martes. 23.04.2024

Zapatero, el que mejor resiste... pero la izquierda se debilita

NUEVATRIBUNA.ES - 11.6.2009Evitemos la confusión, analicemos bien los datos. Los medios (conservadores) saludan el triunfo de Sarkozy, pero sólo obtuvo el apoyo del 28% del electorado. Y el de Merkel pero se quedó a 8 puntos del apoyo de Zapatero, solo en el 30%.
NUEVATRIBUNA.ES - 11.6.2009

Evitemos la confusión, analicemos bien los datos. Los medios (conservadores) saludan el triunfo de Sarkozy, pero sólo obtuvo el apoyo del 28% del electorado. Y el de Merkel pero se quedó a 8 puntos del apoyo de Zapatero, solo en el 30%. Incluso la victoria de Berlusconi es sorprendentemente festejada, quizás para demostrarnos que la ciudadanía no castiga ni la corrupción ni el nepotismo, pero ocultando, que con el apoyo de sus superpoderes mediáticos, se quedó en un 35%. No se trata de ganar o perder elecciones: Zapatero, con un 38,5%, es el Gobierno europeo que mantiene más apoyos y el que menos se ha debilitado.

La singularidad de España no está en el desgaste del Gobierno sino en la fortaleza de la oposición, la única de los grandes países que no solo no se ha debilitado, sino que ha crecido hasta superar el 42% de los votos. ¿Por qué? La razón es muy simple: es la única que ha sido insolidaria ante la crisis, la única que no ha apoyado a su Gobierno, la única que ha hecho oposición como sólo nuestra derecha sabe hacerlo: utilizando cada mal dato a su favor, presentándose como salvadora ante las crecientes angustias de la gente, negando su contribución hasta en el saneamiento de CCM, la única Caja que hasta ahora ha mostrado sus problemas, blindando su corrupción en el tradicional “prietas las filas”, acentuando el odio anti-Zapatero presentado como un “incapaz” que descompone la moral y la sociedad. (Vidal Cuadras le comparó a los políticos disolventes de la II República). Esa política, tan rentable electoralmente, es la que ha dado vencedor a Rajoy y al PP.

Es así y así hay que decirlo. Pero sin lamentarse ni confundirse.

DUDAS EN LA IZQUIERDA

Mientras eso ocurre, algunos situados a este lado siguen negando a Zapatero el carácter de izquierdas. Así son las cosas. Al efecto destructor de una crisis brutal y a una derecha ávida de poder se une el desapego de ciertos colectivos que parecen sentir cansancio o decepción. Vuelve el sectarismo, la apatía o las dudas en la izquierda. Cualquier error es suficiente para justificar distancia. No importa que ZP sufra los más duros ataques conservadores y los plante cara; que haya puesto en pie en 6 años la legislación más avanzada en derechos civiles, impensables en otras coordenadas; que haya considerado un principio para enfocar la crisis el mantenimiento y la extensión de los derechos sociales; que haya desarrollado políticas de paz en un mundo dominado por los halcones.

¿Es suficiente esta izquierda? No. Pero el problema no es tanto del Gobierno como de la sociedad, de la base social, espontánea u orgánica de las izquierdas. Tiene que ver con la debilidad de los partidos tradicionales (empezando por el PSOE o IU), de los movimientos sociales, los colectivos intelectuales. Con la debilidad de sus ideas aquí y en todo el mundo. Tiene que ver con un cansancio generacional, una apatía general, o con la pereza intelectual, pero, por concretar en nuestro país, su fracaso se localiza más en Madrid o Valencia... que en el Gobierno.

La izquierda tiene una especial dificultad para combatir a los neocons, a la Espe o a Camps, precisamente los más decididos a utilizar cualquier estratagema, incluida la manipulación extrema de las instituciones, para mantenerse en el poder.. La simplicidad de sus mensajes y la capacidad de presentarse como víctimas mientras actúan de verdugos, son difíciles de combatir desde la ingenuidad y la superficialidad de los proyectos.

DÉFICITS POLÍTICOS, DÉFICITS COMO ALTERNATIVA SOCIAL

Pero no nos engañemos: está en juego algo más importante que los gobiernos de España o de tal o cual comunidad. Los efectos de esta crisis serán profundos y prolongados, con muchos peligros sociales y políticos al acecho. Recordemos las consecuencias de la crisis del 29, su antecesora más dramática: a los 4 años victoria del nazismo en Alemania, a los 7 generalización de formas fascistas en diversos países del mundo, a los 14 II Guerra Mundial. Los procesos sociales tardan en cuajar. Los neocons están ya preparando la vuelta, debilitando o ridiculizando las alternativas parciales que puedan surgir. Esas alternativas se localizan hoy en España y EEUU, en Zapatero y Obama, no dos astros pero sí dos políticos relevantes que, con contradicciones, están abriendo el camino por el que la izquierda debe seguir transitando.

La crisis del capitalismo obliga a engarzar las propuestas defensivas con iniciativas concretas que apunten a un modelo social definido. Su profundidad y rapidez ha sorprendido a los socialistas en plena contaminación neoliberal y al resto elaborando discursos alternativos sin suficiente cuajo, en el que se mezclan antiglobalización y euro escepticismo. Para la izquierda no debe ser suficiente con la defensa keynesiana del déficit anticíclico y la plétora de subvenciones sin cuento (o con cuento) que le acompaña; ni con la defensa cerrada de lo público que no es siempre símbolo del progreso social. Se necesita hablar más sobre los pasos que hay que dar para democratizar las instituciones y el sistema productivo, recalcando que no es solo un problema de más conocimiento o más productividad sino de mayor confianza social. Volviendo a un término marxista: el problema no radica en el tamaño de las fuerzas productivas sino en escasa calidad de las relaciones de producción. Es ahí donde está el gran problema.

Mientras el poso neoliberal que caló tan hondo en todos los grupos sociales se rejuvenece y encuentra en Zapatero y la izquierda el chivo expiatorio de la crisis, ésta, organizada o no, se sigue mostrando perezosa en rejuvenecer su análisis y su discurso. Y en dar batalla contra los que pueden llevar a este mundo en la peor dirección posible. En esas estamos.

Ignacio Muro Benayas es economista y profesor de periodismo en la Universidad Carlos III. Autor de “Esta no es mi empresa” (Ecobook, 2008).

www.ignaciomuro.es

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