a todos mis lectores que tienen la paciencia de leerme, y también con unas palabras de Adam Smith, impulsor del liberalismo económico, que deberían servir especialmente de motivo para una profunda reflexión a toda esa ralea de políticos  neoliberales, que me parecen muy oportunas para estas fechas:"Sentir mucho por los demás y poco por nosotros mismos; reprimir nuestro egoísmo y practicar nuestras inclinaciones benevolentes; esto constituye la perfección de la naturaleza humana".

Un deseo de paz, justicia y felicidad para mis lectores