lunes. 07.10.2024

Abuso constitucional. Un circo. Fuegos artificiales irresponsables. Charlotada y ridículo. ¿Este qué se ha creído, que somos todos tontos?"

Recurro a nuestra Carta Magna, la Ley de Leyes, la sacrosanta Constitución, esa que nuestros prebostes de la política nos argumentan por tierra, mar y aíre, de noche y de día, en invierno, primavera, verano y otoño, que hay que respetar. Y que cualquier planteamiento político se puede hacer desde la legalidad constitucional.

Como acabamos de conocer una fuerza política con más de 5 millones de votos en las últimas elecciones del 26-J, al amparo de nuestra Carta Magna decide presentar una moción de censura. Veamos los artículos que la amparan.

Artículo 113

1. El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura.

2. La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los Diputados, y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno.

3. La moción de censura no podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación. En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas.

4. Si la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus signatarios no podrán presentar otra durante el mismo período de sesiones.

Artículo 114

1. Si el Congreso niega su confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación a la designación de Presidente del Gobierno, según lo dispuesto en el artículo 99.

2. Si el Congreso adopta una moción de censura, el Gobierno presentará su dimisión al Rey y el candidato incluido en aquélla se entenderá investido de la confianza de la Cámara a los efectos previstos en el artículo 99. El Rey le nombrará Presidente del Gobierno.

No entro ni salgo si existen condiciones políticas suficientes para la presentación de tal procedimiento constitucional. De entrada, evidentemente que sí. Quien no las vea está totalmente desconectado de la realidad. Ese es su problema. Insisto no quiero detenerme en este aspecto. Quiero hacerlo en el hecho incuestionable de que una fuerza política puede presentar, está en su derecho de hacerlo, una moción de censura, igual que una proposición de ley. Por ello, cada vez entiendo menos, mejor no entiendo nada, las respuestas de los portavoces de los diferentes partidos políticos, que hacen un grave daño a nuestro ya averiado sistema democrático. Bueno sí que lo entiendo, teniendo en cuenta su trayectoria política. José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos ha señalado que no van a secundar un “circo”. Antonio Hernando del PSOE, el que defendió el “No”, luego la “Abstención” y mañana Dios dirá,  rechaza 'los fuegos artificiales irresponsables, además de acusar de "mala fe y falta de rigor" de Pablo Iglesias: 'Ahora no nos va a engañar'. Y todo un exvicepresidente de Gobierno, Rubalcaba: ¿Qué se ha pensado este señor que es el PSOE? Hoy sale igual con una moción de censura ¿Este qué se ha creído, que somos todos tontos?" Y Rafael Hernando, en nombre del PP, zanjó la cuestión en su línea: “España no está para charlotadas, me gustaría que Podemos dejara de hacer el ridículo montando numeritos”. De este caballero qué te puedes esperar. Para conocer a fondo todas las miserias humanas, nada más eficaz que la vida política.

En cuanto a la mayoría de los medios de comunicación, en la misma línea. Voy a reflejar la opinión de un periódico de tirada nacional, que fue un referente desde la Transición democrática, y que está llegando a unos niveles de decantación y servilismo hacia los poderes económicos realmente lamentable. La editorial lleva el título de Sigue el espectáculo, y el subtítulo de Podemos carece de peso y credibilidad para lanzar una moción de censura. No obstante nada nuevo bajo el sol desde este periódico. Llueve sobre mojado, mejor llueve sobre inundado. La campaña orquestada por la mayoría de sus columnistas, la voz de su amo, contra Podemos será digna de estudio en las Facultades de Ciencias de la Información y de Ciencias Políticas. Sirva un botón de muestra: el artículo de Félix de Azúa titulado Un partido de profesores de diciembre de 2014: “Cuando revientan actos no lo hacen por ideología (de la que carecen, aparte de un sumario castrismo-leninismo), sino para mostrar quién es el amo de ese mayorazgo. En los reportajes de aquella violenta irrupción en la conferencia de Rosa Díez se puede ver a los jefes y matones del actual Podemos intercambiando órdenes como si fueran los falangistas de la Complutense de los años treinta”.                 

Ahora haré una referencia a una editorial de un periódico de provincias, ya que España va más allá que la M-30. Se trata de una editorial de El Heraldo de Soria, que pude conocer a través del profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Carmelo Romero, que colgó en mi muro las siguientes palabras: “Transcribo literalmente su párrafo final-: (los partidos políticos) "además de expresar su oposición al intento, deberían emplazar a Podemos para que renuncie a la moción de censura". ¡Emplazar a Podemos! ¿Por qué, me pregunto? La moción puede gustar o no -a mí me "gusta" mucho, ya lo argumentaré-, pero incluso aunque no guste cumple plenamente el ordenamiento constitucional (artículos 113 y 114). Es difícil dar crédito a que un medio de comunicación, en su editorial, pida a los demás partidos a que "emplacen a Podemos a retirarla". ¿Cómo?, ¿por qué?, ¿para qué? Ah, el título del editorial es "Abuso constitucional". ¿Abuso de quién? Lo que tengo claro es que tal petición es un abuso de desvergüenza.”

Pablo Iglesias sabedor de que el fracaso de su moción de censura en el Parlamento es claro, está intensificando sus contactos con la sociedad civil escandalizada por la corrupción, para conseguir un apoyo moral e intelectual. Y lo está consiguiendo de Comisiones Obreras, UGT y organizaciones de los trabajadores de la función pública tan activos como Gestha, sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda. Ignacio Fernández Toxo de CCOO expresó su sorpresa  por las reacciones políticas y mediáticas ante el anuncio de la moción: “Parece que no gusta cuando Podemos hace política fuera del Congreso y tampoco cuando la hace dentro. No lo entiendo”. Como yo tampoco lo entiendo, como todos aquellos que se sientan demócratas.

Abuso constitucional. Un circo. Fuegos artificiales irresponsables. Charlotada y...